Calle Charco, con Antonio Franco
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SALUD, DINERO Y AMOR
Salud, dinero y amor. Esas son las tres “cosas” que, según la canción del argentino Rodolfo Sciammarella, ”hay en la vida”. Y al autor de la letra no le faltaba razón.
La elección de uno de los tres “dones” depende de la edad de cada cual.
En plena adolescencia, sin duda alguna, la elección sería el amor. Los jóvenes no han adquirido todavía el apego al dinero y lo de la salud, por regla general, es innato a ellos. Aunque, a estas alturas de la historia de la humanidad, muchos optarían por el “don” de la Suerte. Sobre todo a la hora de acabar los estudios y acceder a la vida laboral. Hoy por hoy se necesita algo más que talento y preparación para ello. De reescribirse la canción, la letra cambiaría sustancialmente. “Cuatro cosas hay en la vida: salud, suerte, dinero y amor”, vendría a decir la versión siglo veintiuno.
Metidos ya en plena madurez vital, el Dinero viene a ser el preferido entre los “regalos de la vida”. No para todos, claro. Pero la mayoría intentan seguir el prototipo de la modernidad. Ya saben, revolucionarios a los veinte, burgués a los cuarenta y millonario a los sesenta. Esta secuencia de valores, afortunadamente, no se da en la generalidad, aunque sí en la mayoría. Claro que la crisis actual ha roto los esquemas a los seguidores de los postulados económicos-neoliberales.
Y sin duda, cuando más se aprecia el don de la Salud es cuando nos acercamos aceleradamente a la vejez. A partir de cierta edad, la salud es la dádiva más preciada. Pero también los efectos de la crisis actual y las medidas para salir de ellas están trastocando esta lógica preferencia. Ya ven, el cálculo de las pensiones (según un comité de expertos) tomará como referencia la esperanza de vida que se prevea cada año. Es decir, a mayor esperanza de vida, menor pensión nos quedará para “disfrutar” de esos años de más que nos pronostican. No sé yo si llegado a jubilado viejo preferiré la salud a tener un poco más de dinero para gozar la senectud. A esas alturas de la vida, la salud del momento hay que compensarla con algo de dinero. Más que nada para el mantenimiento de los gastos que la salud va a necesitar por aquel periodo.
Hace unas semanas, el Presidente de Uruguay, en su visita a Cádiz, José Múgica Cordano, decía que “pobre es el que necesita muchas cosas”. Él, que vive en una casita de apenas cincuenta metros cuadrados en lugar de residir en el Palacio Presidencial de Montevideo, se decanta sin lugar a dudas por la Salud. Si se fijan, casi, casi, igual que Urdangarín. Pero no todos piensan como el Presidente Múgica. Me refiero a que no todos los políticos se plantean la vida de esa forma. O, dicho de otro modo, no todos los políticos están dispuestos a semejante plan de vida. Eso sin incluir a la caterva de cargos públicos corruptos que se extiende y circula por la geografía hispana. Estos personajes “merecerían” que alguien les dedicara la letra de una canción-protesta.
“No sólo de pan vive el hombre”. Federico García Lorca se decantaba por la Cultura. Ésta, como una conquista. “Está bien que todos los hombres coman, pero que todos los hombres sepan; medio pan y un libro”. Diferentes valores. Difícil, muy difícil, de apreciar por los que se decantan por la riqueza. Difícil de apreciar y de comprender. Ya saben aquello de que “piensa el ladrón que todos son de su opinión”. No saben encontrar la felicidad fuera del dinero. Si se vuelven a fijar, casi, casi, como Luís Bárcenas.
Siguiendo con la nueva versión de la canción primigenia, podríamos añadir otro “obsequio” a los ya tradicionales de salud, dinero y amor. Podríamos agregar el de Trabajo. Porque, tal y como está la situación, tener trabajo es toda una suerte. Aunque ya comienzan a existir trabajos que no dan ni para comer. Son las consecuencias de la reforma laboral de los conservadores.
¿Cuándo se ha visto que un convenio laboral de una empresa pueda acoger entre sus cláusulas la prohibición a la huelga de sus empleados y que se pueda congelar el salario durante más de seis años? ¿Qué cuándo se ha visto? Pues hoy mismo. Como hace cuarenta años. A la suerte de tener un trabajo habría que añadir la suerte de tener un salario digno.
Volvemos, pues, a la vida en blanco y negro. Regresamos a la penuria de salarios miserables. Retrocedemos al futuro incierto, a aquellos años en que la canción, “salud, dinero y amor”, irrumpía en los hogares españoles y hacía olvidar, por unos instantes, la rutina. El españolito de a pie se sentía feliz con sólo poseer alguno de los dones. Resignado suspiro.
Salud, dinero y amor, decía la canción.
Salud Pública, podríamos añadir.
Dinero Público, podríamos recordar a los mangantes y chorizos que aprovechan el privilegio de sus cargos para enriquecerse sin importarles la situación de los compatriotas que lo están pasando mal.
En cuanto al amor, lo dejamos ahí.
Salud.












Martinez el Facha | Viernes, 21 de Junio de 2013 a las 20:37:58 horas
Mein freund ARS,claro que la crisis no le ha venido de perlas al PP, pero si todo el mundo sabe que ganamos las elecciones por el tremendo carisma y simpatia de nuestro lider Mariano. Estos rojos siempre buscandole tres pies al gato. Muy bien argumentado que la culpa es la herencia que dejó el PSOE, que no supo manejar la que le dejó nuestro admirado y simpatico Aznar, que con ayuda de los especuladores supo inflar el globo hasta limites increibles, y luego vino Zapatero y se le explotó, claro. Claro que en la izquierda hay capitalistas, pero son tan torpes que no han sabido desviar su capital a Suiza en estos tiempos de crisis como sií hemos sabido hacerlo los de derechas, es que hasta para eludir capital hay que ser listos. Por supuesto que aventurar que los jovenes tendran pensiones miserables es un atrevimiento, porque la mayoria de los jovenes no habran ni cotizado para tener derecho a esa paga miserable. Además eso es problema del proletariado, mientras que a los potentados de la derecha nos vaya bien, que más dá. Lo nuestro es recortar derechos laborales, abaratar despidos y hacer contratos basura. Y para esto la crisis es la mejor excusa, para enriquecernos y si algo sale mal, no pasa nada, tenemos la pasta en Suiza. ¡¡¡Viva España!!!
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