Tras la espinita clavada del año pasado por no haber podido procesionar debido a las condiciones meteorológicas durante la Semana Santa, los roteños han podido disfrutar de una Madrugá que ha teñido de morado las calles de una villa que ha vuelto a dejar claro quién es el Señor de Rota.

Desde que a las dos de la madrugada Nuestro Padre Jesús Nazareno saliera de la iglesia de la parroquia de Nuestra Señora de la O junto a su madre, María Santísima de la Amargura, han sido casi once horas de recorrido las que ha afrontado un cortejo formado por unos 1.100 hermanos de todas las edades que ha vivido una noche previa al Viernes Santo de total esplendor. Y es que si los roteños se echaron a la calle para poder estar con Jesús y su madre, las buenas temperaturas también jugaron a favor para que la noche más larga del año se viviera con intensidad. No lo han hecho solo las personas que forman el cortejo, entre hermanos penitentes, acólitos, músicos, capataces, contraguías o costaleros, sino muchos ciudadanos que cuando miran al Señor de Rota y a María Santísima de la Amargura, se sienten reconfortados y, aunque sea una vez al año, verlos por las calles de la villa es algo especial.

Aunque es siempre lo mismo, nada es igual, y eso hace mágico muchos momentos que se viven en la intimidad de una hermandad que puede presumir de ser la más numerosa en número de hermanos.

Desde que a las dos de la madrugada se abrieran las puertas de la iglesia de la O, Jesús de Nazareno y María Santísima de la Amargura han vivido momentos especiales como el Sermón de Pasión en la plaza Bartolomé Pérez, o el tramo en el que han procesionado ambos pasos en paralelo por la avenida Príncipes de España. Una estampa de los años 80 que se dejó de hacer y que hace cuatro años se ha recuperado para alegría de muchos roteños que disfrutan de la imagen que dejan estos dos titulares durante unos metros de recorrido, pensando en los más mayores, que también ha sido parte protagonista en esa visita del Señor de Rota a la esquina de la residencia municipal de ancianos, donde se han visto caras de fervor, agradecimiento y alegría por esa cercanía con Jesús. 

No ha sido el único que ha emocionado, también lo han hecho las saetas en la plaza de San Roque y, aunque no de forma improvisada, la plegaria que el grupo Malandar y familia ha cantado al Señor de Rota y la Amargura un poco antes de su recogida. Ha sido cuando Jesús Nazareno subía de su tradicional visita al muelle pesquero de la localidad, para bendecir las aguas en las que trabajan los marineros, y María Santísima de la Amargura lo esperaba para ser posteriormente ella la que lo hiciera, donde los pasos se han vuelto a enfrentar de nuevo a la altura de la plaza Bartolomé Pérez por Fermín Salvochea. La plegaria escrita por Abelardo González y adaptada a marcha procesional por el músico de la banda de la Hermandad del Nazareno, Raúl Linares,  se ha escuchado alto en una mañana larga de Viernes Santo. Muchas lágrimas y emoción en unos versos que entrañaban el amor de un pueblo a su Señor. No todos lo han podido vivir de cerca porque la aglomeración de público era importante pero esta oración cantada se ha escuchado alto y claro a pocos minutos de una recogida que, como siempre, se ha realizado con la plaza Bartolomé Pérez llena hasta la bandera. 

El fin de la Madrugá, pese a las horas que uno lleve despierto, siempre es un momento grande, el culmen de una estación de penitencia que se vive con especial intensidad a otras porque el Nazareno es una imagen clave en la Semana Santa de Rota, pero también, en el día a día de muchos roteños creyentes. 

Pasadas las 12.15 horas el Señor de Rota entraba en su templo tras el último empujón de una cuadrilla de costaleros que se ha abrazado y emocionado al ver completada la estación de penitencia, llevando sobre sus hombros el peso de la fe y el fervor de todo un pueblo.  

La Agrupación Musical Rosario de Crevillent de Alicante, ha vuelto a ser despedida entre aplausos por los propios costaleros que agradecían así su acompañamiento con marchas procesionales en un día tan destacado. Acto seguido, un poco antes de las 12.45 horas, se recogía en la parroquia de la O  María Santísima de la Amargura al son de los acordes de la banda de música de la Hermandad del Nazareno que ha echado el resto en estos últimos minutos en la calle, arrancando el aplauso de una plaza llena que ha disfrutado del fin de una Madrugá plena.

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