Esta cita sirvió para criticar la presencia del escudo antimisiles y mantener la actitud crítica hacia la política militarista de los gobiernos



En torno a una veintena de personas participaron en la tarde de ayer en la XII Marcha del Silencio que organiza cada año el colectivo de la Red Antimilitarista Noviolenta de Andalucía (RANA) para recordar a las víctimas de los bombardeos de Hiroshima y Nagasaki. Una cita, organizada por una decena de asociaciones con la que se pretende mostrar un posicionamiento claro contra las centrales nucleares y una nueva petición de medidas concretas para el desarme que según este colectivo, debería llevar a cabo el Gobierno español para construir un mundo de paz.

A las puertas de la Base Naval de Rota, representantes de los colectivos organizadores mostraban pancartas convencidos de que aunque son pocos, no se puede perder la conciencia crítica ante determinadas actuaciones militares. Este año además, la  próxima llegada del escudo antimiles al recinto militar roteño ha estado muy presente en las reinvindicaciones de RANA que con motivo de esta Marcha del Silencio, aprovechó para poner sobre la mesa lo que significa esta medida aprobada por el gobierno. "Que no nos engañen, el escudo antimisiles de la OTAN no está pensado para la paz, está pensado para poder actuar en caso de ataque. Las bases militares de Rota, Morón y Gibraltar son puntos de atraque, reparación y avituallamiento de submarinos nucleares pensadas para la guerra nuclear. Hay bombas más potentes en la actualidad que las de Hiroshima y Nagasaki".

En este sentido, Cristóbal Orellana, que actuó de portavoz en esta convocatoria, quiso hacer un llamamiento a los roteños, a la conciencia crítica y a la necesidad de no comulgar con "acciones encaminadas a la guerra". Lo más importante, declaraba a Rotaaldia.com, "es que haya gente que  no comulgue con la llegada del escudo antimisiles, y aunque se nos vea como un grupo minoritario, es importante estar porque ha habido convocatorias en las que hemos sido masivos como en las manifestaciones contra la guerra de Irak. El peor de los escenarios sería que todo el mundo aplaudiera a la Vi Flota".

La XII Marcha del Silencio viene a recordar a la población que "el peligro de las armas atómicas no es cosa del pasado, y la instalación del escudo antimiles lo demuestra", insiste Orellana dando sentido al motivo por el que esta convocatoria tiene cada año como sede Rota, y más concretamente, la zona cercana a la Base Naval. De hecho, como siempre, se hizo entrega en la puerta del control del recinto militar de un comunicado que también se entregaría en el Ayuntamiento de Rota al final de la marcha, donde se recoge el posicionamiento de RANA con respecto a las instalaciones militares, el uso de las centrales nucleares y su petición de desmantelamiento de las bases de Rota, Morón y Gibraltar.

La Marcha del Silencio partía desde la plaza del Triunfo y recorría con una pancarta central en la que se leía "Ni Chernóbil, ni Japón. Nucleares no" algunas calles de la localidad hasta llegar a la plaza del Ayuntamiento de Rota donde se dio lectura a una serie de poemas pacifistas en memoria de las víctimas de los bombardeos de Hiroshima y Nagasaki a los que se sumaron la petición de tomar medidas concretas para el desarme, "queremos la paz pero no como algo abstracto, sino como algo concreto. Es una majaretura del gobierno, que España siempre esté metida en guerras", comentaba Cristóbal Orellana.

De igual forma, pidió a la alcaldesa de Rota que tuviera "conciencia crítica" y que no pase del "militarismo y de las guerras por una cuestión de empleo porque los roteños también quieren la paz".


RANA pidió a través de esta Marcha del Silencio que se cierren los reactores nucleares de carácter civil en España, que se genere empleo para Rota y para la bahía pero sin escudo antimiles y riesgo nuclear; y que se pongan en marcha planes de evacuación nuclear en el entorno de Morón, Cádiz y Algeciras, así como un tratado internacional de desnuclearización de la región del estrecho de Gibraltar.