SOLUCIONES DIFERENTES A LOS MISMOS PROBLEMAS



  
Si toda esta historia comenzó por el desequilibrio presupuestario de los bancos, ¿por qué tenemos que salir de esta crisis a costa de tanto sacrificio basado en tantas mentiras?.

Ahora resulta que el estado del bienestar es excesivamente caro. Ahora resulta que la Educación Pública necesita ser revisada. Lo mismo ocurre con la Sanidad Pública. De la misma forma actúa este gobierno con la Ley de Dependencia. Las pensiones tienen que ser revisadas, corregidas y baremadas según la esperanza de vida. Hay que revisar el acceso a la Justicia de la ciudadanía. Ya saben, tasas por aquí, tasas por allá. Con la ayuda al estudio no digamos. Hay que eliminar tanto personal en las Universidades. Se sube la nota media y de un plumazo se han cepillado a un buen número de jóvenes que no pueden seguir estudiando porque sus padres no tienen capacidad económica para ello. Hay que reformar las administraciones, evitando duplicidades de funciones. Hay que eliminar empleados públicos. Más paro.

Esto en la parte de gastos. En la parte de ingresos, ya se sabe, subida de impuestos, sobre todos directos, que son los que no tienen en cuenta el bolsillo del ciudadano. Justicia social que se llama. ¡Y un cuerno!
En el camino va quedando un aumento de familias empobrecidas, desahuciadas, desesperanzadas…

¿No resulta más efectivo desde el punto de vista económico reformar la Constitución y tomar una serie de medidas que produzcan menos daños al conjunto de la ciudadanía?
Se podría eliminar el Senado. Una Cámara que la mayoría de los españoles opinamos que no sirve de nada. A nosotros, los roteños, el Senado nos ha servido para que el poder legislativo se querelle con nuestro ayuntamiento y nos demande casi diez millones de euros. En eso andamos, contratando a bufetes de abogado de prestigio para que nos saque del entuerto que provocó una enmienda del grupo popular en el Senado con el tema del IBI de la Base Naval. A un senador del PP se le ocurrió la solución a tanta demanda roteña. Y propuso la enmienda de que todos los inmuebles de la Base Naval están afectos a la Defensa Nacional. Al susodicho senador se le ocurrió la idea de eliminar el vocablo DIRECTAMENTE, y asunto concluido. Todos los inmuebles, directa e indirectamente, están afectos a la Defensa Nacional. Y como llevamos bastantes años compensando el IBI de los inmuebles de la Base Naval no afectos “directamente” a la Defensa, pues ahora quiere que se lo devolvamos. ¡Casi ná!, que dirían en la antigua Barbería de Prudente.

Se podría eliminar también las Diputaciones provinciales. Al fin y al cabo, en un Estado de las autonomías, las Diputaciones suponen un burocrático escalón más en el entramado democrático. Con dotar a todos los ayuntamientos, pequeños y medianos, de la suficiente financiación directamente, bastaría.
Se podría aumentar la plantilla de los inspectores de Hacienda para perseguir el fraude fiscal con mayores dotaciones de medios humanos y técnicos.
Se podría pedir responsabilidades a los políticos en sus labores de gobierno. No se pueden producir situaciones como de la Mancomunidad de Municipios del Bajo Guadalquivir, donde los once ayuntamientos se van a repartir una deuda de casi sesenta millones de euros, por la nefasta gestión llevada a cabo por los dirigentes del ente mancomunado. La culpa, sin duda, es de todos los partidos políticos que han formado parte de la Mancomunidad. Las víctimas, los trabajadores y las empresas proveedoras.

Si el político mandamás de turno deja su cargo por “motivos personales” o porque ha acabado una legislatura, debería dar cuenta de su gestión al salir. Al fin y al cabo, ha estado manejando dinero público.

Se podría eliminar los conciertos con empresas privadas en todos los ámbitos. Ello supondría una apuesta por lo público, por encima de todo. Se crearía más empleo y saldría más barato. Una empresa se crea para ganar dinero. A una empresa concertada, además, parte de sus beneficios le llega de lo público.

Y, como frente a tantos recortes, ajustes y aumento de impuestos, nos encontramos con una total falta de transparencia, la ciudadanía se indigna. Así, en el Manifiesto de los indignados, se recogen 25 propuestas, relatadas en el libro “No nos representan”. Una de ellas hace referencia, precisamente, a la ausencia de transparencia. En la valla del metro de Madrid de la plaza del Sol se podía leer: España es diferente, no indiferente. El mensaje estaba en inglés, Spain is different, not indifferent.

Los indignados clamaban: “ si pueden presentarse a las elecciones personas imputadas en casos de corrupción, es porque no hay transparencia acerca de su gestión. Sin claridad política, las conclusiones se derivan a los jueces. El galimatías jurídico que construyen, apoyados en poderosos bufetes de abogados, hace incomprensible la situación para la gente de a pie. Al final, la sensación es de impunidad: los que roban no reciben sanción alguna por su conducta inmoral. La política deja de ser  servicio público y se convierte en un privilegio”.
Una razón más para estar indignado y para pedir cambios en otra dirección, ¿no creen?
Salud.