Juan Manuel Montes
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MANUEL PUYANA Y SU MANERA ESPECIAL DE CONCEBIR SU TRABAJO
A veces en la vida es necesario crear hábitos laborales que puedan acercarse aún más si cabe al colectivo humano para quienes se trabaja. Este es el caso de Manuel Puyana Ruiz, un trabajador del centro docente de salesianas en la villa de Rota que con su sencillez y amor a los niños ha sabido crear a través del mismo un ambiente familiar digno del mejor de los elogios.
Todos los peques del centro escolar lo conocen como “mani manitas” algo asi como un todo terreno en todos los conceptos laborales. Repara, compone, arregla y dedica su tiempo libre al trato humano.
Es tal su popularidad que los peques de preescolar le tienen como un icono para ellos. Su simpatía, su esmerada dedicación laboral hacen de Manuel Puyana un ser entrañable y muy querido en el contexto salesiano. Su trayectoria como trabajador ha tenido gran diversidad de momentos destacando desde muy pequeño sus tareas en el Bar Central y heladería del mismo nombre hasta los 18 años ganando un sueldo mensual al final del mismo de 875 pesetas. Más tarde y hasta los 44 años en el mundo de la construcción en la empresa de Antonio García López denominada Compursa y de ahí hasta nuestros días en el centro docente reseñado en gran variedad de profesiones anexionado a su vez al mundo del deporte como jardinero del estadio municipal Arturo Puntas Vela en la U.D. Roteña.
Si bien podrían muchos factores externos que pueden provocar infelicidad en el ambiente laboral y con ello, muchas tareas que se pueden realizar para contrarrestarlos.
No cabe la menor duda que en la persona de Manuel Puyana concurren cientos de anécdotas que hacen de su trabajo un autentico hobby, es un placer para él, estar día tras día al frente del mantenimiento de un centro educativo donde se le respeta, se le quiere y se le motiva para estar siempre “despierto”. Fiel a su sonrisa, Manuel es por derecho propio una persona de claras ideas, asequible y moldeable en cuanto a necesidades básicas del día a día.
Sin caer en discusiones sobre si la felicidad existe o no, pretende encontrar el estado de paz interior como para que su trabajo no sea una carga y a su vez no afecte a su vida diaria. No cabe la menor duda que su familia, su esposa e hijos hacen de su vida un disfrute lleno de tolerancia y mucho amor. En su vida cotidiana Manuel es un ser de mucha iniciativa laboral, aporte de ideas que hacen de sus rectores un hombre, una persona de suma confianza.
Dice el refrán que “a quien madruga Dios le ayuda”... Manuel es un madrugador por derecho propio, siempre es el primero en estar al frente de sus tareas básicas, sus condiciones laborales son favorables para él consiguiendo con ello ser más productivo y a su vez disfrutar con cada paso que realiza en esa gran diversidad de tareas laborales. Recientemente lo hemos visto trabajando en la instalación del belén viviente ubicado en el pabellón de deporte del colegio de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro donde trabaja desde hace ya unos años. No cabe la menor duda que el salario siempre forma parte del rendimiento de este o aquel trabajador. Pero me atrevo a decir que el caso de Manuel para nada tiene que ver el aspecto nominal conociéndole como persona. Hay quien piensa que el mayor obstáculo para no sentirnos felices en nuestro trabajo es creer que somos prisioneros de nuestras circunstancias aunque Manuel es de los que superan una adversidad de inmediato. Es un profesional flexible que se adaptó de inmediato a las necesidades del centro educativo coordinando sus tareas laborales con las personales siendo un fiel exponente de entrega y tesón.
Padre de dos hijos Juan Enrique y María del Carmen, a los que adora y dedica cada momento libre juntamente con su esposa perteneciente a la noble y entrañable familia Escudero.
El agradecimiento hacia su persona se hace a diario con una sonrisa, los profesore/as reconocen su trabajo y le admira por su perseverancia en cada actividad que lleva a cabo.
La creatividad es su cualidad más valorada siendo su precisión en la propuesta de soluciones altamente valorada.
Afincado en una familia amplia rodeado de gente sencilla con una madre de las de antes, llena de bondad en la persona de Mercedes y un padre Juan entregado a sus hijos que a buen seguro llenara sus corazones en esas marismas azules del cielo.
Si hubiera que describir a Manuel Puyana como trabajador de una empresa es destacarle como un gran negociador, sabe siempre como actuar, restar las decisiones de su superiores y entablar diálogo fluido para la resolución de cada interrogante que produce en el trabajo diario.
Manuel puede ser ese gran exponente de empresa que transmite felicidad con su manera de ser y de actuar, vale la pena estar contento. Los estudios dicen que las entidades laborales que tienen empleados felices rinden mejor y de forma más constante. En resumidas cuentas, Manuel disfruta con lo que hace, realiza bien su trabajo, se siente orgulloso de él mismo, es responsable día a día y siente que se le admira.
A través de estas líneas quiero manifestar mi admiración y reconocimiento a un amigo de siempre y como no, a un fiel exponente del trabajo serio y comedido. Su simpatía y su sonrisa extraen muy a las claras su entera disposición a la empresa docente que confía en su persona. Felicidades y gracias por ese especial “halo” que tienes con los más pequeños a quienes no se acaban apelativos cariñosos con el “mani manitas” frases cariñosas hacia la bondad por excelencia.
Mondel












Marina y Eva | Miércoles, 01 de Febrero de 2012 a las 15:37:09 horas
Felicidades tito te lo mereces, enhorabuena por tu trabajo y por ser como eres. Besitos.
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