Víctor Maña
![[Img #11977]](upload/img/periodico/img_11977.jpg)
LA DELGADA LÍNEA ROJA
Intento colocar la compra sobre la banda de la caja del supermercado pero derribo tres chupachups del expositor que allí mismo, como puntas de flechas rechonchas, me gritan cómprame cómprame , le pido perdón a la cajera que es bajita y apenas se ve tras el expositor de productos Kinder y al soltar la cesta casi derribo otra estructura con chicles y gominolas. Calculo el espacio hábil que nos dejan a los clientes para depositar las compras: menos de dos cuartas. Capitalismo agresivo, pienso. De vuelta a casa me percato de que me han endosado la enésima multa de la zona azul en el parabrisa del coche, delante de mi propio portal. Uno ya no tiene ni una acera libre donde caerse muerto, todo pertenece ya al Estado. Comunismo salvaje, pienso.
En realidad quería hablar de Rubalcaba y Chacón, pero ya veré el modo de reconducir los temas.
Entro en casa generando disquisiciones mentales sobre las ideologías políticas. Política de trazo grueso. En realidad ¿dónde vivimos? En el centro equidistante, imagino. En esta parte de Europa hemos inventado la socialdemocracia, ideología consistente en ponerle una vela al estado acaparador y otra al individuo libertario. El socialismo a secas no se sabe bien qué será porque no se ha practicado en ningún país del mundo. O cuando se ha practicado se le ha llamado comunismo. O el uno era teóricamente la fase anterior del otro. O cuando se ha practicado por allí los socialistas o comunistas de por aquí negaban que aquello fuera en realidad el verdadero socialismo o comunismo. Un lío.
Del capitalismo liberal en cambio se sabe todo. Trata de organizarse alrededor de un Estado poco invasivo, que te pide pocos impuestos pero que a cambio te ofrece pocos servicios. Se supone que con el dinero que no te retiene cada mes de tu nómina tendrás más caudal para suplir las carencias del sistema. Eso sí, no seas pobre y necesites una operación a cuerpo abierto, o no quieras que tu hijo se doctore en arquitectura sólo por ser un estudiante aplicado. Y ahí viene la socialdemocracia europea, que ni es mucho de esto ni mucho de aquello. Si están pensando en socialdemocracia y lo relacionan con los partidos de izquierda de por aquí andan descaminados, porque la socialdemocracia es, en esta parte del mundo, el sistema en sí, y diez centímetros para aca o un palmo y medio para allá lo practican por igual en España tanto pesoeros como peperos. He dicho lo practican, no que proclamen que lo practiquen. O sí lo proclaman, pero habría que leerse al dedillo los programas electorales con lupa. Otro lío.
En la liberal Estados Unidos encontrar trabajo o montar un puesto callejero de salchichas es relativamente fácil, el papeleo legal es ágil, pero el patrón también te echa ágilmente cuando quiere y tenga usted un buen día. En la socialdemócrata Europa de la crisis damos una de cal y una de arena. Es verdad que el trabajo escasea pero al que está dentro, aunque a la empresa ya no le haga falta, no hay modo de echarlo. O le sale por un pico. O le montan una huelga. Pero ¿lo han notado ustedes? Está naciendo un tercer modelo. Viene de la lejana China. El libre mercado controlado. Es una contradicción de términos pero ahí están, amenazando con comerse el planeta. Ya nadie oye la palabra “China” y se acuerda del comunismo, y cuando vemos esos congresos del Partido todo banderas rojas a uno le viene la risa. Mao pretendió llegar al comunismo partiendo del feudalismo. No le hizo caso a Carlos Marx que teorizaba que los países económicamente atrasados, antes de emprender la vía del socialismo, tendrían que pasar por una fase intermedia de capitalismo. Y los chinos en esas por lo visto deben de andar.
Sí, esto va de Chacón y Rubalcaba, pero no atosiguen.
En la actual China comunista el estado favorece la iniciativa privada, que florece por doquier, por eso se parece poquísimo a la labor de aquellos funcionarios del estalinismo ruso, allá por los años ’30, que les impedían el mercado libre de productos hasta a los caravaneros en camellos de las repúblicas asiáticas, pretendiendo hacer del intercambio de alfombras y de teteras por los desiertos una cooperativa sedentaria y burocratizada. En la China actual en cambio se compra y se vende libremente, se exporta, se importa, se montan Mc Donnalds y hasta se puede uno tomar una cerveza en el Hard Rock Café de pleno Pekín. Todo controlado por los 73 millones de miembros del partido comunista. Podríamos llamar al experimento socialdemocracia a porrazos.
Al final tuvo razón Carlos Marx cuando advertía que en todo proceso histórico hay que escarbar y siempre sale el interés económico. ¿Por qué se emprenden cruzadas medievales para arrebatar Jerusalén a los mahometanos? Búsquese a quién se enriquece en la empresa… ¿Por qué se monta una guerra en Irak? Búsquese a quién se enriquece en la empresa… ¿Por qué una guerra en Afganistán donde sólo crecen secarrales y penalidades y ningún petróleo? Búsquese a quién se enriquece en la empresa. ¿Por qué una camarilla de grises pequeñoburgueses organiza en 1917 una Revolución Bolchevique en Rusia? Búsquese a quién se enriquece en la empresa y que de paso se trasladan a vivir a los palacios zaristas…
Vale. Todo esto, ya digo, son planteamientos ideológicos de trazo grueso, y son altas montañas y ríos caudalosos los que separan las fronteras del pensamiento político… pero aún así en la práctica todo comienza a confundirse y a entrelazarse, y uno ya no sabe quién es quién y qué es qué. Imagínense en cambio teorizar sobre las diferencias entre dos candidatos del mismo partido, con idéntico pasado reciente, y que pretenden dirigir su organización política. Lo que les separa no supera en espesor ideológico al más fino papel de fumar. De uno dicen que es más felipista, de la otra más zapaterista. ¿Alguien con un bisturí de alta precisión podría hacer el favor de seccionar los límites –reales- entre ambas sensibilidades? Y si ello no es posible ¿qué votarán los delegados? ¿look, patas de gallo, salero natural, terruño de nacimiento? ¿Alguien podría resaltar una sola frase ideológicamente significativa pronunciada en estos últimos años por Carmen Chacón y que la sitúe en algún lugar más para aquí o más para allá? ¿Qué sustantivo sospechoso, adjetivo turbio o verbo dudoso tendrán que pronunciar los candidatos para traspasar la delgada línea roja de lo neutral, y que el contrario se dé por aludido u ofendido o clasificado?
Ayer paseando por el puerto me topé con una treintena de políticos a la salida de un acto. Del pp. Mucha chaqueta cara entre ellos, mucho vestido estiloso y tacones entre ellas, buenos coches negros con los chóferes esperando en las inmediaciones. No, un momento, ¿dónde están las mechas rubias de las concejalas? ¡No las veo…! Error, ¡es un acto de la Junta de Andalucía! ¡Son políticos del PSOE! Claro, sin las mechas rubias de las peperas, que las diferencie, las reuniones de los políticos españoles resultan estéticamente indistinguibles…
Ya no sabemos si China es comunista o capitalista, nada menos, y aún hay quien intenta percibir diferencias ideológicas entre nuestros dos exministros. Que ya son ganas de hacer trabajar a la lupa.












Lucia | Jueves, 02 de Febrero de 2012 a las 19:27:05 horas
¡Anda monín! tomate una pastillita para relajar tus neuronas.
Accede para votar (0) (0) Accede para responder