Quantcast
Carlos Roque Sánchez
Sábado, 18 de Octubre de 2025

A propósito de lo ortográfico. Diferenciando palabras (I)

[Img #270147](Continuación) Además de los errores en la tildación de los que le escribía en los inicios agosteños pasados, por desgracia y en no pocos textos actuales abundan o, por decirlo de otra forma, para nada escasean, otros desaciertos relacionados con un: desliz en la conjugación (uso incorrecto de la forma verbal); confusión de letras (intercambiar “b” y “v” o “y” y “ll”); descuido en la concordancia (en número o género, verbo y sujeto); extravío de palabras; despiste en la puntuación (uso incorrecto de los signos de puntuación; y algunos más que seguro se le estarán ocurriendo. No hay más que echar un ojo a ciertos anuncios, cartas comerciales y correos electrónicos o leer algún que otro periódico, revista, titular de televisión e, incluso, determinados artículos especializados y, claro está, libros. Unos errores que no pocas veces se excusan con un argumentario que incluyen frases del tipo, “La ortografía y la gramática están anticuadas, ahora no hablamos ni escribimos así” o “No me gustan las normas, ahogan mi libertad y mi creatividad”. Sí, la estulticia con pretensiones por lo que lo dejo ahí y, sin más, nos metemos en faena ejemplificándoselos en un “par de manitas” de apartados.

 

“Haber” y “a ver”. Empiezo con un clásico que sigue dando guerra y se presenta en palabras o expresiones homófonas que, al pronunciarse igual pero escribirse de forma distinta, conviene diferenciar. Según el diccionario de la RAE, Real Academia Española, la primera de ellas, haber, se utiliza como auxiliar del propio verbo en tiempos compuestos (“Ha llegado”), como verbo impersonal (“Hay que ir”), o como sustantivo, en la acepción de “hacienda, caudal, conjunto de bienes y derechos pertenecientes a una persona natural o jurídica”. Y según la misma fuente académica el segundo, la expresión a ver, la utilizamos: en tono interrogativo para mostrar curiosidad (“A ver qué chulo te quedó”); cuando pedimos permiso o solicitamos que nos deje ver o comprobar algo, (“¿A ver, me dejas?”); para llamar la atención (“A ver, ¿lo has entendido?”); cuando mostramos aceptación (“A ver, claro, ¡cómo no lo voy a entender!”); o en sustitución de “claro” y “naturalmente”, delante de una oración que expresa expectación, curiosidad o interés a veces en forma de reto, temor o sospecha, deseo o mando.

 

Pero ésta es la teoría que está más o menos clara, una cosa es querer comprobar algo (“a ver”) y otra que haya algo que hacer (“haber”), y está bien que lo esté porque no hay duda alguna de que es importante poder identificar los errores ortográficos; lo malo es que el problema radica en la práctica, dado que se pronuncian de la misma forma siendo su escritura bastante diferente, ¿cómo saber cuál es la opción correcta? Perdone la osadía, producto quizás de una cierta deformación profesional o un problema de propia ignorancia, pero le voy a dar un truco de escuela: basta con que lo piense un momento y si en su mente puede cambiarlo por un “veamos”, entonces lo correcto es escribir “a ver”; a mí no me ha fallado nunca, al menos que me conste, ya me contará usted si le parece oportuno.

 

“Hay”, “ahí” y “¡ay!” Un trío que tal anda, más o menos como la pareja anterior, y del que la RAE nos explica lo siguiente: “hay” se emplea para indicar la presencia de personas o cosas, y procede del verbo “haber” utilizándose solo en tercera persona del singular; mientras que “ahí” es un adverbio de lugar que significa: “en ese lugar”, “a ese lugar”, “en esto” y “¡Ay” se utiliza como interjección para significar un estado de ánimo capaz de expresar una amplia gama de emociones como aflicción, dolor, miedo, sorpresa, suspiro, pena, temor o amenaza, además, siempre debe ir entre signos de admiración. Recuerdo de pequeño en la escuela el repetido “Ahí hay un niño que dice ¡ay!”, y ya de la que va, esta última palabra se puede emplear también como sustantivo masculino, que incluso tiene plural, “Los ayes de los afectados se escuchaban a lo lejos” y seguido de otras palabras “¡Ay de mí!”.

 

“Haya”, “halla”, “aya” y “allá” (1). Los primeros fueron una pareja, después vino un trío, pues bien, ahora toca un cuarteto del que la institución española que usted sabe, nos hace varias advertencias. Veamos para empezar las dos primeras que se diferencian sólo en una letra. “Haya”, escrita con “i griega” o “ye”, que se puede utilizar tanto de sustantivo femenino como de verbo, haciendo referencia bien a un tipo de árbol, por ejemplo, el haya común, Fagus sylvatica, un árbol caducifolio del género Fagus y familia de las Fagáceas. “Me dormí a la sombra de un haya”. O, en el segundo caso, correspondiendo tanto a la primera o tercera persona del singular del presente de subjuntivo del verbo “haber”, para expresar deseo, duda o posibilidad, “Ojalá haya llegado a tiempo”, como unido al participio del verbo, formando tiempos compuestos, “No sé si haya tenido éxito”. La segunda palabra, “Halla”, escrita con “elle” o “doble ele”, es un verbo, en concreto bien la tercera persona del singular del presente de indicativo o la segunda persona del singular del imperativo, del verbo “hallar”, que significa encontrar, “No sé cómo lo hace, pero halla siempre una solución”. (Continuará)

 

CONTACTO: [email protected]

FUENTE: Enroque de ciencia

 

Comentarios Comentar esta noticia
Comentar esta noticia

Normas de participación

Esta es la opinión de los lectores, no la de este medio.

Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios inapropiados.

La participación implica que ha leído y acepta las Normas de Participación y Política de Privacidad

Normas de Participación

Política de privacidad

Por seguridad guardamos tu IP
216.73.216.40

Todavía no hay comentarios

Con tu cuenta registrada

Escribe tu correo y te enviaremos un enlace para que escribas una nueva contraseña.