DISTINTAS FORMAS DE MEDIR



  
El pasado día 5 del presente mes, leí, sorprendido, una noticia que me llamó poderosamente la atención. En Arabia Saudita iban a ejecutar a un grupo de jóvenes que estaban cumpliendo condenas desde la adolescencia por diversos delitos de robos. Al alcanzar la mayoría de edad, lo iban a ajusticiar. La noticia ya de por sí es impactante, pero sobre todo, lo que me causó una mayor impresión fue que uno de los condenados a la pena capital iba a ser crucificado. Quise contrastar la noticia con los informativos de televisión, pero no oí nada al respecto. Al menos en los telediarios de Televisión Española que es donde elijo siempre para informarme.

Ningún mandatario de ningún país del Mundo ha alzado la voz contra este hecho. Curioso. ¡Claro!, ¡qué ingenuo por mi parte! ¡Arabia Saudita es un país amigo! No es ya que disponga de petróleo, es que nos ayuda en la guerra contra los terroristas islámicos. Mejor no inmiscuirse en asuntos internos de este Estado soberano. Ningún país ha propuesto un “castigo” ejemplar para el país de la monarquía Saudita. Me refiero a que no se ha planteado ningún cerco económico por el incumplimiento de los derechos humanos.

De las ejecuciones en China si estamos informados. Es espeluznante ver a través de la pantalla del televisor los fusilamientos llevados a cabo en el gigante asiático. En estos casos, los países occidentales alzan la voz pero no con insistencia. Tampoco se le ocurre a ningún país en el seno de las Naciones Unidas proponer un embargo comercial a los chinos. Se trata de una economía emergente, con millones de consumidores dispuestos para la adquisición de todo tipo de mercaderías. Y, ya se sabe, que los clientes siempre tienen razón. Lo mejor, en estos casos, es no inmiscuirse en asuntos internos.

El caso de Cuba es diferente. Se trata de una amenaza para Estados Unidos. Sus armas de destrucción masiva amenazan la seguridad norteamericana. Es normal el cerco económico a que está sometida la población cubana desde hace ya un puñado de años por parte de los gobiernos estadounidenses. ¿Qué Cuba no posee armas de destrucción masiva? Entonces, ¿por qué ese castigo? ¡Ah, es que se trata de una dictadura!

Pero, es que Arabia Saudita tiene acaso un régimen democrático?
¿Ejecutan en Cuba a los delincuentes comunes? ¡Ah, pero encierran a la oposición política! Claro, es normal entonces ese castigo. Se lo tienen merecido. Pero, ¿no encierra el Gobierno Chino a sus opositores políticos? ¿Por qué no sancionan de la misma forma en que “castigan” a los cubanos, a China?

Se trata sólo de interrogantes críticas. No espero ninguna respuesta. Sobre todo, no espero ninguna respuesta razonable. Aunque la conclusión a la que se llega es que los intereses económicos prevalecen sobre los derechos humanos.

De la trilogía “la Guerra perdida”, de Jordi Soler, he extraído el siguiente texto: “ Las fronteras en Europa, que antes eran un trazado en un mapa, ahora las imponen los empresarios, los dueños de las compañías de teléfono, por ejemplo, o los dueños de los bancos o de las líneas aéreas; basta pagar una llamada de España a Francia, o coger un avión o hacer una transferencia bancaria entre estos dos países para comprender que en Europa no se han abolido las fronteras, simplemente han cambiado de administrador”.

Clarificador pensamiento. El planeta está dominado por el Poder económico aunque nos hagan creer que los que gobiernan son los Estados. Cómo van a castigar los gobiernos, digo las empresas, a China, si son millones y millones de clientes.

En América Latina, algunos países,  con el respaldo ciudadano en las urnas, se están levantando contra el sistema neoliberal al que las personas importan poco. Bueno, importa en el sentido de que son clientes. Venezuela, Nicaragua, El Salvador, Bolivia…e incluso Brasil, han alzado la voz contra este sistema económico depredador. Pero claro, la publicidad occidental interesada  presenta a todos estos gobernantes como unos desalmados, unos indios primitivos y unos demagogos.

La Historia nos lleva a recordar al Chile de Salvador Allende y al alzamiento golpista de Pinochet. Los intereses económicos de las multinacionales propiciaron que las políticas económicas que el gobierno de Allende quería poner en práctica resultase un peligro dentro del sistema económico que se estaba tejiendo.
¡Qué más quisieran que actuar en todos estos Estados latinos “rebeldes” como lo hicieron en Chile en 1973!
Claro que entonces, los demás países de la América Latina, estaban gobernados por dictadores afines a los intereses económicos capitalistas. La respuesta democrática del pueblo chileno se dejó de lado. Allende representaba un mal ejemplo a seguir por los países periféricos.

Pero ahora es diferente. En el siglo XXI no se trata sólo de un país. Son varios los que han contrariado al sistema neoliberal. Y lo más destacado es que lo están llevando a cabo desde el sistema democrático, con los votos de los ciudadanos.

Comprendo que es complicado comprender los cambios que se están produciendo en esta parte del planeta, sobre todo para el pensamiento europeo. Los pobres encuentran una esperanza en el Socialismo democrático del siglo XXI. Por eso eligen estas opciones políticas. Las demás, los golpistas y los neoliberales “democráticos”, les tienen hundidos en la miseria. Resultan una molestia, eso sí, para “los que trazan las fronteras” en la actualidad. Para los que la trazan y para sus seguidores.
Salud.