La burbuja turística
A mediados de los años sesenta y principios de los setenta del pasado siglo, los españoles asistíamos admirados a la presencia masiva de turistas extranjeros que empezaban a visitarnos. El Turismo se convirtió en un fenómeno de masas de los que los españoles, en aquellos años, aún nos manteníamos al margen.
Pero a partir de mediados de los setenta, nos enganchamos al disfrute de convertirnos en turistas. La evolución fue lenta pero constante. Hemos pasado de los veraneantes mayoritarios de las tres “pes” (playa, paseo y pipas) a ver transformadas nuestras ciudades en verano hasta el punto de que encontrar mesa libre para disfrutar de una cerveza y una tapa se ha convertido en una especie de lotería.
No vamos a descubrir, ni voy añadir nada que es sabido por todos, que el Turismo tiene un efecto multiplicador. El Turismo impulsa a la hostelería, el transporte, el comercio... y todos los añadidos que ello conlleva a la agricultura y a la ganadería. Dicho con otras palabras, todos sabemos que el Turismo crea empleo. Según los expertos, el sector turístico el año pasado sobrepasó el catorce y medio por ciento de nuestro Producto Interior Bruto. De nuestra riqueza, vamos.
En sus inicios, los extranjeros venían buscando destinos de sol y playa, atraídos además por los bajos precios que suponía España para ellos. La peseta era una de las monedas más devaluadas frente al marco alemán, la libra esterlina y el dólar, por citar algunas.
Ahora nos encontramos con un Turismo más diversificado. Los gustos de los que nos visitan (y los nuestros) han ido ampliándose. Hoy hablamos de Turismo de interior, cultural, de aventuras, deportivo... Sin olvidar los turistas que eligen viajar en un crucero para visitar diferentes países y ciudades.
Todos, o casi todos, viajamos. Hasta los más mayores. Tenemos que recordar que en 1978 se creó en nuestro país el IMSERSO como parte de la gestión institucional de la Seguridad Social. Quién le iba a decir a nuestros mayores que ellos también tenían la opción de viajar igual que lo hacían los europeos a los que ellos habían visto viajando por toda España.
No podemos olvidar que también existe un sector de la sociedad que no se permite el lujo de poder viajar, sólo el de darse una escapada. Son los domingueros. No para todos son asequibles los precios de los alquileres de cualquier piso en una zona de costa.
Aún así, se puede comprobar que el Turismo ha ido creciendo a lo largo de las últimas décadas. Ha entrado en una burbuja que sigue aumentando. La pregunta que nos podemos hacer es por cuánto tiempo. ¡Ojo!, ya se han oído comentarios al respecto. Dicen que viajar a lugares turísticos de países centro americanos resulta más barato a un español que hacerlo a cualquier punto de las Islas Baleares.
Que la burbuja turística estalle como ya ocurrió con el sector inmobiliario podría traer consecuencias económicas no deseables. No deberíamos mirarnos el ombligo en ese sentido y analizar la situación desde una perspectiva a largo plazo. Sobre todo para que perdure.
Corremos el riesgo de perder todo lo conseguido en favor de otros países.
Eso sí, siempre nos quedará el turista nacional y más cercano. Ese turista menospreciado por algunos de los que sueñan con que llegue septiembre para encontrar una mesa donde tomarse una cerveza y una tapa sin agobios y sin esperas. Llevamos toda la vida oyendo lo de tomar medidas contra la estacionalidad turística y cuando nos visitan nos parecen demasiados.
En fin.
MANUEL JESÚS | Domingo, 14 de Septiembre de 2025 a las 16:07:22 horas
Esta propuesta que expones sobre a corrupción es muy interesante. sería cuestión de llevarla a la práctica para evitar que nos roben descaradamente.
Su anterior propuesta para el problema de la vivienda también era muy interesante y lo solucionaba, sobre todo para los trabajadores mileuristas.
Le animo a seguir proponiendo soluciones y propuestas como esas para los problemas de los trabajadores.
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