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Sábado, 08 de Diciembre de 2012

Balsa Cirrito

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MUNDO CHOP SUEY, CURRY DE MADRÁS, HAMBURGUESAS    



 
  

Un cuento chino. Tortura china. Trabajo de chinos. Te han engañado como a un chino. ¿Estás hablando en chino? Hijo de la gran China, De aquí a Pekín… Según se ve, nuestro idioma está lleno de referencias a los chinos, casi todas negativas (hay quien incluye en la lista Te toco la china, pero, en este caso, china no es una chica con los ojos rasgados, sino una abreviatura de chinarro; piedra, vamos). Aunque cualquiera sabe, lo mismo los chinos en su lengua dicen cosas como: “mientes más que un español” o “mala leche de España” o “de aquí a Madrid” o “tetuda como una española”; como no sé chino no tengo ni idea, así que, por si acaso, mantengamos nuestras expresiones.

Eso sí, si como anuncian muchos China se va a convertir en la primera potencia económica mundial antes de cinco años, tendremos que tener mucho cuidado cuando hablemos con ellos, no se nos vayan a escapar algunas de estas simpáticas frases proferidas por nosotros, los españoles, sin ninguna mala intención pero, tal vez, no comprendidas por los habitantes del país de la Gran Muralla (como sabemos por Bruce Lee, el sentido del humor de los chinos es muy extraño).

A lo que vamos. Para 2015 o 2016 los economistas prevén que China será el país número uno de la economía universal. Es verdad, que si algo es pronosticado por un grupo suficientemente numeroso de economistas tiene muchas probabilidades de no cumplirse, pero en esta ocasión muchos afirman que por una vez igual atinan. Vaya usted a saber; aunque, qué quieren que les diga, para mí que los chinos no lo consiguen.

Desde que tengo uso de razón he oído hablar de China como el país del futuro; en realidad, siempre ha sido el país del futuro: Julio Verne lo anticipaba hace más de cien años. Y yo diría que China va a seguir siendo el país del futuro durante otros tres cuartos de siglo, como poco.

¿Razones? La primera y principal es que en algún momento el país amarillo hará crack. No sólo crack, sino también catacrack, y puede que también haga tacapumba. Porque las incoherencias, las paradojas y los absurdos que colecciona esa lejana nación son demasiados como para que no estallen. En Índice de Desarrollo Humano que elabora la ONU (a partir de datos de educación, sanidad y renta), China ocupa un miserable 101º lugar del mundo, posición, sin duda, poco honorable para un país que aspira a liderar el planeta. A no mucho tardar los ciudadanos chinos se darán cuenta que sus autoridades los están engañando como a chinos que son, que no tiene sentido matarse a trabajar para que en Occidente disfrutemos de productos baratos y una vida mucho más confortable que la suya, que la jornada laboral estándar en Europa es de ocho horas, que una nación  no puede ser a la vez comunista y el hogar de numerosos multimillonarios. Eso por un lado.

Por otro, no sé, me da un runrún de que los productos de la patria del arroz tres delicias comienzan a tener menos futuro. En los últimos años hemos sufrido una avasalladora invasión de artículos electrónicos chinos, sustentada en unos precios inconcebiblemente bajos, que, sin embargo, comienza a revertir. El asunto es que esos productos tienen como ventaja su bajo coste. Como desventaja que casi nunca funcionan. Hablando fino: son manufacturas de muy mala calidad. Se me ocurre a mí, porque lo he visto en varias ocasiones, que los consumidores occidentales van a dejar masivamente un producto – particularmente si se trata de media o alta tecnología – cuando en su etiqueta rece made in China. Después de todo, si la tablet no funciona termina resultando cara, por muy bajo que sea el precio.  Y comoquiera que el poder de los chinos se cimenta casi exclusivamente en la exportación, en el momento que ésta empiece a remitir, se les viene abajo el tinglado porque – como bien sabemos en España – cuando comienzan a salir pulgas salen todas a la vez, y terminan amenazando con comerse el perro.

No sé si esto que digo aliviará  a alguno de los muchos que parecen sentir cierta angustia ante un futuro chinificado, donde el personaje más popular del mundo fuera Jackie Chan (personalmente, lo adoro), pero me temo que la historia no acaba ahí. Los profetas que anuncian el dominio chino suelen añadir que detrás de los chinos, a poca distancia, vienen los hindúes. En China existe un estricto control de la población. En la India, donde no controlan ni el tráfico, las familias pueden tener las decenas de hijos que les venga en gana. De resultas que para dentro de veinte años se supone que habrán superado la población de China.

No sé si los hindués son mejores o peores. Pita pita eh. Curry. Bollywood. Paño de Cachemira. El doble blanco de los Beatles… Pero, al menos desde lejos, la India da la sensación de ser un país tan caótico que a su lado los mejicanos parecen aduaneros de la antigua Prusia. Un mundo donde los hindúes fueran la primera potencia, sin duda, tendría un razonable parecido con una semifinal del concurso de agrupaciones carnavalescas del Teatro Falla. La India: veinte religiones, treinta idiomas, dos docenas de castas y subcastas, cien millones de vacas. Troppo.

En fin, me alargo mucho. A la postre, lo que más llama la atención es algo que no hubiera creído hace pocos años y que si alguien me hubiera anunciado habríale tomado por majareta: ojalá los americanos sigan controlando el cotarro.




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  • porreta

    porreta | Domingo, 09 de Diciembre de 2012 a las 11:16:57 horas

    Donde estan ahora esos de los derechos humanos que criticaban que en china estaba prohibido tener mas de 1 hijo?, que era una dictadura, que eso no puede ser, menos mal que no mandaban en china...

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  • Mandarin

    Mandarin | Sábado, 08 de Diciembre de 2012 a las 20:03:55 horas

    Me gusta leer comentarios como este, desenfadado y ameno al mismo tiempo, y no por ello falto de una realidad que podria suceder en futuro no muy lejano, pues me parece que la actual China por algun sitio se tendra que desinflar. saludos.

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  • viriato

    viriato | Sábado, 08 de Diciembre de 2012 a las 19:36:00 horas

    Siento decirte, amigo Cirri, en contraposición a tu tesis, que en la variedad y no en el inmovilismo se encuentra el origen del desarrollo humano. Si esto lo extrapolamos a los paises y gobiernos, qué duda cabe que a mayor diversidad dentro de su seno mayor será el grado de desarrollo de sus miembros. En cuanto a lo de China, qué quieres que te diga: todo esto es un cuento chino que no te lo crees ni tú! Por cierto, que no se te olvide lo de Mouriño ( el entrenador del Madrid, no el Presidente del Celta ).

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