A propósito de lo ortográfico. Tildes (y 2)
(Continuación) Sigo con el nexo artístico, recuerde ortográfico-musical, que inicié con los adverbios sí y no, afirmativo y negativo, tildero uno el otro no, y que me ofrecía de primera mano la ochentera canción ‘Sí, pero no’ de la artista madrileña conocida como Lolita. Quien a su vez me brindaba involuntariamente por su parte, eso sí ya en primer y segunda derivada, un par de vínculos más -a saber, literato y cinematográfico, es decir segundo y séptimo arte de por medio- ahora con motivo de su nombre artístico; sí, estoy con usted, esto es parecido a lo que ocurre con las asiáticas y rosáceas cerezas, que al cogerlas del frutero para comerse una, nunca vienen solas. En fin.
En primera derivada. Como seguro sabe, perdone el paréntesis, Lolita (1955) es el título de la novela, una de las más conocidas junto a Pálido fuego (1962), del escritor de origen ruso y nacionalizado estadounidense Vladimir Nabokov (1899-1977). Una obra no exenta de polémica, trata sobre la relación de un profesor y su hijastra de 12 años, que está considerada por muchos críticos y académicos como una obra maestra de la literatura universal moderna y un clásico literario del siglo XX. Como tampoco ignora, con posterioridad, el texto fue llevado al cine en dos ocasiones con título homónimo, una la del perturbador film de Stanley Kubrick en 1962 y otra la de Adrian Lyne en 1997. Rizando el rizo y por cerrar la vinculación “lolitera”, sepa que la cantante hizo sus pinitos cinematográficos, llegando a ganar en 2003 el ‘Goya a Mejor Actriz Revelación’ por su papel en la película Rencor estrenada en 2002. Ya de la que va, no me resisto a ponerle negro sobre blanco un par de nexos más de esta historia, estos vinculados con las ciencias.
En segunda derivada. El primero de estos nexos científicos guarda relación con el año de publicación de Lolita, 1955, que es el mismo en el que fallece el relativista Albert Einstein, estamos pues de septuagésimo (70.º) aniversario. Claro que, bien pensado, no es el único aniversario “redondo” a celebrar pues el físico germano-estadounidense publicó su Teoría de la Relatividad Especial (TRE) en 1905 y la Teoría de la Relatividad General (TRG) en 1915; así que marchando una doble de centésimo vigésimo (120.º) y de centésimo décimo (110.º) aniversario. El segundo nexo está referido a un par de actividades quizás poco conocidas del escritor: una, su gran afición por ese deporte-ciencia que es el ajedrez, tanta que incluso le dedicó una de sus primeras novelas, La defensa de Luzhin (1929-1930); otra es su faceta científica como entomólogo, zoólogo que estudia los insectos, más en concreto como lepidopterólogo, entomólogo especializado en el estudio de esta orden de insectos que incluye a mariposas y polillas. A este respecto, no es el lugar ni el momento, solo apuntar que Nabokov llegó a publicar 23 trabajos científicos, la mayoría sobre taxonomía e historia natural de varias mariposas.
Palabras alargadas. Aunque su uso no es aconsejable ni en el lenguaje formal ni en el académico, no es menos cierto que resulta aceptable repetir una letra en su escritura, a fin de reflejar un cierto sostenimiento en el habla o de expresar emociones intensas. Y aunque defensor del uso expresivo del lenguaje, es parte de la creatividad natural de los hablantes sobre todo en los contextos digitales, es evidente que aún dentro de esta libertad informal, conviene respetar ciertas reglas básicas para una correcta ortografía de las mismas. Unas normas que la propia Real Academia Española (RAE) se encarga de hacer públicas y así dar repuestas a, entre otras dudas ortográficas: ¿Importa en la repetición si es consonante o vocal? ¿Cuántas veces se pueden repetir una letra? Si es vocal, ¿qué ocurre si ésta lleva tilde? A reseñar que la RAE no considera este tema un asunto menor pensando, sobre todo, en la claridad del mensaje que se quiera dar. Y así, para empezar, en una palabra, a fin de reflejar sonidos prolongados o enfatizados, publica que se pueden repetir tanto las consonantes como las vocales, si bien en los alargamientos expresivos lo habitual es que se repitan las vocales. Por otro lado, no existe un límite expreso de repeticiones, aunque en una escritura más o menos estándar están aceptadas hasta tres o cuatro repeticiones con las que expresar esta intensidad o prolongación, como en “¡Hoooola!” “Goool”, “A jugarrrr” o “Noooo”. No, nuestro adverbio negativo de vocal sin tilde, diferente del afirmativo sí que la lleva y lo hace merecedor de una especial atención, ¿cómo se repite la vocal, con tilde o sin ella?
“Síííí”, “Siiií” o “Síiii” ¿Cuál es la forma correcta según la RAE?, pues hasta donde he podido averiguar, no existe la menor duda: si uno desea expresar entusiasmo, alegría o intensidad con un “sí” prolongado, lo suyo es escribir “síííí”, ya que cuando se alarga una vocal tónica, la tilde debe mantenerse en la vocal sin importar cuántas veces se repita; todo sea por no cambiar el sentido de la palabra ni perder la claridad del mensaje. Se trata de una norma de aplicación a cualquier palabra con tilde que se modifique con fines expresivos, como enfatizar una emoción en un mensaje de texto o en redes sociales: “¡Mamáááá!”, “Perdóóón”, “caféééé”, “¡Raúúúúl!”, “¡Quéééé?!”, “¡Quieroooo acabaaaar aquííííí!” (Continuará)
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FUENTE: Enroque de ciencia












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