Siéntete orgulloso de ser andaluz
Desde hace algún tiempo vengo escuchando en una emisora de radio un mensaje que parece que forma parte de una campaña institucional de la Junta de Andalucía. El mensaje es: "Siéntete orgulloso de ser andaluz".
Cada vez que escucho este mensaje en la radio, me pregunto: ¿Por qué?
Cuando lo que se es o se tiene no es fruto del esfuerzo propio, a lo más que podemos llegar es a no avergonzarnos de ello. No me avergüenzo de ser andaluz, como no me avergonzaría de ser de Afganistán o de Estados Unidos de América, porque en todos los casos es algo irremediable que nada tiene que ver con mi voluntad. Sólo lo voluntario, aquello de lo que uno es responsable, puede ser motivo de orgullo.
Sentirse orgulloso de ser andaluz, algo que se es por pura casualidad, por azar, puede ser peligroso. Sentirse orgulloso de ser andaluz puede llegar a confundirse con estar contento de ser todo lo que somos y como somos los andaluces, incluyendo, por ejemplo, ser irrelevantes en la actividad empresarial creadora de empleo, ser irrelevantes en el campo de la investigación, y ser indiferentes al analfabetismo funcional y escasa cultura de gran parte de los andaluces, que nada tiene que ver con nuestra peculiar forma de hablar el castellano.
No avergonzarse de ser andaluz, por el contrario, supone, a mi entender, dos cosas: la afirmación implícita de que hay motivos para avergonzarse y, después, la decisión de superar tales motivos de vergüenza en el ámbito de la vida y actividad personales como mínimo y en el ámbito social en la medida que a cada uno corresponda.
Prefiero, por lo tanto, no avergonzarme de ser andaluz a sentirme orgulloso de serlo.
Y dicho esto y dando por sentado que valoro todas las ideas que se expresen con moderación y respeto sobre cualquier asunto, afirmo que no tengo entusiasmo por los nacionalismos; que las características que distinguen a los distintos grupos de hombres, incluida la lengua, son nimiedades, caprichos infantiles, si las comparamos con lo que nos une: nuestra inteligencia racional y nuestra naturaleza libre. Y en un mundo en el que ya no hay distancias para las ideas ni para los sentimientos, también las costumbres y hasta las lenguas tienden a uniformarse. Acabarán las diferencias territoriales y de grupos y serán las diferencias personales, las nacidas del esfuerzo y el desarrollo de la inteligencia de cada individuo y puestas al servicio de la sociedad, las únicas diferencias relevantes.
Nadie tendrá que sentirse orgulloso de ser andaluz; le bastará sentir el orgullo de ser libre en una sociedad de hombres.
Antonio Álvarez Martín
Jesus | Viernes, 14 de Diciembre de 2012 a las 23:35:18 horas
Desde que Jesus corrales entro en el partido andalucista se me murió el andalucismo,,,,,, todo vale.... Lo mismo
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