En la tarde de ayer, los más pequeños acudieron a su cita anual con la Cruz de Mayo que procesiona por las calles de la localidad desde hace 28 años. Una salida que destaca por el colorido del cortejo y por el buen hacer de los más pequeños que por unas horas se convierten en capataces, costaleros y contraguías. Ayer, la estampa volvía a repetirse aunque se notó un menor número de niños dentro del cortejo que lucían el típico traje andaluz. Pese a ello, la Cruz de Mayo y el paso palio lucieron por las calles del casco histórico acompañados de muchos roteños que aprovecharon la tarde del sábado para bajar al centro y disfrutar de esta salida procional.

La Cruz de Mayo se ha convertido en un semillero importante de pequeños cofrades que viven esta experiencia con nervios e ilusión, sobre todo aquellos que hacen de costaleros y capataces que se recrean en su labor dejando momentos entrañables, y que cada vez tiene más demanda. De hecho, ayer eran 62 niños los que estaban preparados para cargar los dos pasos frente a un reducido cortejo de apenas 30 niñas vestidas de flamenca. A ellos se sumaban la banda de cornetas y tambores de la Fundación Alcalde Zoilo Ruiz-Mateos y la sección juvenil de la banda municipal "Maestro Enrique Galán" que acudieron fieles a esta salida con un numeroso grupo de músicos que dan realce a la procesión con la que colaboran desde hace años.

Los roteños pudieron disfrutar ayer de esta salida procesional, la tercera en tres días, que han marcado esta intensa semana para los niños cofrades.