Los años oscuros
Como si de una película de terror futurista se tratara, la llegada del PP, con el Sr. Rajoy, al Gobierno, gracias al beneplácito de la mayoría del votante español, empieza a desgranar una continua serie de episodios en los que se manifiestan meridianamente sus retorcidas intenciones.
Ya antes de que se consumara el acto electoral, el gobierno del PP gallego excluía a los parados de larga duración de la atención sanitaria: bonita exposición de intenciones. No pareció que el tema sensibilizara a los votantes que ya antes en las elecciones autonómicas no habían mostrado ningún rubor en apoyar mayoritariamente a gobiernos que compiten entre sí para mostrar quien es más corrupto, ganando por encima de todos el valenciano, de larga tradición PP, con casos como el de Fabra de Castellón y del president Camps.
A los pocos días el PP murciano imitaba a sus correligionarios gallegos. Parecía una invitación morirse más que otra cosa: si no se tiene dinero para vivir, mejor morirse, debieron pensar por ellos los gobiernos del PP.
El siguente capítulo fue la vergonzosa subida de impuestos, a pesar de que siempre cacarearon lo contrario, tratando de justificarse en que el déficit pasara del 6 por ciento al 8 por ciento. Lo que no nos dijo es que el Gobierno de Zapatero había reducido lo que se propuso, mientras que fueron las autonomías, casi la totalidad gobernadas por el PP, la más endeudada la de Valencia, las culpables de este aumento.
Más tarde suprimen la asignatura de Educación para la Ciudadanía poniendo como ejemplo un libro que no se corresponde con ningún texto aprobado. Mentira dolosa que no tienen ningún pudor en hacer pública.
Después, uno de los ministros que nos había parecido a muchos más dialogante, el Sr. Gallardón, se descuelga con la eliminación de la Ley del Aborto, acabando con la ley de plazos, similar a la que tienen la mayoría de los países europeos, para volver a la ley de los años 80, que considera delictivo el aborto. Sería bueno saber cuántas militantes y simpatizantes del PP abortaron de forma ilegal en aquella época. También en contra de la línea que se sigue en Europa, muestra su voluntad de restablecer la cadena perpetua; así como subir las tasas para recurrir las sentencias haciendo muy difícil que la gente de pocos recursos puedan tener los mismos derechos que los afortunados que están en esas situaciones. Del ministro de Justicia es también la de pasarle las bodas a los notarios para que se saquen unos euritos, y que los pague el personal: luego dirán que quieren fomentar los matrimonios.
Tampoco nos debería sorprender la vuelta a la energía nuclear con al intención manifestada de alargar la vida y con ello aumentando los riesgos de las obsoletas centrales españolas.
Para terminar, que sólo será por hoy, un nuevo desatino: la vergonzosa, arbitraria, irrespetuosa y lesiva medida de cambiar el temario de las oposiciones del profesorado, sin contar con las autonomías que las convocaron, después que los opositores llevan en muchos casos cinco meses estudiando y pagando un sustancioso dinero en clases y apuntes, que van directamente a la basura. La única razón ha sido deshacer lo que dejó el gobierno anterior, sin valorar el daño a los opositores y sin tener en cuenta que el temario al que obligan es de los años 90, lo que significa por ejemplo que no se estudie un tema tan imprescindible en nuestra vida cotidiana como internet.
Pasaremos esta vez por alto determinadas actitudes despectivas del Sr. Montoro o el Sr. Fernández que me temo que se repitan.
El Señor Oscuro, desde su escondite, se sigue inspirando para continuar aterrorizando a sus gobernados, en especial a aquellos que no se pongan a sus pies. Al menos a mi cada vez me dan más miedo estos Años Oscuros. Pero aún no han pasado las Elecciones Andaluzas, que a partir de entonces nos vendrá el tsunami: Que nos coja "confesaos".
Manuel García Mata

































por curiosidad | Domingo, 12 de Febrero de 2012 a las 11:47:00 horas
Os dais cuenta que si de un plumazo se pudiera eliminar la mentira e implantar la conciencia...amaneceríamos sin políticos, abogados ni banqueros?
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