SERVIDUMBRE Y SERVILISMO

   
 
   

Era previsible que en los Presupuestos Generales del Estado para el año 2012 no se contemplara ninguna partida destinada al “pagamento” por la servidumbre militar que padecemos. Era más que imaginable sobre todo por el carácter restrictivo de las Cuentas del Estado. Así que habrá que esperar a que se acerquen las próximas elecciones locales, supongo, para oir algún euro sonar en nuestras arcas municipales, con el fin de “impulsar” a los del PP local. Será, pues, allá por el 2015, cuando se proclame a los cuatro vientos que el Gobierno de Mariano Rajoy haya destinado para Rota, en compensación por la servidumbre militar padecida, digamos, ¿ochocientos mil euros? Quisiera equivocarme en mis previsiones y rectificar públicamente mis vaticinios errados. Sería señal inequívoca de que se nos ha tenido en cuenta en el Consejo de Ministros.

Como era previsible e imaginable, además del repetitivo mensaje de la herencia recibida por parte de los socialistas, no voy a culpar de ello al equipo de gobierno local, pese a que ésta era una de los pilares en que se fundamentaba el pacto de gobierno. Lo que sí se les puede achacar es la falta de interés en este sentido. La famosa Mesa por la Compensación debe andar, a estas alturas, por la creación de sus patas.

 Y, ya que hemos mencionado el pacto de gobierno local, otra de las columnas que sustentaban dicho pacto era la llegada del PP a la Junta de Andalucía para llevar a cabo aquellos proyectos que habían quedado al albur de los tiempos y que habían costado algo más que unos pocos euros a todos los vecinos de Rota. Como la llegada del PP al gobierno de la Junta no se ha producido, ahora, supongo también, el equipo de gobierno local “lanzará mensajitos” a los partidos de la oposición local para que consigan para Rota lo que ellos no lograrán ya por haber perdido “la batalla” electoral. Ganaron la guerra, eso sí. Pero de ganar batallas y perder guerras, ambos socios de gobierno local saben que es mejor estar callados que mejorar el silencio. Es lo que trae la Política, las batallas ganan a las guerras.

No vayan a pensar ustedes que, puesto que el pacto no tiene pilastras donde sostenerse, que éste se va a disolver. ¡Qué va!  
Sólo es deseable y esperable que todos los partidos políticos locales tiren del carro al unísono para salir de la difícil situación que estemos viviendo.
Que todos exijan a Madrid y a Sevilla, y que los intereses de Rota estén por encima de los intereses partidistas e individuales. Es complicada la labor, pero no se puede desechar.

Existen voces entre la población roteña que defienden que ya Rota está pagada por los puestos de trabajo que el establecimiento de la Base Naval mantiene en la población.
Negar que la Base sea el principal foco  de empleo de nuestra población sería un error. Pero no lo es menos negar que, pese a la presencia del recinto militar, en nuestra localidad existen más de cuatro mil parados. Es decir, una tasa de paro parecida a la de poblaciones vecinas donde no existen recintos militares de estas características.
Lo que pasa es que algunos confunden SERVIDUMBRE Y SERVILISMO.
Que sufrimos servidumbre militar es fácilmente comprobable.

El establecimiento de la Base Naval ha limitado nuestro desarrollo en otras áreas. Nadie puede discutir que la Base limita nuestro desarrollo por el pasillo aéreo (Polígono de la Arvinas y Polígono de las Marismas), pone limitaciones al establecimiento de arrecifes artificiales en nuestras aguas, coarta el desarrollo por la zona de levante…hemos tenido que adecuar el saneamiento de las aguas procedentes del recinto militar, hemos incrementado el número de servicios por encima de otras poblaciones de características y población parecida a la nuestra. Sin contar los problemas oncológicos. Hay que recordar que en la Bahía de Cádiz y en la de Algeciras se localizan el mayor número de casos de cáncer.

En fin, la servidumbre, en el sentido de servicio, deber, carga…o los que se les ocurra, existe.
Aquellos que adquieren una actitud de peloteo, adulación, sumisión…o los adjetivos que se les ocurra también, son los que confunden estos dos conceptos de servidumbre y servilismo.
Reclamar una compensación económica y un trato diferencial por nuestra peculiaridad y nuestra situación estratégico-militar no es algo banal. Tampoco se trata de ningún capricho. Es algo que debería haberse contemplado hace ya muchos años. Unas veces porque gobernaba el PSOE en Madrid y en Rota la alcaldía estaba en manos del PP, otras porque era al contrario, unos por otros, la casa sin barrer, como se suele decir.

Por otra parte, depender de un “monopolio” económico no es factible. Recuerden el caso, por ejemplo, de la empresa Santana Motor en la población de Linares. Si no se diversifica la economía de una población, cualquier variación, ya sea estratégica, de cambios de tendencia en el mercado o de competencias comerciales, pueden llevar a situaciones de empobrecimiento. Podemos recordar la situación vivida por Ubrique, dependiente de los artículos de piel, en la que la fabricación china ( de peor calidad, pero más barata), llevó a un aumento del paro y al cierre de muchas pequeñas empresas locales.

No se debe ser conformista, pues, en este sentido. Bastaría con hacernos una pregunta para comprobar que la situación no debe ser de autocomplacencia: ¿tienen todos los jóvenes de Rota salida profesional en un futuro próximo?

La cantidad percibida por la Servidumbre militar que padecemos debe ir dirigida precisamente a preparar las condiciones a otras alternativas laborales, más allá de las ofrecidas por la propia Base Naval.
Por eso es deseable que algunos empiecen a diferenciar ambos conceptos, servidumbre/servilismo.

Se me ocurre alguna frase célebre para el cierre de este artículo, pero no la voy a reproducir.
Salud.



                                                                                                         ANTONIO FRANCO GARCÍA