Hoy en día, nuestra vida es prácticamente digital. Trabajo, ocio, datos, recuerdos y hastas relaciones se mueven por una pantalla conectada a internet. Y eso facilita mucho, pero también nos expone a muchos más peligros que antes.

Solo hay que pensar en esos WhatsApp que intentan sacarte dinero, o en los cientos de correos de cuentas fraudulentas que nos llegan a diario a las bandejas de spam. Internet está repleto de peligros, y algunos son más serios de lo que pensamos. ¿Existe alguna forma de evitarlos todos? No hay nada plenamente infalible, pero sí que hay buenas pautas que te pueden proteger en tiempos de ciberdelitos.

Protección fundamental en tiempos de ciberdelitos

Si quieres proteger tu vida digital, estos cinco consejos que te traemos son esenciales:

Usa contraseñas seguras

Este es el punto de partida y, aun así, sigue siendo lo que más se descuida. Usar la misma contraseña para todo o elegir combinaciones demasiado obvias sigue siendo una de las principales puertas de entrada para los hackers

Una contraseña segura debe ser larga, compleja y única para cada servicio. Combinar letras, números, mayúsculas, minúsculas y símbolos es obligatorio. ¿No quieres complicarte? Pues siempre puedes usar un buen generador de contraseñas que la haga por ti y te permita almacenarlas todas encriptadas a buen recaudo.

Activa la verificación en dos pasos (2FA) siempre

La autenticación de doble factor o en dos pasos añade una capa extra de seguridad que blinda casi por completo tu cuenta. Aunque alguien averigüe tu contraseña, seguirá necesitando esta comprobación que, normalmente, pasa directamente por tu teléfono móvil.

La mayoría de grandes plataformas, como el e-mail, redes sociales, tiendas online o apps bancarias, tienen este sistema. Si está disponible, no dudes en usarlo. Si no está disponible, plantéate usar otra plataforma que sí lo use por tu seguridad.

Aprende a detectar correos, mensajes y enlaces sospechosos

Los datos lo dejan claro, el 80% de los ciberataques empiezan por un error humano. Por eso el phishing sigue siendo una técnica tan habitual, porque funciona. ¿Qué es? Pues esos mensajes que fingen ser de Correos, o de tu banco, o de una empresa de mensajería, pidiéndote que hagas clic en un enlace extraño o que des tus datos personales.

Suelen jugar con la prisa o el miedo para que caigas en su trampa sin pensar, y la mejor forma de evitarlos es desconfiar siempre. Comprueba el remitente con cuidado, revisa la dirección real del enlace sin pulsar en él y, en caso de dudas, habla con el soporte o el equipo de atención de la compañía oficial para que te explique. Exige más tiempo que pulsar, sí, pero es infinitamente más seguro.

Huye de redes Wi-Fi públicas y dispositivos compartidos

Puede parecer inofensivo conectarse al Wi-Fi gratuito de una cafetería, un aeropuerto o un centro comercial, pero esas redes abiertas son el paraíso de los hackers. Al haber menos seguridad, es más sencillo interceptar datos de un usuario y robar información vital.

Nunca hagas operaciones delicadas en este tipo de redes si te conectas (acceder a tu banco, iniciar sesión en alguna plataforma o gestionar documentos), porque puedes estar expuesto. Si no te queda otra, procura utilizar una VPN si es posible para enmascararte mejor.

Mantén todo actualizado y haz limpieza digital con regularidad

Sí, lo de descargar actualizaciones puede ser muy pesado, pero también puede ser lo que te salve. Las nuevas versiones de las apps y programas no están ahí solo para añadir funciones nuevas o cambiar el aspecto. La gran mayoría incluyen parches que corrigen fallos de seguridad que han sido detectados. Tanto es así que ignorarlas es, literalmente, vivir con las puertas y ventanas de tu casa digital abiertas de par en par.

El sistema operativo de tu ordenador o tu móvil debe estar siempre al día, al igual que tu router y tus aplicaciones. Cada nueva versión trae mejoras que no ves, pero que tapan esos “agujeros” que los piratas aprovechan para colarse en tus equipos.

De hecho, es conveniente hacer una revisión periódica de las aplicaciones que tienes instaladas, los permisos que les has dado y las cuentas que ya no usas. ¿De verdad necesitas esa app que descargaste hace dos años y que no has vuelto a abrir? Eliminar lo innecesario es una forma sencilla, pero eficaz, de reducir el riesgo de ataque.

Si puedes, acompaña todo esto con copias de seguridad seguras de tu información y datos (ideal en caso de robo o pérdida de dispositivos o información). Es un hábito que no se tiene en cuenta hasta que ya es demasiado tarde, y apenas te va a restar tiempo. De hecho, hasta lo puedes automatizar con las herramientas adecuadas.

Vivimos en un mundo hiperconectado y, como tal, debes tomar precauciones. Estas prácticas te parecerán nuevas, pero son tan simples que se pueden convertir en los mejores hábitos que puedas imaginar, sobre todo por tu seguridad.