Chisko
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CONSUMORALIDAD
La semana pasada en nuestro apartado de Cartas al Director leí una opinión de Hugo Cañellas sobre “Comprar en Rota”. Esto, además de las opiniones que recibió el artículo hizo que saltara en mí la curiosidad sobre este tema y que me planteara el tema desde perspectivas que antes no se me habían ocurrido.
Cuando escribo mis artículos de moda lo hago desde un punto de vista bastante subjetivo teniendo en cuenta que me baso sobretodo en mi experiencia diaria y en lo que vivo cada día.
He de reconocer que casi todas las experiencias y casi todos los datos de los que hablo en mis artículos son basados; aparte de revistas, colecciones y trabajo cibernético, en mi experiencia de calle. Esta experiencia de calle se concentra en un noventa por ciento en los Centros Comerciales de los alrededores y no en las tiendas que nos ofrece esta maravillosa Villa de Rota.
Estoy de acuerdo en muchas de las cosas que se dicen en ese artículo con respecto al tema que me toca, es más, desearía que todo el mundo hiciera examen de conciencia a la hora de realizar las compras e hiciera caso a este tipo de llamamientos. Pero desgraciadamente, las cosas nunca son tan fáciles y a veces para poder “exigir” debemos primero “ofrecer”.
En primer lugar debemos plantearnos si los negocios textiles que se encuentran en Rota cubren las necesidades totales de los roteños. Me niego a pensar que la gente recorra kilómetros para hacer compras en lugares abarrotados y muchas veces más caros si tuvieran en Rota todo aquello que necesitan. Estoy seguro de que pocos negocios hacen estudio de mercado a la hora de hacer sus pedidos, ya que comprensiblemente en la época que nos encontramos el comerciante no se puede permitir según qué artículos. Es muy difícil competir con los negocios “low cost”, ya que lo que ellos ahorran en material lo gastan en diseño, que es precisamente en lo que se fija la mayoría de la gente a la hora de comprar. No me imagino a una chica o un chico viendo una camiseta que le encanta y que la ha visto en una revista diciendo “me encanta pero no la voy a comprar porque es de mala calidad”. Eso es precisamente contra lo que no puede competir un negocio privado, que basa la mayoría de sus
productos en la calidad y no en el diseño.
Aparte de los productos, tenemos un tema en contra que es la obvia distribución de los negocios por la villa. Un centro comercial concentra en un “reducido” espacio una cantidad de tiendas y más servicios que hacen que la visita se haga productiva sea cual sea la idea que tienes en la cabeza sobre lo que comprar. En su contra, y como es natural, nuestro centro reparte los negocios en diferentes calles que luchan diariamente contra la distribución de un aparcamiento que da la sensación de que nunca es suficiente.
Por último y relacionado con el primer apartado tenemos el gran problema del precio. Como ya hemos dicho las tiendas de los centros comerciales ahorran de forma increíble parte de los presupuestos en lo que a material se refiere. Se han dado cuenta que la mayoría de las personas que consumen no se paran a mirar la calidad textil y que lo único que buscan es diseño. Así que ellos han decidido invertir en diseñadores que se encuentran tras el telón estudiando todas las tendencias y copiando firmas. Esto hace que las tiendas puedan ahorrarse una cantidad increíble de dinero pudiendo rebajar así los productos de cara al consumidor.
El pequeño comercio, con excepciones, siempre ha basado su venta en la calidad. Y a pesar de que hay muchas personas que son partidarias de anteponer esta calidad al diseño, esto no es suficiente para cubrir los gastos que supone hacer pedidos que finalmente se quedarán en almacén o que están destinados a ser rebajados a cantidades vergonzosas.
Por tanto, pido que nos planteemos todas estas cuestiones antes de hacer determinados juicios de valor. Por supuesto que me gustaría no tener que mover mi coche del aparcamiento para comprarme una simple camisa, solo espero que alguien se plantee dar una vuelta de tuerca y se de cuenta que la mezcla entre tendencias y precio siempre han sido, son y serán la prioridad de cualquier consumidor.












La felicidad real | Martes, 08 de Enero de 2013 a las 22:59:25 horas
Me temo chisco que sufres una enfermedad del siglo 21, y se llama consumismo absurdo o "ir a la moda", el echo que defiendas los centros comerciales porque aqui no encuentras lo que buscas me resulta triste, ¿y tu que buscas? ¿un armario como el de carmen lomana? ¿ir a la moda? ¿o ser un esclavo para satisfacer el vacio interior que tenemos al trabajar 9 horas al dia? ¿tanta ropa nos hace falta? ¿porque a todo el mundo le da por las tablets y el wassap al mismo tiempo? ¿porque todos votan a pp o psoe? Basta ya de que nos marquen el camino, no somos ovejas, mientras sigamos con esta locura el mundo seguirá así de enfermo porque la moda es enfermiza, y si no lo ves así explicame la horrible moda de los 80 de las hombreras. Y lo de la calidad me dejas boquiabierto, ¿prefieres el diseño en una camisa de poliester, frente al algodón o el lino? ¿Sabes que los tintes de las camisas son cancerígenos? ¿sabes cuantos niños mueren de cancer para teñir tus camisas de diseños (que por cierto para el año siguiente no te pondras)? ¿Como crees que se construye un centro comercial? pues por lo pronto despropiando los terrenos a camperos por 2 pesetas y regalandolo a estas multinacionales como ikea o zara, para que encima hagan una competencia "desleal" a tus vecinos, y nos quiten la industria textil en españa para que niños de 8 años en brasil fabriquen camisas por 10 veces menos que en españa, con el paro que esto significa. El cambio comienza en nosotros.
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