NUESTRO ENTORNO

  
   
   
Nada más columbrar de lejos el estado de la bandera de Andalucía que se encuentra situada casi en su centro geométrico ya podemos predecir el estado de las instalaciones.

Efectivamente, una bandera descolorida, deshilachada y rota, destaca por encima del nombre del parque. Preferible arriar el pendón  que exhibirlo en semejante estado.

Y cuando te adentras en él, te das cuenta del abandono en que se encuentra. Las bolsas de plásticos y los botes de bebidas se encuentran esparcidos, los hierbajos invaden el arenal y los bancos de madera dispuestos, la sensación de sequedad se extiende a las plantaciones…
El que iba destinado a ser la joya de todos los parques de Rota ha quedado convertido en una bisutería mala y barata. Demasiado terreno para tan escasos recursos. Demasiada prisa por terminar la obra para inaugurarlo un 28 de febrero de apenas hace  año y medio, unos meses antes de unas elecciones locales, donde hay que inaugurar lo que sea y como sea aún a costa de que el resultado sea una chapuza como la que estamos tratando.

Es raro tropezarse con un vecino asiduo visitante al parque para darse cuenta de que los defectos que le encuentran superan con creces a las virtudes de las instalaciones. De noche resulta imposible caminar por sus senderos. No tiene una fuente, por pequeña que sea, para saciar la sed de los pequeños usuarios. Algunos se preguntan dónde está reflejada  la inversión monetaria llevada a cabo en la infraestructura.
Demasiado terreno para tan escasos recursos dedicados.

El parque Laguna del Moral es el reflejo de la decadencia y de la crisis económica que estamos padeciendo. Es el espejo en que se descubre la labor del equipo de gobierno local desbordado por una situación a la que no estaba acostumbrado. Se puede presumir de instalaciones, pero hay que dedicar tiempo y dinero en sus cuidados. Somos una población afortunada en estos aspectos, pero de un tiempo a esta parte el deterioro se va de las manos.
Árboles mal cuidados y peor tratados. Y no por causa del personal responsable. No por mor de los jardineros. No puede ser casualidad que hayamos asistido al desprendimiento de más de una rama de árbol, algunas con efectos de desgraciado accidente.

Otro ejemplo del deterioro es la limpieza. Y no por causa del personal responsable. No por mor del personal de limpieza. En este sentido hay que hablar de la concienciación ciudadana. Demasiado guarro suelto.  Demasiado excrementos de perros y no por culpa de los canes. Es verdad. Pero la falta de personal es patente. Hemos crecido como ciudad y estamos sufriendo sus efectos. El resultado está a la vista, otra vez, dentro del parque Laguna del Moral. Las papeleras a rebosar están a la vista.

“Las soluciones de ayer son los problemas de hoy y las soluciones de hoy son los problemas de mañana”, enunció alguien. El modelo de ciudad diseñado  es el resultado del estado en que se encuentran los servicios. Es difícil crear infraestructuras, pero es más complicado mantenerlas. Por eso el estado del “gran parque” es el espejo de la situación actual.
 
Para descubrir el lamentable estado de nuestras barriadas basta con pasear por ellas. Jardines sin el tratamiento adecuado, basuras en las calles, pasos de peatones sin pintar, pavimentos levantados… Una imagen, en fin, muy diferente a la de hace sólo algunos años, gobernando, pues, los mismos partidos políticos que en la actualidad. Un paisaje urbano diferente.

Hace unos días, un residente en Costa Ballena, no residente habitual sino de la época veraniega, me preguntaba qué consecuencias traería que los servicios de mantenimiento de jardines del complejo residencial y la limpieza de sus avenidas corriera a cargo del Ayuntamiento en lugar de la EUC. Mi respuesta fue que se diera un paseo por cualquier barriada de Rota. Allí encontraría la respuesta.

Hemos crecido demasiado físicamente, pero en proporción hemos disminuido el nivel de servicios. Es lo que hay.
Salud.



                                                                                                      ANTONIO FRANCO GARCÍA