Calle Charco, con Antonio Franco
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PUZZLE
¿Han intentado alguna vez la confección de un puzzle? ¿Son aficionados a esto de montar un rompecabezas con decenas, cientos o miles de piezas para acabar concretando un paisaje o cualquier otra estampa? Yo, nunca. No tengo paciencia para ello. Tampoco me apasiona la idea. Pero un amigo me explicó la técnica a seguir para su montaje.
En primer lugar se separan las piezas por colores o estampados. Se sitúan juntas las del mismo color. La cosa se complica si el puzzle resulta ser un paisaje donde se exhibe un cielo celeste y, además, tiene agua del color del cielo. Entonces habrá que volver a clasificar de nuevo las piezas de susodicho color.
Se separan, también, las piezas que presentan algún perfil recto, porque son las que nos van a indicar el borde propio de la escena a confeccionar. Éstas son las más fáciles de identificar, naturalmente.
A partir de esa base, se van encajando las piezas. Da igual por arriba que por abajo, ya que las del perfil recto nos marcan el camino a seguir.
A veces nos encontramos con alguna pieza difícilmente encajable, una pieza un tanto rebelde, que al final, tiene que encajar, lógicamente, en el conjunto.
A medida que vamos creando el dibujo, unas partes nos caen más “simpáticas” que otras, según el grado de dificultad que presente el encontrarlas.
Al final, rebeldes y simpáticas, fáciles y difíciles, conformarán la composición, porque cada una forma parte del todo.
A todo este rollo del puzzle que cada uno le saque la moraleja que crea conveniente. Lo que sí resulta más complicado es la resolución del puzzle económico.
Desde que en el 2008 diera comienzo la crisis financiera, ésta ha ido tomando diversos enfoques. Siempre se trató de una crisis financiera. No es una crisis de recursos alimentarios ni de abastecimiento energético, como en otras ocasiones. Bueno, no para Occidente. Es una crisis producida por el caos en que se han visto envueltos las grandes entidades bancarias, las verdaderas catedrales del poder económico neoliberal. Pero la madeja que se ha generado es tal que parece que nadie tiene la solución. Claro que la solución que dan algunos no interesa.
Así, los gobiernos se encuentran ante un puzzle complicado de resolver. Para empezar, como se trata de una crisis financiera, esto es falta o falla la financiación, lo primero que los gobiernos proponen es el equilibrio presupuestario. No se puede gastar más de lo que se ingresa. La primera medida tomada a este respecto fue la modificación de la Constitución, el artículo 135, para garantizar un techo de gastos.
Una de las piezas que no encajaban en todo este puzzle eran los funcionarios. Recortar gastos en la Administración Pública suponía no incrementar el número de funcionarios, llámese policías, médicos, profesores…con lo que la subida de la tasa del paro estaba garantizada por estas “piezas del puzzle”. Aumentaba así el paro y bajaba el número de cotizantes a la Seguridad Social. Eso sí, el objetivo de alcanzar el equilibrio presupuestario parecía estar más cerca. O eso proclamaban.
La Reforma Laboral que aprobaron no generó las expectativas que se esperaba de ella. Las empresas entraron en una dinámica de Expedientes de Regulaciones de Empleo y aprovecharon que resultaba más barato despedir al personal. Más parados, menos ingresos en la seguridad Social; menos consumo, menos ahorro, más gastos por el desembolso de las cantidades por desempleo…
Había que buscar algunas vías de ingresos que compensaran todo este desaguisado. Así, subieron el IRPF, subieron el IVA, intentaron recaudar con una especie de amnistía fiscal parte del dinero negro camuflado…También recortando el dinero de los funcionarios y suprimiendo la paga extra de Diciembre.
El resultado fue menos consumo y, por tanto, las pequeñas y medianas empresas empezaron a cerrar ante la situación insostenible que se les planteaba. Más parados, por tanto.
No sabemos si de esta manera alcanzaran el objetivo del déficit propuesto desde Bruselas por indicativo, o imperativo, de Alemania. No creo. Porque si lo consiguen será a costa de haber dejado en la más profunda miseria a una buena parte de la población.
Con casi seis millones de parados no se puede decir que el puzzle vaya bien encaminado. Demasiadas piezas sueltas que parecen no encajar. Cada vez más piezas rebeldes que no quieren encajar en este maldito puzzle.
Las noticias de hambre ya no vienen sólo del África subsahariana. Hace unos días, la noticia con la que abría un telediario era que miles de niños portugueses iban sin comer diariamente al colegio. Y estos, los colegios, se han convertido en una forma de poder comer a diario. Y se trata de vecinos de al lado. No es necesario recorrer muchos kilómetros para descubrir las consecuencias de estos métodos. Tal vez el gobierno portugués, al final del ejercicio económico pueda mostrar a Bruselas unos datos económicos aceptables para la Merkel. Tal vez.
Si el puzzle se resiste, si es imposible el encaje de sus piezas con los métodos adoptados hasta ahora, ¿no van a cambiar de metodología para terminar de confeccionar una buena estampa? ¿Hasta dónde podrá soportar el personal?
Habrá que volver a los métodos keynesianos. El Estado tendrá que invertir y así, crear empleo. Los empleados dejarán de percibir limosnas estatales, consumirán y declararán a la Hacienda Pública, cotizarán a la Seguridad Social aportando más que arañando… ¿No era el empleo, en boca de los populares, la mejor receta contra la crisis?
Este puzzle tiene demasiadas piezas sueltas.
Salud.












funcionario tipo d | Jueves, 07 de Febrero de 2013 a las 15:09:18 horas
la culpa es de los albañiles, mientras yo ganaba mil euros otros presumian de ganar dinero, verdad antonio?
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