99% Somos Mayoría
"Esto es una lucha de clases, por supuesto. De pobres contra ricos. Y están ganando los míos, los ricos, que la dirigen". A Warren Buffet, uno de los hombres con más dinero en el mundo, se le debe esta frase. Mientras las clases populares nos seguimos rasgando las vestiduras, diciendo que las ideas de derecha e izquierda están superadas, la gente con poder no tiene ningún problema en asumir la dialéctica de la lucha de clases. Así nos va.
No cabe la menor duda de que las clases dirigentes están cada vez más contentas con nosotros. Ellos siguen recreándose en la misma política: las nuevas medidas resultan hirientes y grotescas. Son incontables los ejemplos, pero con éste habrá más que suficiente ¿O no lo es que, después de una vida entera cobrándose los plazos en las cotizaciones de la Seguridad Social, te hagan pagar por un tratamiento de cáncer cuando saben que posiblemente te estén explotando hasta tu fin? Es tal el desprecio que sienten hacia nosotros que llegan hasta esto y esta es la crueldad de la que presumen.
Desde que el 15-M de 2011 naciera una nueva manera de enfrentarse a esta sociedad al servicio de los poderes económicos y a los grupos de presión ideológicos, apareció también una revisión de los métodos clásicos de lucha social cambiando el horizonte político; pero no todo lo que de allí surgió fue positivo. Con la inocente idea de aglutinar a todas las personas descontentas se sacralizó el concepto de Ciudadanía. Una mirada rápida y llena de buena voluntad nos mostraba un panorama ideal; toda esta amplía mayoría (el 99%) potencialmente podía acabar con todo lo que nos había llevado hasta aquella coyuntura, que no era más que el inicio de lo que vendría poco después. En cambio el tiempo y la política oficial nos han ido enseñando con todo su crudeza cuál es la realidad.
Es donde estamos y con pocos avances sobre lo que teníamos, más bien ninguno. De todo lo que se ha hecho solo se ha mostrado eficaz la gente de la PAH y en especial STOP DESAHUCIOS; dejando como hecho testimonial la lucha del SAT, con todos los medios de comunicación criminalizándolos y sembrando odios hacia el Sindicato entre el resto, no sea que nos contagien.
Tratemos de ser prácticos y analicemos que hemos sacado de todo esto. Primero, puede que si no hemos sabido canalizar tanta fuerza es porque el método no sea el correcto. Hace tiempo que se aceptó como axioma que para cambiar un sistema solo se puede hacer mediante una revolución o mediante unas elecciones. No sé si alguna de las dos es posible, tampoco es el momento para repetir lo que tantos han dicho tantas veces. ¿No era el momento de plantear algo diferente, desde las asambleas y con el compromiso de todos? ¿Qué se ha hecho hasta ahora? Nada. Como resultado el cansancio, la decepción y la desesperanza. Así que, cada uno a lo suyo, a solucionar su “parcelita”, ¿me podrían asegurar cuánta gente movería las mareas de no defender sus propios intereses? Y si lograsen sus reivindicaciones... ¿cuántos iban a continuar en solidaridad con el resto?
Puede que falle la esperanza, pero, por si alguna vez nos da por reflexionar un poco, dejemos claros algunos de los tópicos con los que nos queremos engañar a nosotros mismos. Somos el 99%, Somos Mayoría, bien; ¿y qué me quieren decir con eso? ¿Que ese 99% que tienen lo mismos problemas nos vamos a poner todos de acuerdo para exigirle al famoso 1% que actúe como nosotros pensamos? Dejémonos de ingenuidades. Aunque hubiese quien fuera capaz de asumir esta nueva línea, ¿alguien cree que la los votantes del PP van a aceptar que su gobierno es culpable, o al menos cómplice, de lo que nos pasa? Estos seguirán pensando que la culpa la tienen los socialistas por la forma de gobernar, y nadie les va a sacar de su cantinela, que para eso se la repiten todos los días como un mantra; ¿acaso los votantes socialistas van a dejar de votar al PSOE, si tienen claro que son la única posibilidad de acabar con este atentado contra las clases trabajadoras y el estado del bienestar, pues consideran que el PP son los únicos causantes, y no van a a hacer autocrítica de que tienen la misma culpa en mayor o menor grado?; ¿acaso las demás opciones están libres de generar desconfianza, si entre ellos han crecido como las setas los oportunistas, no hay más que ver algunos con pocos años y con mucha demagogia y populismo, y ninguno ha demostrado ser capaz de aceptar una democracia como la que exigimos? Pero, ¿qué me estás contando? que diría la frase suburbial que tan en boga estuvo no hace mucho.
Llegados aquí habría que proponer algo, ¿pero acaso soy yo garantía alguna? Si les apetece, mejor se lo piensan, hasta ahora está claro que no vamos a ningún sitio. Eso sí, los cuentos están bien en su contexto, no con nuestros problemas.
Manuel García Mata





























El cruel cuento chino | Sábado, 19 de Octubre de 2013 a las 20:46:18 horas
Me parece dificil por no decir imposible que en ningún pais, ya sea Rusia ó el que sea exista "un alto porcentaje de millonarios", sencillamente eso es un cuento chino que no hay quien se lo trague. En primer lugar es estadisticamente yá es de por sí imposible que ningún pais lo sea yá implicaria una cantidad de millones inexistentes. Y encima hoy ser millonario es 166 veces más dificil que antes. Es una puerilidad tanto como decir que en el vaticano hay un porcentaje alto de papas ó que en Inglaterra lo hay de reyes.
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