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Sábado, 09 de Noviembre de 2013

Balsa Cirrito

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LORENZO ES EL PICHICHI    



 
Si un jugador de fútbol marca un gol en un partido, se dice simplemente que ha marcado un gol en un partido. Si son dos se le suele llamar doblete. Cuando son tres, de unos años hacia acá, se anuncia que ha logrado un a hat trick. Lo que no tiene nombre es cuando un jugador consigue cuatro goles. Se me ocurre que podríamos llamarlo tetrabrik, que es palabra muy sonora y retumbante (aunque creo que casi todo el mundo lo sabe, no está de más recordar que tetra significa cuatro en griego). 


Pues Lorenzo ya tiene su tetrabrik.

Incluso en los días que corren, no es fácil encontrar un político con cuatro causas pendientes, más que nada porque con el exceso de trabajo que tienen los fiscales, difícilmente se van a detener tanto tiempo en la misma parada. Pero parece que con Lorenzo han hecho una excepción. No creo que nadie me eche en cara, como suele ser habitual en estos casos, animadversión personal o política contra Lorenzo. En bastantes ocasiones he manifestado mi simpatía y admiración por su persona; a decir verdad, cuando le llegó la primera causa en el juzgado escribí en estas mismas páginas que me gustaría que Lorenzo fuera absuelto, que quería que saliera inocente por su bien y por el de la democracia en Rota. Sin embargo, me temo que andamos ya off-limits. Lorenzo ha traspasado ampliamente las fronteras de lo digerible y se halla en una nueva dimensión, en algo así como el nirvana de los encausados o en el limbo de los que aguardan proceso legal, y podemos imaginar que el contacto que le une con los humanos de a pie cada vez es más tenue. Dicho de otra forma: no sé cómo se puede gobernar con una espada sobre la cabeza; con cuatro ya es casi como si pendiera del techo media baraja del mismo palo que no es ni bastos ni copas ni oros.

He observado en los últimos tiempos como el ayuntamiento, seguramente con el ánimo de hacer olvidar los juzgados a los ciudadanos, se ha lanzado a una carrera de naderías. A una olimpiada de menudencias, a una tómbola de banalidades, a un supermercado de bagatelas. Es decir, constantemente aparecen concejales en la prensa para anunciar a bombo y platillo asuntos que no son ni de bombo ni de platillo; que casi no llegan a noticias, pero que presentan como si hubieran encontrado pozos de petróleo en El Bercial. En fin cada cual se sacude las pulgas con la mano que tenga libre; el problema es que estas naderías que anuncian después ni siquiera se cumplen. En un par de casos lo he comprobado. En uno, observé directamente como uno de esos anuncios que hace un concejal de una iniciativa del ayuntamiento (no voy a decir cual, para no dejar mal a nadie), era absolutamente desconocido por todos los que trabajaban en el consistorio. O sea, presentan ante la prensa un proyecto municipal, presumen de él, anuncian que está en marcha y luego lo olvidan.  Aunque tampoco tengo la sensación de estar realizando una gran revelación: he escuchado varias veces a otras personas quejarse de lo mismo.

Sin embargo, que conste, no soy de los que pide la dimisión de Lorenzo. No es preciso ser muy observador para adivinar que, con la composición actual, en el momento en que Lorenzo se quite de en medio la precaria masilla que mantiene unido el ayuntamiento se disolverá con tanta rapidez como el alka seltzer, y la escasa efectividad municipal de ahora será todavía menor.

¿Cuál es la solución, entonces? Francamente no tengo ni idea: la única solución que se me ocurre sólo me parece divertida a partir de la tercera cerveza. Pero, en fin, es la siguiente. Esperar. Esperar a que Lorenzo acumule cuatro o cinco causas más en los juzgados. Cuando lleve ocho o nueve, es decir, dos tetrabrik y pico, en el ayuntamiento ya se habrán acostumbrado a las acusaciones del fiscal, pasarán de ellas, las mirarán con indiferencia y podrán gobernar a gusto. Lamento no poder decir como en las presentaciones aquello de “el gusto es mío”, aunque, desde luego, siempre será mejor ese gusto que lo que estamos viviendo ahora.

Así que, Lorenzo, ya sabes: ¡a por el pichichi!



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  • Las verdades del barquero

    Las verdades del barquero | Miércoles, 13 de Noviembre de 2013 a las 21:14:50 horas

    Es cierto que todo el mundo es inocente mientras no se demuestre lo contrario, pero hay un refrán que dice que cuando el río suena algo lleva, tengamos un poco de paciencia y el tiempo dará o quitara razones.. ..... Aunque hay que reconocer que cuatro causas pendientes da que hablar....

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  • POCHICHIS PROGRES

    POCHICHIS PROGRES | Domingo, 10 de Noviembre de 2013 a las 15:59:22 horas

    No creo que Lorenzo acumule tanto como el PSOE, por ejemplo, donde hay incluso encarcelados y con fianzas millonarias. Eso si que ser "pichichi".

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  • Abogado

    Abogado | Sábado, 09 de Noviembre de 2013 a las 22:53:39 horas

    Adolcros, cuando alguien es imputado es porque el juez cree que hay motivos legales para encausarle, no porque alguien se haya levantado de mal humor.

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  • adolcros

    adolcros | Sábado, 09 de Noviembre de 2013 a las 15:35:43 horas

    En realidad, cuando un Juez convierte a una determinada persona en imputado, sólo le comunica oficialmente que le está investigando, concediéndole la posibilidad de defenderse conforme al procedimiento legalmente establecido. Pero eso el público en general no suele saberlo, confundiéndolo alegremente con una pre-declaración de culpabilidad. Y muchos periodistas y otros variopintos personajes que pueblan los medios de comunicación dedicándose a llenar páginas de periódicos y narrando a su manera los múltiples procesos judiciales en curso, lamentablemente tampoco lo saben o, si lo saben, no parece importarles demasiado. La consecuencia de todo ello es una “lapidación” pública de la persona investigada, cuando según la Ley son aún completamente inocentes (tan inocentes como se supone que somos todos los demás), y cuando no han tenido todavía posibilidad de defenderse ni ha existido pronunciamiento judicial alguno sobre su culpabilidad.

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