LO QUE TE MUESTRA LA CALLE



  
D. José Manuel tiene setenta y seis años. La paga que le ha quedado de jubilación no llega a los ochocientos euros mensuales. En las últimas elecciones no fue a votar. Dice que está cansado de las promesas de los políticos. Él sólo sabe que, después de haber trabajado desde niño, prácticamente toda su vida, la pensión que le ha quedado es cortita. Estos días, cuando ha tenido conocimiento de la propuesta del Gobierno se ha indignado. Ante las palabras de los Ministros y las Ministras del PP, José Manuel sólo expresa que son unos caraduras. Su poder adquisitivo ha disminuido considerablemente. Con la subida del IVA, las compras les salen más caras; además, también tiene que pagar parte de las medicinas que le recetan. Se pregunta en voz alta si el Ministro de Economía sería capaz de llevar su casa para adelante con lo que le queda de sueldo.

A eso le añade que sus dos hijos y sus cinco nietos tienen que ir a su casa todos los días a comer. En la mesa son once platos diarios. Ambos hijos están parados. Les “pilló” la Reforma Laboral de Rajoy. Los dos trabajaban en la misma empresa. A las primeras que la empresa encontró ocasión, redujo la plantilla y les tocó a ellos. Cogieron una miseria de liquidación. Terminado de cobrar el paro, la ayuda familiar no les llega ni para pagar la hipoteca de sus casas. De hecho, Juan, el mayor de los dos, tiene una orden de desahucio. Va para acá y para allá como loco buscando ayuda. Desde la Plataforma de Afectados por la Hipoteca le están aconsejando. Aunque están estudiando a ver si su situación familiar encaja en las medidas antidesahucios del Gobierno.

Enrique terminó su Carrera Universitaria hace un año. Desde entonces no para de echar currículo en todas aquellas empresas que encaja con su perfil de conocimientos. Está aburrido de ello. Los fines de semana trabaja de camarero en un restaurante del padre de un amigo suyo. Con eso saca para sus gastos. Ni que decir tiene que vive con sus padres. Se está planteando emigrar a un país de la Unión Europea. Su dominio del inglés y sus conocimientos de alemán pueden serle de ayuda fuera de nuestro país. Se queja de que estando preparado, como una buena parte de su generación, no tengan sitio en el espacio laboral español.

María es funcionaria. Este año las está pasando canutas para llegar a fin de mes. Se queja de que la gente opine de ella que es una privilegiada por tener un sueldo fijo. Pero ella lo ve de otro modo. Es mileurista. Cuando medio país presumía de ganar mucho dinero, de viajar, de comprar coches nuevos…ella era mileurista. Con el recorte del Gobierno y la anulación de la paga extra de Navidad, está muy decaída. Los pocos ahorros de que dispone, de su última paga de verano, van a ir destinados a comprarles los regalos de Reyes a sus hijas. Tiene dos niñas. Su marido también está parado, con lo que no aporta nada a la economía familiar. El subsidio de desempleo hace ya meses que se le agotó. Esta mañana, María ha ido con algunas décimas de fiebre a su puesto de trabajo. No se puede permitir el lujo de que le desquiten más de su sueldo por darse de baja unos días.

Rosario anda limpiando casas. Quién se lo iba a decir. A sus cuarenta y ocho años tener que ir mendigando un trabajo para llevar unos euros a su casa. Su marido lleva parado más de cuatro años. Con la edad que tiene le resulta muy difícil encontrar trabajo dentro del poco que pueda haber.
Pedro, su marido, de vez en cuando le sale alguna faena. Aunque su profesión es fontanero, él se ofrece para todo. No está la cosa, dice, para poner peros. Menos mal que tuvieron la precaución de pagar lo que les quedaba de hipoteca con la liquidación por despido. Se consuelan sabiendo que las faenillas que les van saliendo a los dos les sirven para sacar a los niños para adelante.

Don Fernando es político. Bueno, no es su profesión. Pero lleva cotizando de político tantos años que la sociedad ha olvidado que es Ingeniero. En su vida política ha pasado por todos los eslabones posibles. Empezó desde muy joven siendo concejal. Tanto que formó parte de la mesa de edad de aquella primera su legislatura. Llegó incluso a encabezar la lista de su partido en unas elecciones locales aunque no llegó a ser alcalde. Pero su valía le sirvió para escalar en el organigrama de su partido político. ¿Qué cual es su partido? Eso no importa. A lo que iba, fue Diputado por su provincia, parlamentario en su comunidad y diputado en el Congreso de los Diputados. Como se puede comprobar, nunca tuvo aprietos económicos. Sin embargo, algo se cruzó en su camino. Al parecer está acusado de trato de favor y aprovechamiento del cargo público (o algo parecido). Lo peor para él es que la cosa pinta mal.

Consulta las hemerotecas, echa un vistazo retrospectivo, diluye las páginas a color y las tornas en blanco y negro…y parece que estemos volviendo al pasado.

Pero todo esto tiene una explicación. Para salvar el país, primero hay que cuadrar las cuentas.
Salud.

 
                                                                                                 ANTONIO FRANCO GARCÍA