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Carlos Roque Sánchez
Sábado, 03 de Febrero de 2024

Acerca de la emergencia climática. Más puntos y dos nobeles

[Img #212146](Continuación) Una mayor proporción de este gas dióxido de carbono en el aire que es la responsable del crecimiento de la biomasa vegetal mundial, lo que es bueno también para la agricultura ya que aumenta el rendimiento de los cultivos en todo el mundo; sí, sin duda alguna, su presencia es “primordial” para nuestro planeta. Es algo que debemos saber desde los tiempos escolares, cuando estudiamos en la biología bachillera cómo mediante el ciclo de Calvin las plantas incorporan a sus tejidos, en forma orgánica, el carbono (C) del dióxido de la atmósfera durante la fase oscura de la fotosíntesis.

 

Modelos inadecuados. Luego es obvio que los modelos climáticos que empleamos para hacer las predicciones no se basan ni en buenos ni en todos los datos posibles y disponibles, de ahí que sus resultados no se ajusten a la realidad. Presentan defectos y derivaciones, y no resultan ser herramientas plausibles para la toma de medidas acertadas, ya que en su programación no solo no se han tenido en cuenta factores como el papel beneficioso del CO2 en la atmósfera, sino que se han despreciado otros no tan beneficiosos. Como el efecto de gas invernadero ejercido por el hidrógeno H2 emitido por los volcanes, o el efecto del calor radiactivo desprendido por los fondos marinos y transmitido a la masa oceánica y de ella a la atmósfera, entre otros. Es decir, hay que investigar aún mucho más en la complejidad del clima y sus oscilaciones.

 

Resultados cuestionables. La inclusión de estos otros parámetros, desarrollarían algoritmos inéditos que generarían un nuevo modelo climático, con otro tipo de respuesta diferente al problema planteado. Porque lo que no debemos perder de vista es que el resultado que nos ofrezca el modelo informático hecho por unos humanos, dependerá ni más ni menos que de los datos, hipótesis, presupuestos y supuestos que les hayan introducido esos humanos. De modo que aceptar posteriormente su resultado supone creer que es cierto todo aquello que inicialmente creen, o quieren creer, esos humanos (pseudociencia); algo que las evidencias parecen no demostrar (ciencia), un mal asunto por tanto y razón por la que hay que seguir investigando, antes de tomar decisiones drásticas. Éste es precisamente parte del problema del debate climático actual que dejo aquí, pues el undécimo decía mi abuela María “era no molestar” y “a buen entendedor con pocas palabras basta”. Ya de la que va, esta red de científicos advierte también acerca de lo poco realistas, dañinas y costosas que resultan las medidas que se toman para reducir la presencia del CO2.

 

Dos 'Premio Nobel'. Son los que están asociados por ahora con el documento ‘There is no climate emergency’ de CLINTEL y se los referí al principio. Se tratan del físico noruego nacionalizado estadounidense Ivar Giaver (1929), galardonado con el Premio Nobel de Física en 1973 ‘por sus descubrimientos experimentales en cuanto a los fenómenos de túnel en semiconductores y superconductores’. Y del físico estadounidense John Francis Clauser (1942), galardonado con el Premio Nobel de Física en 2022 ‘por sus experimentos de teletransportación cuántica con fotones entrelazados’, que algunos ven como el líder mundial de esta red de científicos y profesionales. Ellos han firmado también esta Declaración Climática Mundial en contra del alarmismo sobre el calentamiento global causado por el hombre, Nos oponemos firmemente a la política dañina y poco realista de cero emisiones netas de CO2 propuesta para 2050”.

 

Ciencia versus pseudociencia. Ambos científicos se han sumado a este cuestionamiento de algunos de los postulados del actual ecologismo dominante, caracterizado por augurar terribles catástrofes inducidas por el hombre, pero tras el que Clauser ve en realidad otros aspectos inquietantes, o bien dicho, varios. “Una peligrosa corrupción de la ciencia que amenaza la economía mundial y el bienestar de miles de millones de personas”, tal como lo lee, sí, es un anciano, está a punto de cumplir los 81, pero también valiente y preclaro, no hay dudas. Él aboga por una verdadera investigación científica contra la denominada crisis de cambio climático, y considera que la política climática debe respetar las realidades científicas y económicas; le dejo con su claro mensaje: “La ciencia del clima debería ser menos política y las políticas climáticas deberían ser más científicas”.

 

Adenda ¿Cómo lo ve? ¿Qué opina, hay o no hay emergencia? ¿Ha leído el documento original? En cualquier caso, ¿no le llama la atención que, a pesar de la declarada posición de gobiernos y agencias internacionales, y su supuesta y absoluta censura al respecto, este documento radicalmente disidente, haya podido llegar hasta la opinión pública? Pero, es más, ¿no le llama aún más la atención que, a pesar del tiempo transcurrido, no haya habido respuesta por parte de los organismos oficiales, sean gubernamentales, periodísticos o, sobre todo, científicos? Tito tatín, tatín, ta tito tito tito tin... La respuesta está ahí fuera. (Continuará)

 

CONTACTO: [email protected]

FUENTE: Enroque de ciencia

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