LA DEMAGOGIA DE LAS PALABRAS

  
 
Si la semana pasada opinaba sobre la demagogia que los datos numéricos suponen en demasiadas ocasiones en boca de los políticos, qué decir de las palabras. Terminaba el artículo con unas palabras que el Príncipe Felipe pronunció en su discurso con motivo de los premios que llevan su nombre. Que el Príncipe nos señale  que “no podemos permanecer indiferentes e inmóviles, que debemos reaccionar”, resulta chocante.
 
En el último congreso de UPyD, su líder, Rosa Díez, pronunciaba estas palabras: “nacimos para regenerar la democracia, y la regeneración de la democracia es devolverle a los ciudadanos el control sobre las instituciones”.

Cualquiera diría, oyendo primero al Príncipe y luego a Rosa Díez, que estábamos asistiendo a un discurso de algún miembro del Movimiento 15M.

Porque, ¿qué quieren decir estos personajes con sus palabras? El Príncipe, por ejemplo, ¿contra quién quiere que reaccionemos? Y la líder de Unión Progreso y Democracia, ¿a qué se refiere con devolver a la ciudadanía el control de las instituciones? ¿Quiere otro tipo de democracia diferente a la representativa? ¿Eligen, Príncipe y súbdita, las palabras adecuadas para que la gente oigan lo que quieren o necesitan oír?

Pero la noticia que me inclinó a elegir el título para el artículo de esta semana fue el titular de un periódico local que, en primera página, expresaba: EL CONSISTORIO INICIA EL PLAN DE EMPLEO DE EXCLUSIÓN SOCIAL.

Arriba del titular aparecía con letras más pequeñas: INICIATIVA MUNICIPAL. SE SUPERAN YA LA DOCENA DE PLANES DE EMPLEO PUESTOS EN MARCHA DESDE LA ADMINISTRACIÓN LOCAL.

¿Qué veo de demagogia en semejante titular? La respuesta es fácil de contestar. Es la falta de información. Me explico. Las cincuenta y cuatro personas que podrán acogerse a esta nueva iniciativa  lo harán porque el plan de empleo aludido se enmarca dentro del Plan de Ayuda a la Contratación, recogido en el Decreto-Ley 7/2013, de 30 de abril, de medidas extraordinarias y urgentes para la lucha de exclusión social en Andalucía puesto en marcha por el Gobierno de la Junta de Andalucía.
Este hecho no se destaca en el titular. Al leerlo, todo hace pensar que el mencionado plan se lleva a cabo con fondos propios municipales. Sobre todo porque el equipo de gobierno lo incluye y lo suma a los planes de empleo locales puestos en marcha hasta ahora. Que es verdad que nuestro Ayuntamiento ha puesto en marcha diez planes de empleo con fondos municipales, pero este no es municipal. Ahí reside, en mi opinión, la demagogia del mensaje, en su distorsión.

Circula por la red mensajes recordando las promesas de los dirigentes del actual gobierno del PP cuando asentaban sus posaderas en los bancos de la oposición dentro del Congresos de los Diputados. La ciudadanía no olvida y difunde la demagogia de aquellas, y éstas actuales, palabras.

Así, se recuerda que en el año 2011 el PSOE subió el IVA dos puntos porcentuales, del 16% al 18%, y el PP se oponía a ello. Incluso hubo una recogida de firmas por parte de los populares oponiéndose a semejante subida. Se recuerda también que en el 2012 es el PP, ahora en el gobierno, quien ha subido el IVA, del 18% en que lo dejó establecido el PSOE, al 21% actual. Ahora, es el PSOE quien se opone.

Los políticos deberían recordar y tirar de hemerotecas y medios audiovisuales para contemplar la forma en que sus mensajes varían según en que bancos del hemiciclo se sientan. Así, la actual vicepresidenta del gobierno, Soraya Sáez de Santamaría, pronunciaba un discurso muy aplaudido por toda la Cámara, excepto por los diputados socialistas, en referencia a la Reforma Laboral puesta en marcha por el gobierno Zapatero. Decía la entonces diputada que la Reforma Laboral socialista era un fracaso anticipado por la forma y por el fondo. Decía, por la forma porque se ha aprobado sin diálogo social y sin acuerdo político. ¿Cómo?
La actual Reforma Laboral, la de Rajoy, ¿ha gozado de diálogo social y acuerdo político?
Hay que recordar, asímismo, a la señora vicepresidenta, que de su boca salió la frase dirigida a los socialistas desde la tribuna de oradores: “llegaron al gobierno presumiendo de talante y a golpe de decreto lo han enterrado para siempre...”.
Lo que más perplejidad produce de la intervención de doña Soraya es que “el decreto no está planteado para contratar, sino para despedir”.

A lo que se ve, a lo que se recuerda, la demagogia resulta provechosa desde el punto de vista electoral. A lo que se ve, los políticos no son esclavos de sus palabras, ni de sus promesas. Algunos confunden promesas y compromisos, sabiendo, como saben, que la promesa no compromete. Donde dije digo, digo diego.

¿Qué diferencia existe entre los demagógicos mensajes de los políticos y el pregoneo de un comerciante en un mercado para atraer a la clientela?

De cada discurso, de cada mitin, habría que llevar a cabo un exhaustivo análisis, una especie de comentario de texto. Extraer la demagogia de los números y la de las letras. Seguramente quedaríamos sorprendidos del abuso de ambas formas de “vender” y de “comprarnos”.
Salud.