“Los niños de Winton” es una película británica del 2023 basada en hechos reales. Les aconsejo que la vean si aún no lo han hecho. En una breve sinopsis les diré que narra la acción llevada a cabo por un joven corredor de Bolsa de Londres, Nicholas Winton, que tras visitar Praga en 1938 se encuentra con familias que se han refugiado allí huyendo del ascenso de los nazis, viviendo en muy malas condiciones sin tan siquiera una vivienda donde refugiarse. Este hombre propone a sus colegas y amigos de Praga intentar llevarse al mayor número posible de niños antes de que la situación empeore para ellos. Comienza una ardua tarea para captar familias de acogida temporales en Inglaterra para estos niños, además de ingresos económicos para pagar los billetes de tren de todos ellos. En el momento en que los nazis cierran la frontera checoslovaca ya no puede salvar a más niños.

Nicholas Winton logró salvar a 669 niños judíos antes del inicio de la Segunda Guerra Mundial. El último tren era el más numeroso, portaba a 250 niños. Los nazis no le permitieron salir de la estación. Se sumaron a los 15.000 niños que perecieron asesinados en Checoslovaquia durante la guerra.

Si la ven, posiblemente encuentren cierto paralelismo entre los hechos narrados en la película y la situación que, principalmente los niños, están sufriendo en Gaza.

Según los informes de UNICEF, más de 17.000 niños han perdido la vida en la actual “guerra” en Gaza. He entrecomillado la palabra guerra. En realidad es un genocidio lo que Israel está llevando a cabo con la población palestina. Y ello ante la tibieza en las condenas a Israel del resto del planeta.

A las muertes provocadas por los bombardeos se unen las causadas por el hambre. El gobierno israelí permite la llegada de alimentos con cuenta gotas, lo que está provocando que las carencias alimenticias se hayan hecho notar.

No es cuestión de ideología defender la vida de un niño. A todos aquellos que denunciamos abierta y públicamente el comportamiento sanguinario del gobierno de Netanyahu nos tachan poco menos de terroristas y antisemitas. Ignoran estos que el término semita incluye no sólo a los judíos, también a ciertos pueblos árabes. En fin.

Nadie quiere molestar a Israel. En 1938, ningún gobierno europeo quería molestar a Hitler. Y ya ven.
Las víctimas civiles, sobre todo los niños, sufren las consecuencias y la dejadez de los países democráticos. De vergüenza.