Memorias políticas de un concejal (XI)
Continuo publicando mis experiencias vividas como concejal de nuestro Ayuntamiento. Coincidiendo con la fecha del fallecimiento del dictador Francisco Franco Bahamonde, he creído conveniente destacar este capítulo. Dada la extensión de este apartado y con el fin de no cansar a los lectores habituales de estas columnas, voy a desglosar el capítulo en dos partes. La segunda parte será publicada la próxima semana.
"Hay que recuperar, mantener y transmitir la memoria histórica, porque se empieza por el olvido y se termina en la indiferencia" (José Saramago)
LA DELEGACIÓN DE MEMORIA HISTÓRICA ( Primera parte)
La puesta en marcha de la Delegación de la Memoria Histórica formando parte del organigrama del equipo de gobierno PSOE- Izquierda Unida fue una de las medidas recogidas en el pacto de gobierno. La Delegación de la Memoria Histórica suponía una novedad dentro del organigrama gubernativo municipal. Es verdad que las actuaciones llevadas a cabo desde esta Delegación nada tienen que ver con la gestión local. Se trataba más bien de una cuestión de índole ideológico. Porque, si un gobierno progresista (aunque sea desde ámbito municipal), no era capaz de asumir las medidas contempladas en la Ley de Memoria Histórica, ¿quién lo iba a hacer? De hecho la Ley de Memoria Histórica se había aprobada en el año 2007 y el gobierno de la derecha local no hizo nada, ni tomó ninguna medida en ese sentido. Tampoco es que lleváramos a cabo muchas actuaciones, pero sí las necesarias. Tengo que recordar que en los primeros años de la democracia se cambiaron las denominaciones del callejero que hacían alusión a militares franquicias, pero poco más. No fue hasta bien entrada la democracia, durante el Gobierno del PSOE presidido por José L. Rodríguez Zapatero cuando se aprobó dicha Ley de Memoria Histórica.
Una de las primeras actuaciones que llevamos a cabo fue la denominación del edificio situado en la Plaza de España que alberga las cuestiones del Planeamiento Municipal. Aquel edificio fue la vivienda dónde residió Carlos González Camoyán, el que fuera el último alcalde de Rota durante la II República. Y así quedó denominado: edificio Carlos González Camoyán. No se trate aquí de relatar las actividades políticas de González Camoyán, pero sí diré que tras su apresamiento por el golpe de Estado de los militares que se sublevaron contra el Gobierno de la República, González Camoyán fue puesto en libertad, aunque sus vecinos le hicieron la vida imposible y tuvo que dejar su pueblo y abandonar su carpintería para marcharse, primero a Cádiz y luego a Sevilla, dónde se estableció definitivamente. Nunca volvió a Rota.
Se trató de un acto muy emotivo. Allí estaban sus hijas e hijos, ya mayores, muy agradecidos por el detalle de nuestro Ayuntamiento por el reconocimiento para con su padre. Una de sus nietas leyó un sentido manifiesto.
Tengo que añadir que la Delegación siempre fue de la mano de la Asociación de Memoria Histórica de Rota, con su Presidenta, Mercedes Rodríguez Izquierdo, al frente. De hecho la Asociación de Memoria Histórica de Rota propuso la edición de un cuaderno de ejercicios sobre los acontecimientos acaecidos en nuestra población durante el Gobierno de la II República, el Golpe de Estado y la posterior represión y asesinatos de los progresistas roteños, con el fin de elevar una oferta educativa a los distintos centros de enseñanza. Dicha oferta iba acompañada de la emisión de un vídeo que a tal fin la Asociación había editado años atrás. A esta oferta educativa se acogieron casi todos los Institutos. Incluso, como Delegado de Memoria Histórica, participé en la presentación de la exposición de la misma en el colegio "Nuestra Señora del Perpetuo Socorro" o "Las Salesianas", como se conoce. Iba dirigida al alumnado del cuarto curso de la E.S.O. y al de Segundo de Bachillerato.
Desde la Delegación de Memoria Histórica se asumió la edición del cuaderno y así se recogió en el presupuesto propio de la Delegación.
En aplicación de la Ley, enviamos cartas a las comunidades de vecinos para indicarles que retirasen, o diesen permiso para retirar a los servicios municipales, las placas de los portales de sus edificios, cuyas viviendas indicaban que se trataba de viviendas de Protección Oficial anteriores al año 1.978 y que tenían inscritas el símbolo de Falanges. Se retiraron bastantes. Pero no en todos los edificios. Quedaron algunas por quitar. De todas formas, al tratarse de inmuebles privados tampoco podíamos obligar. Aunque la Ley preveía las consecuencias que podía llevar la negativa, éstas ni se anotaron ni se tuvieron en cuenta.
Otra de las actuaciones llevadas a cabo fue la de la eliminación de una lápida del cementerio municipal cuya leyenda era: "Caídos por España, 1.936-1.939, ¡Presentes! Tus camaradas. Por supuesto, incorporaba el escudo de Falange Española.
Este fue uno de los pocos acuerdos que, como Delegado de la Memoria Histórica, presenté en Junta de Gobierno para su aprobación. Las diferentes actuaciones llevadas a cabo no necesitaron de la presentación de la propuesta previamente en la Junta de Gobierno.
Tras el correspondiente informe y constatar que el propietario del nicho era el propio Ayuntamiento, que permitió el traslado desde el antiguo cementerio al actual, propuse la renuncia a la propiedad de dicho nicho por parte del Ayuntamiento y trasladarle el acuerdo a los familiares de los cadáveres allí depositados. Tras el debate surgido por la presentación de la propuesta, se acordó la retirada de la lápida y la sustitución por otra con otra leyenda. De momento, procedí a dar la vuelta a la lápida, respetando los restos hasta que se encargase una nueva lápida con una nueva leyenda.
Al entrar en el Castillo de Luna se puede leer, antes de acceder al patio, un azulejo que recuerda a grandes rasgos su historia. El azulejo en cuestión, exponía al final del texto: "siendo también visitado por el entonces Jefe del Estado español, Don Francisco Franco, el 14 de octubre de 1.953". Aquella frase, así leída, exaltaba la figura del dictador. Al menos me lo parecía. Expresaba, a mi entender, que era un orgullo que el fascista mandatario hubiese visitado el Castillo de Luna. Así que aplicamos el artículo 15 de la Ley de Memoria Histórica, respaldado además por la posterior Ley de Memoria Histórica y Democrática de Andalucía de 2017.
Se colocó un nuevo azulejo, con la misma leyenda, pero eliminando de la misma las dos últimas frases. La medida del azulejo fue idéntica al igual que los motivos decorativos y la letra. Pocos se dieron cuenta del cambio. Sólo los interesados en el tema y algún que otro falangista roteño de los que aún existían ( y/o siguen existiendo).
De estas actuaciones no emitíamos nota de prensa, ni convocábamos a los medios de comunicación locales para dar cuenta de ellas. Simplemente la llevamos a cabo sin alardear. Destaco esto porque no hacíamos una cuestión propagandística de las actuaciones llevadas a cabo desde la Delegación de Memoria Histórica. Otra cuestión eran las actividades organizadas como presentación de libros, emisión de documentales y exposiciones que llevamos a cabo durante aquellos años. Por razones obvias, esas actividades sí que se anunciaban.












Manitu | Sábado, 15 de Noviembre de 2025 a las 20:36:39 horas
Hasta los mismos cataplines de escuchar las tropelías cometidas supuestas o no cometidas por el Tio Paco, no es una Ley de Memoria Histórica sino de Venganza Historica, versión moderna del Damnatio Memoriae romano o el expolio de de los egipcios a las memorias de faraones o faraonas caidos en desgracia. Hablemos de las salvajadas y actos de lesa humanidad cometidos por ambos bandos que los hubo y luego nos perdonamos mutuamente. Si algo inmundo hizo ZP además de otras muchas cosas ha sido esta maldita ley tal como está redactada para hacer surgir fantasmas del pasado y volver a echarnos a pelear unos contra otros mientras su creador se lleva de lujo y forrándose con dictadores y golpistas vivos y muertos siempre que no sean de derecha y la abominación del Sanchismo prosigue en el mismo sentido. Mas recientes han sido los atentados de Eta e islamistas y algunos hasta les cantan las gracias.
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