Ahora, más que nunca
Hoy, quizás más que nunca, el término política se encuentra bajo mínimos. Es posiblemente un hecho cultural y educacional. Nuestra pasada generación vivió momentos históricos muy dramáticos con una guerra civil y 40 años de franquismo que abonaron el terreno para normalizar el dicho : "ni hables, ni te metas en política". Mi madre octogenaria y conservadora en ideas, cada vez que tiene la oportunidad me lo reitera. Es una realidad, la política es una práctica que hay que evitar.
Con este artículo tan sólo pretendo animaros para que no hagáis ni caso a estas tradiciones que están alejadas de la razón, de la libertad y de la participación en los problemas que nos afectan a diario. Practicar el diálogo político es de culturas avanzadas, es sinónimo de participación ciudadana y nos ayudará a ser mas asertivos.
Aprendemos en el debate y en definitiva, nos socializamos. Sócrates utilizaba la pregunta como método para llegar a resolver sus dudas. Él tuvo claro que para aprender debemos saber que no sabemos, ese es el único camino para estar en un continuo aprendizaje. La ignorancia sólo nos lleva a la inacción, hacia una deriva conformista y apática que en ocasiones puede llegar a ser destructiva, al dejar que los demás decidan por nosotros.
¿Qué es Política ?
La Política es una actividad social que trata de resolver conflictos y supone la expresión de opiniones contrarias. También podemos entender la política como los asuntos que afectan al estado, a tu comunidad autónoma, a tu ciudad. La Política se sustenta en una fe profunda en la razón humana y en la eficacia del debate y la discusión, además se basa en la creencia en el consenso antes que en el conflicto, los conflictos irreconciliables no existen.
Hablar del deterioro que está sufriendo la educación pública con los recortes, de la ridícula subida de 3,90 euros del salario mínimo interprofesional, de la reducción en la financiación para la investigación, de la enésima reforma educativa, de los salarios de los políticos, de la reforma laboral, de la falta de transparencia, de la corrupción política, de la gestión de nuestros ayuntamientos, de la criminalización y demonización de los funcionarios, de la práctica del clientelismo como norma, de la falta de formación y cualificación de nuestros políticos, de la partitocracia existente, del copago en la sanidad, de la mentira como estrategia, de la eliminación de la atención sanitario a los inmigrantes ilegales, de las becas y las tasas universitarias, de las pensiones, de la ampliación en la edad de jubilación, del rescate a los bancos, de la dación en pago, del copago farmacéutico... es hablar de Política.
La Política lo impregna todo . Rousseau decia : "la participación política es la libertad misma. Sólo mediante la participación directa y continua de todos los ciudadanos en la vida política se puede obligar al estado al bien común".
Después de todo lo dicho, ¿puede alguien sentirse ausente física, espiritualmente y en términos de solidaridad, de cualquiera de estos temas? Seamos sensatos y a la vez racionales, no confundamos la política con los políticos y su actividad. Esta imagen de la política viene de asociar la política con el comportamiento de los políticos que históricamente procede de los escritos de Maquiavelo.
¿Qué nos ha pasado?
Posiblemente los ciudadanos caímos en la complacencia, fuimos permeables a la idea de que la Política es sólo para los políticos y para los curas en sus sermones de los domingos cuando gobierna la izquierda.
Efectivamente, aquellos que han creado una clase social a su medida, la llamada clase política, se han apropiado de la Política al pie de la letra, con la estimable complicidad de la ciudadanía. Ellos gestionan nuestros impuestos, los recursos económicos públicos, el instrumento político para corregir las desigualdades y avanzar en justicia social.
Como anécdota, les cuento que hace varios años en una visita a un médico viví un momento en el que hablar de política resultó incomodo, sobre todo para este señor. Él inició la consulta hablándome de la crisis y seguidamente me manifestó su enfado por el nombramiento de Carmen Chacón como ministra de Defensa. Exclamó diciendo: ¡cuándo se ha visto que una mujer y además embarazada sea ministra de defensa!. Efectivamente, verse no se había visto nunca, al menos en España. Pero él no esperaba que el paciente le fuese a responder, lo normal en estas circunstancias es que el paciente asienta. En esta ocasión el enfermo se salió del guión y mi pregunta fue: ¿es que usted piensa que una mujer no puede hacerlo tan bien como un hombre? Además, el embarazo no le resta inteligencia o capacidad a una persona, según tengo entendido un embarazo no es ninguna enfermedad, alguien tiene que traer los niños al mundo. Este hombre evidentemente que no esperaba ni mucho menos mi participación en su monólogo, dio por finalizada la conversación diciendo: un colega médico me aconsejó que con los pacientes nunca se debía hablar de Política. Como véis, apareció el tan famoso principio, sobre todo cuando no existe sintonía, porque el desacuerdo está mal visto. La libertad de expresión tiene un coste muy elevado y si la practicas eres tildado de problemático, y si la practicas dentro de un partido político ¡cuidado! serás calificado de desleal. En los partidos es muy común confundir la lealtad con el borregismo. Fiel reflejo de aquella famosa frase: "el que se mueva no sale en la foto".
Ahora más que nunca, tenemos que participar en Política, debemos interesarnos y preocuparnos de cómo gestionan nuestros impuestos. Es muy aconsejable leer mucho para estar bien informados, si queremos aportar argumentos al debate. No seamos pasivos, actuemos, seamos rebeldes. Caballero Bonald decía hace pocos días que a sus 84 años era más rebelde que nunca, a su edad lo podemos considerar un alegato a la solidaridad.
Para finalizar, os dejo esta joya de Rudyard Kipling: “Seis honrados servidores me enseñaron cuanto sé; sus nombres son cómo, cuándo, dónde, qué, quién y por qué".
Francisco Sánchez Alonso
Experencias | Miércoles, 16 de Enero de 2013 a las 10:37:08 horas
Desgraciadamente siempre habrá ricos y pobres y siempre los hubo, la solucion podria ser que esta no fuera tan grande, y corregir esta diferencia debiera ser el objetivo de los gobiernos. Poderoso caballero es Don Dinero y siendo un dicho muy antiguo, siempre estará vigente
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