La figura del tipster se ha multiplicado en España al mismo ritmo que las apuestas deportivas. Cientos de canales en Telegram presumen de aciertos imposibles y beneficios constantes. Pero detrás de esa fachada, la realidad suele ser otra: montajes, manipulaciones y estrategias de marketing que rozan la estafa.

Carlos de Jurado, analista del sector del juego en MisCasasdeApuestas, lo resume así: “El 95% de los canales de tipsters en Telegram no ofrecen transparencia real. Muchos utilizan montajes, borran pronósticos fallidos y venden humo a seguidores que no saben cómo funciona el mundo de las apuestas”.

Estos perfiles suelen aparecer en anuncios de redes sociales con mensajes tipo “de 30 a 1.000 euros en una semana” o “stakazo del día”. Su objetivo no es enseñar a apostar, sino vender pronósticos o suscripciones privadas. Algunos incluso utilizan bots para inflar el número de miembros y aparentar éxito.

La trampa de la confianza digital

El negocio funciona porque se apoya en dos ingredientes básicos: la emoción y la ignorancia. Los tipsters vendehúmos generan sensación de pertenencia, crean comunidad y hacen creer a sus seguidores que forman parte de algo “grande”.

“Muchos jóvenes piensan que van a ganar dinero fácil apostando. Lo que en realidad ocurre es que acaban perdiendo más por seguir consejos sin criterio”, aclara de Jurado.

Mientras tanto, los pocos tipsters que sí trabajan de forma profesional publican su balance completo, detallan las cuotas con transparencia y explican su método de análisis. Son los que forman parte de la lista de los mejores tipsters Telegram elaborada por MisCasasdeApuestas.com.

Cómo reconocer a los falsos expertos

Antes de confiar en cualquier canal, conviene fijarse en algunos detalles:

• Si muestra solo los aciertos, desconfía.
• Si promete multiplicar tu banca, huye.
• Si no explica su sistema o stake, probablemente ni él lo entienda.
• Si vende pronósticos “VIP”, sin resultados auditados, es puro humo.

Los tipsters serios no gritan ni venden milagros. Trabajan en silencio, analizan datos, comparan cuotas y entienden la gestión de banca. Y sobre todo, no te obligan a creerles: te enseñan a pensar por ti mismo.