I HAVE A DREAM



 
El discurso más famoso de Marthin Luther King es conocido como I have a dream,  “Yo tengo un sueño”. Pues no es Martin el único, yo también lo tengo, la mar de bonito, aunque no parece muy probable que a mí me otorguen el premio Nobel de la Paz como al reverendo King.

El mío es más prosaico. Mi sueño es que un día nos anuncien por la TV que se ha encontrado un yacimiento de petróleo en España. Mismamente en Almería, que allí ya hay desierto, y el desierto parece llamar al petróleo. Pero no un yacimiento de chichinabo, no. Un yacimiento de la leche, un yacimiento brutal, un yacimiento profundo como el pozo en el que cae Gandalf en El señor de los anillos, que se llevó varias semanas cayendo y no encontró fondo. Tan inmenso que logre que las reservas de Arabia Saudí parezcan el depósito de un Twingo. Un yacimiento atroz, que inunde las arcas públicas, de tal forma que no haya un político  lo suficientemente corrupto como para pulirse tanta pasta. Mucho dinero fluyendo. Tanto dinero como para acabar las obras de la variante de El Puerto de Santa María. Qué digo, dinero como para que la Comunidad de Madrid entregue libros de texto gratuitos a los estudiantes de aquella región. En fin, reservas para un millón de años, energía para exportar al mismísimo sol ardiente.

Pero mi sueño tiene un corolario. ¿Cuándo quiero que se anuncie el hallazgo de ese fabuloso yacimiento? ¿Cuándo? Muy sencillo: en mi sueño el anuncio se realiza un par de días después de que Cataluña anunciara su independencia.

PD: Jamás en todo el mundo una manifestación ha alcanzado el millón de personas. Jamás en la historia de España una manifestación ha llegado no ya al millón, ni siquiera a las cien mil personas. Y no lo digo yo, lo dicen las matemáticas y la tecnología.