Calle Charco, con Antonio Franco
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NO A LAS GUERRAS, A TODAS LAS GUERRAS
Me cuesta trabajo creer que todavía haya por ahí personas que se crean que cuando alguna potencia interviene en una guerra lo haga altruistamente. No conozco ninguna guerra en la Historia de la Humanidad que no conlleve algún interés económico. Por mucho que la quieran disfrazar de motivos de índole humanitaria, todas las guerras tienen un fin mercantilista.
Si se acuerdan, la Guerra de Secesión de los Estados Unidos, entre 1861 y 1865, se vendía como una guerra entre los abolicionistas de la esclavitud de los negros contra los estados del sur que utilizaban a los esclavos negros en sus plantaciones. Como todos sabemos aquella guerra la ganaron los estados del norte, esto es, los abolicionistas. Pero los ciudadanos de raza negra, pese a ser hombres libres, no adquirieron los derechos civiles de los blancos. Tanto es así que en 1.968, Martín Luther King erigió la bandera de la igualdad de los de su raza encabezando un movimiento por los derechos civiles de los negros que incluyera el derecho al voto, la no discriminación y otros derechos civiles. Después de un siglo de acabada la Guerra de Secesión, los negros seguían siendo ciudadanos de segunda en la democracia norteamericana. Aquella guerra, como todas, tenían una finalidad económica.
Cuando Estados Unidos declaró la guerra a España por la cuestión de Cuba, allá por 1898, no lo hizo para librar al pueblo cubano del yugo de la metrópoli. La cuestión era el dominio comercial del Caribe, quedando así libre de la influencia de un país europeo.
Ahora nos quieren vender que van a atacar a Siria para defender a la población civil por el uso de armas químicas por parte del régimen sirio. Que no digo que no haya utilizado armas químicas, ojo. Pero que no vendan el ataque como un acto de humanidad. Entre otras cosas porque en ese ataque van a morir inocentes que no entienden de conflictos ni de diferencias.
La verdad es que en esta guerra, como en las anteriores, está en juego otros intereses.
Si tanto preocupara al Consejo de Seguridad de la ONU la población civil y el maltrato por parte de los dictadores repartidos por todo el orbe, podrían proponerse llevar a cabo de una vez los compromisos que adquieren en cada foro internacional para acabar con el hambre en el planeta.
En el año 2006 hubo una Cumbre Mundial contra el hambre. Estaba liderada por Brasil, Chile, España y Francia. Ciento trece países firmaron en aquella ocasión una declaración conjunta contra el hambre en el mundo.
La Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) denunció que los alimentos se utilizan como un instrumento político y económico. Y la situación no cambia.
En otro foro mundial, en 2009 en Roma, se acordó reducir el hambre a la mitad a partir de 2015. A aquel encuentro faltaron los máximos mandatarios de los países. Fueron enviados representantes de segunda fila.
Que no nos vendan la película de que la intervención militar se hace para defender al pueblo sirio. La verdad es que más de ochocientos millones de personas pasan hambre en el mundo, la mayoría en Asia y África. La verdad es que cada año mueren casi siete millones de niños en el mundo.
Para reducir el hambre a la mitad sería preciso invertir más de veinte mil millones de dólares al año en proyectos agrícolas, según la FAO. Claro que estas inversiones supondrían unos beneficios económicos anuales de más de 120.000 millones de dólares. Pero, si todo el mundo puede comer y nadie se inmiscuye en conflictos interesados, ¿quién dominará el planeta?
Algunos dirán que esto no es el país de los teletabies. Es verdad, parece que el mundo es más complicado. Pero, al menos que no nos traten de hacer ver que las guerras, son situaciones altruistas y desinteresadas. ¿Cuánto costará cada misil lanzado?, me pregunto. Y, ese coste en mísiles ¿se hace sin nada a cambio, porque “son los buenos”?
Creer que hay guerras por razones humanitarias es una equivocación. Adquiramos un sentido crítico a estas situaciones. Es como creer a pies juntillas los pasajes del Génesis. Algunos creen ciegamente en el Arca de Noé. No se paran a pensar y calcular la cantidad de carne que tuvo que almacenar Noé para dar de comer a tantos carnívoros durante cuarenta días con sus respectivas noches. Ni cuanto “verde”, de igual modo, para los herbívoros. El tema de la sed, sí que estaba solucionado.
Seamos críticos con las situaciones y razonemos. Las guerras, todas las guerras, son malas. Unámonos a la voz de NO A LA GUERRA. Entre otras cosas porque van a morir niños, mujeres, ancianos, que necesitan más el apoyo de las potencias económicas en áreas como la sanidad, la educación y la alimentación, más que el bombardeo de sus países. Y los que no se unan a este clamor de NO A LA GUERRA, que al menos no menosprecie a los que lo hacen.
Del Diluvio Universal quedémonos con el mensaje, no con el hecho inverosímil. Es de lo único que podemos presumir que nos diferencia de los animales, de poseer raciocinio.
Salud.












ARS | Jueves, 19 de Septiembre de 2013 a las 15:29:22 horas
Estoy totalmente en contra de las guerras que se hacen por motivos económicos, que por desgracia parece que son las mayorias de ellas, como fué la de Irak y que poco o nada se ha solucionado, pués sigue estanto en guerra a pesar del tiempo transcurrido. Hay otras que si son totalmente justificadas , como fué la segunda guerra mundial, si no se le hubiera parado los pies a A. H. que seria hoy de muchos paises.El acuerdo entre E.U. y Rusia para obligar a Siria a destruir su armamento de destruccion masiva, es mejor que un ataque a dicho país.
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