Donald Trump está entusiasmado con que se le reconozca con el premio Nobel de la Paz. Se auto proclama artífice y mediador en la finalización de unos cuántos conflictos y ¿de defensor de los derechos humanos?

El hecho de que el genocida de Netanyahu avale su candidatura dice mucho sobre el personaje. Del Presidente norteamericano, digo. “Dime con quién andas y te diré quién eres”, nos recuerda el refranero.

Anda tan emocionado que en caso de que la Academia noruega le conceda tal reconocimiento mundial sería capaz de poner el marcador a cero arancelario a los productos noruegos, ¿qué no? Lo contrario podría significar... pues eso, todo lo contrario.

A Mahatma Gandi nunca le concedieron tal galardón. Y eso que el 30 de enero se conmemora el Día Escolar de la No Violencia y la Paz, coincidiendo con el aniversario de su asesinato, y el 2 de Octubre, coincidiendo con su nacimiento es el Día Internacional de la No Violencia, reconocido por la ONU.

Que el Alma Grande no ostente el Premio Nobel de la Paz es ya una prueba más que evidente que Donald Trump no es merecedor de esa distinción ni de lejos.

Deberían haber unas distinciones antónimas a los Nobel de la Paz. La ONU podría ser el Organismo Internacional adecuado para concederlos. Denominar a estos como “Nobel de la Guerra” reconozco que sería muy simple. Se me ocurre otros sustantivos: Genocida del año, Señor de la Guerra del Año, Perturbadores de la Paz...
Si estos negativos galardones se dieran con carácter retroactivo, la lista de “reconocidos” sería bastante amplia: Hitler, Franco, Mussolini; Stalin, Trujillo, Somoza...

De los actuales, Benjamín Netanyahu sería el primer candidato a ostentarlo.

¿Podría ser Nobel de la Paz Donald Trump? Con criterios meramente objetivos nunca lo sería. Dentro de sus creencias religiosas (si es que las tiene) tampoco podría llegar a ser Santo, ya que los protestantes ponen el acento en la santificación personal. Esto es, cada persona, a través de sus decisiones cotidianas como la solidaridad, la acogida de migrantes, la ética afectiva y sexual, etc. puede llegar a ser considerada santa. Así pues, tampoco sería comparable a la figura de Martin Luther King, que fue considerado santo (los protestantes llaman santos a los vivos, no a los muertos como hacen los católicos) y además le fue concedido el Premio Nobel de la Paz en 1964.

Descartada la santidad de Trump, este aspira al Nobel de la Paz. ¿Se lo concederán?

Con el engaño, la trampa, la ilusión..., se puede engañar haciendo ver lo que no se es. Todo un trampantojo al raciocinio, vamos.