San Valentín llega cada año con esa mezcla rara entre nervios y emoción que nos hace preguntar qué regalar para no fallar. Y claro, las flores siempre son un clásico, pero elegir las correctas y escribir un mensaje que no suene forzado puede ser más complicado de lo que parece. Por eso, en este artículo te contaremos cómo elegir un ramo que diga exactamente lo que sientes.  

Observa la personalidad de tu pareja antes de elegir el ramo

El primer consejo, y probablemente el más importante, es fijarte en cómo es tu pareja. Cada persona tiene una energía diferente y las flores pueden encajar mejor o peor con esa vibra. Por ejemplo, si es alguien intensa, pasional y muy expresiva, las flores con colores fuertes suelen funcionar de maravilla. En cambio, si es más tranquila, suave y detallista, los tonos pastel o los ramos delicados suelen encajar mejor. Aprende más sobre los ramos que puedes regalar.

Pensar en su forma de vestir también ayuda. Quien ama lo elegante seguramente disfrutará un ramo estilizado y clásico, mientras que quien adora lo creativo puede emocionarse con una composición más atrevida. En realidad, vas conectando puntos y el ramo se va dibujando solo.

Ten en cuenta los colores

Aquí viene un tip clave: los colores no son solo estética, también cuentan historias. El rojo, por ejemplo, es el color de la pasión, idóneo para parejas que viven el amor con intensidad. Por su parte, el rosa habla de cariño y ternura, apropiado para relaciones dulces. El blanco transmite calma y pureza, y el amarillo puede reflejar alegría o incluso amistad convertida en amor.

Entonces, cuando eliges colores que se alinean con lo que sientes, el ramo deja de ser “un regalo bonito” y se vuelve un mensaje directo. Es como si los pétalos hablaran por ti y dijeran todo eso que a veces cuesta poner en palabras.

Elige el tipo de flor según el mensaje emocional que quieras transmitir

Ahora bien, más allá del color, cada flor tiene una intención. Por ejemplo, las rosas rojas siguen siendo la reina de las declaraciones intensas, mientras que los tulipanes expresan amor sincero sin dramatismos. Las peonías son románticas y suaves y funcionan increíble en relaciones estables, y los lirios transmiten admiración y respeto profundo.

Aquí el consejo es pensar qué quieres decir con el ramo. ¿Quieres mostrar pasión, ternura, admiración, compromiso, deseo? Cada emoción tiene su flor y cuando la eliges con intención, el impacto es mucho mayor.

Escribe un mensaje que suene a ti

El mayor error al escribir una dedicatoria de San Valentín es intentar sonar poético cuando eso no va contigo. Así que, el mejor consejo que te podemos dar es: escribe como hablas. Que tu mensaje tenga tu ritmo, tus palabras y tu estilo. Eso hace que la persona lo sienta auténtico.

Un truco útil es recordar un momento reciente que los haya hecho reír o emocionarse. Ese recuerdo funciona como punto de partida para construir un mensaje bonito. También puedes decir directamente qué te provoca esa persona, pero sin adornarlo de más. Y otra cosa: no escribas demasiado largo. Una frase que llega directo al corazón vale más que diez que dan vueltas.

En definitiva, elegir las flores adecuadas para San Valentín es como armar una pequeña declaración sin necesidad de decir demasiado. Es juntar colores, emociones y un pedacito de tu historia en un solo gesto que hable por ustedes.