LA NOVENA DE JESÚS


   
   

Cuando todavía los turrones desprenden el olor de las almendras, los campos se tornan de un verde intenso sugiriéndonos el inmediato avance de la estación invernal, nuestros pueblos se preparan para celebrar (Dios mediante) la próxima Semana Mayor anexionando a sus actividades puntuales novenas, quinarios o triduos enmarcados en el programa cofrade. En la villa de Rota aún  huele a cal, a pestiños y mantecados recién horneados. Todo se está preparando para la cita señalada. Los profesionales de la cera, el incienso, la madera tallada, el encaje o la túnica bordada realizan sus tareas encomendadas.

En la villa de Rota ya se prepara la novena en honor a Jesús de Nazaret, el Nazareno de todos los roteños. Sera la próxima semana, en la parroquia Mayor de Nuestra Señora de la O, desde los días 13 al 22 de enero donde finalizará con la función principal con la presencia del obispo de Asidonia Jerez, don José Mazuelos Pérez. La novena comenzará  a partir de las siete y treinta de cada  tarde noche.

Un año más nos encontramos ante una de las citas nazarenas donde se completa en su totalidad el aforo de la parroquia ubicada en el casco histórico antiguo de la villa.  El cofrade roteño se identifica con un barrio, con una ciudad articulando sectores de la sociedad. Quiero acentuar el esfuerzo que las hermandades realizan durante todo un año para que en cada Semana Santa podamos disfrutar de sus mejores galas. Sin lugar a dudas, la vida de la Semana Mayor no debe reducirse solo a un puñado de días, su existencia tiene su razón de ser en el trabajo constante y diario como lo hacen los componentes de la Hermandad de Nuestro Padre Jesús en la villa de Rota. Una sede situada en calle Isaac Peral e inaugurada el día 20 de marzo de 2003 con un movimiento importante de actividades puntuales que hacen de la misma un centro cofrade digno del mejor de los elogios.

No debemos tampoco, perder de vista en ningún momento lo que supone esta celebración de la novena para aquellos roteños que esperan con ansia, con deseos de estar junto a él, la mencionada novena en su honor. Muchos campesinos, marineros, roteños de a pie, visitan la parroquia en los albores del mes de enero para rezar, orar ante su bendito padre Jesús.
La Iglesia ha conocido en su interior a lo largo de la historia muchas reformas que la han ido acercando, a pesar de los avatares de la historia, a ese permanente camino de búsqueda de la mayor pureza evangélica.

En el rostro lleno de dolor y desesperado de  Cristo con la cruz a cuestas contemplamos al Nazareno que se siente abandonado. La fe de un Dios que es amor y  desde la religiosidad popular que no tiene fronteras y que en nuestra población hemos querido compartir  advocaciones fraguadas y asumidas por el pueblo con cariño y la fe secular de aquellos roteños de antaño y de ahora que viven la fe de los sencillos.
 
A través de la novena de Jesús, la parroquia se llena de fieles, se acercan a rezarle completando sus días de novena con el denominado besapiés.

Mayores, jóvenes y niños se dan cita para escuchar la oratoria del párroco que pronuncia su homilía en un año lleno de dificultades económicas y laborales. Esta vocación de vida en hermandad de manera permanente es necesaria para que cada Viernes Santo, día en que nuestra cofradía se proyecta en la villa roteña en su máximo esplendor, sea ejemplar en su forma y admirada en su comportamiento en la ruta itinerante por las calles roteñas. La novena se realiza cada año y desde tiempos inmemoriales en un templo de larga historia y situado en el corazón del casco histórico antiguo junto al Palacio Municipal Castillo de Luna. La colaboración con la parroquia no es, no puede ser “una faceta más” de la acción de la cofradía, sino un requisito indispensable para mantener y vivificar el cordón umbilical que la une a la iglesia. La hermandad de Nuestro Padre Jesús  Nazareno y María Santísima de la Amargura hace un llamamiento a los roteños para que al igual que cada año con el compromiso cristiano, asistamos  a su novena, la novena de Jesús.


                                                                                                         
                                                                                                                                               Mondel