El mundo de pasado mañana
Reconozco que la situación política-militar del tablero internacional me tiene descolocado. Porque, a ver, Estados Unidos y Rusia parece que se han hecho amigos. Donald Trump ha decidido que la guerra de Ucrania acabe de la peor manera para los ucranianos. Si la condición es que Rusia se quede con los territorios ocupados en Ucrania, los ucranianos se preguntarán de qué habrá servido tantos muertos. También los países de la Unión Europea se hacen la misma pregunta.
Estados Unidos sólo ha negociado con Rusia, ninguneando tanto a la propia Ucrania como a la Unión Europea.
Si los rusos ya no van a representar ninguna amenaza para Occidente, me cuestiono si el mantenimiento de la OTAN tiene algún sentido a estas alturas. Si el peligro era el comunismo y este ha desaparecido en Rusia, la Alianza Atlántica está de más.
¿Es realmente lo que pretende la Administración norteamericana?
¿Es por eso que los gobiernos de Francia y Alemania se estén planteando el regreso del servicio militar obligatorio (aunque de momento lo presentan como opcional) para sus ciudadanos?
Hace unos meses el planteamiento de Trump con respecto a Europa era todo lo contrario. Hace apenas sesenta días, exigía mayor inversión en Defensa por parte de los países de la OTAN.
Me planteo si el acuerdo entre norteamericanos y rusos no es más que la antesala de un reparto de territorios. Así, Donald Trump permite a Putin que se anexione las regiones ucranianas de Donetsk, Lugansk, Zaporiyia y Jersón, mientras que este no se va a inmiscuir en las intervenciones yanquis en países sudamericanos como Venezuela y Colombia. No digamos ya las amenazas directas sobre el resultado de las elecciones en Honduras, en las que proclamó abiertamente de que si no salía elegido el candidato “preferido” por ellos, negarían el pan y la sal a los hondureños.
Tal vez se trata sólo de eso, de un reparto de intereses por parte de ambos.
Ya digo, ando perdido en esta “partida”. No sé bien a lo que juegan.
Ahora bien, si los rusos son ahora los amigos de los norteamericanos, a la extrema derecha mundial, incluido la nacional de Vox, ¿también le ha cogido con el pie cambiado? ¿No eran la Administración rusa actual heredera de la Rusia Soviética y, por tanto, el enemigo a batir? ¿Qué pasará por la cabeza de estos patriotas?
Después de la Segunda Guerra Mundial, la partida siempre acababa en tablas, a pesar de los movimientos amenazadores de “los jugadores”. Las ideologías y los intereses económicos estaban claros. Ambos bloques habían derrotado al fascismo. Ya no podemos echar mano al símil de una partida de ajedrez. Ahora el juego ha cambiado. Se trata de instalar un sistema económico-político-social dónde los que siempre han ganado, ahora quieren ganar mucho más.
Parece que todos juegan a varias bandas. Todos establecen alianzas dispares. Las grandes potencias, Rusia, China y la India, negocian entre ellas. Mientras Estados Unidos intenta no perder su influencia en el tablero internacional utilizando sobre todo las amenazas: subidas de aranceles, exigencias de mayor gastos militar, advertencias a que se formen gobiernos de izquierdas en los países de centro y sudamericanos...
Una posibilidad es que, cuándo este artículo vea la luz, el parecer de la Administración norteamericana sea otra totalmente diferente. El riesgo de que cualquier día nos levantemos con la noticia de un nuevo conflicto está siempre presente. Qui scit.












Edgard Schmidt | Sábado, 20 de Diciembre de 2025 a las 16:22:07 horas
Deberían estar muy preocupados, tanto en España como en el resto de los países europeos, cuando la "visión" del nuevo "zar Vladimir Putin" en Rusia y la nueva Estrategia de Seguridad Nacional de los Estados Unidos, bajo la administración republicana del "criminal convicto Trump", se solapan a escala "global". El fascismo siempre se origina de la misma manera: primero, se enfoca en las minorías y, actualmente, en los inmigrantes, a quienes transforma en chivos expiatorios. Eso no es el término, sino el ariete. Luego, la erosión de los derechos, la captura institucional y, finalmente, el fin de la democracia. En Europa, ya hemos visto esta película en el siglo anterior. Suponer que es solo "discurso" es exactamente cómo empieza.
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