Titulitis
Tanto para ser concejal como parlamentario y/o diputado, no se exige tener un título universitario. De hecho no existe una carrera universitaria obligatoria para ello. Es recomendable, eso sí, que la persona tenga conocimiento de su realidad social para entender las necesidades y las problemáticas de sus vecinos.
Por supuesto, una de las cualidades que se debe reunir para aspirar al cargo es tener, o adquirir, un compromiso de servicio público. Esto es, trabajar en beneficio de sus paisanos. Analizado así, ser concejal viene a ser una carga, más que un cargo; un honor más que un empleo.
Estas ideas son las que prevalecían al comienzo de la Democracia que todos disfrutamos. He dicho bien: disfrutamos. Porque la Democracia está para gozarla. También para valorarla y protegerla. Ban Ki-moon, el que fuera Secretario General de la ONU, dijo que “la apatía es el veneno de la Democracia”. Pues eso.
La situación ha cambiado entre los cargos públicos. Aquel ideal original se ha ido diluyendo en no pocas personas. El compromiso de servicio público se ha transformado para algunos/as simplemente en un empleo.
Los primeros concejales de los pueblos y ciudades medianas (como lo es Rota) tenían verdadera vocación de servidores públicos. No cobraban por sus cargos más que dietas por dedicar parte de su tiempo a mejorar la vida de sus vecinos.
Esta idea aún perdura en los pueblos pequeños. En estos se mantiene viva la llamarada de la ilusión. Vienen a ser como aquellas asociaciones vecinales, ya desaparecidas, en las que un equipo tomaba la iniciativa para organizar verbenas y proponer mejoras en el mobiliario urbano de su barrio. ¡Qué tiempos!
Al margen de estas pequeñas entidades locales, el cargo público se ha convertido, ya digo, en un empleo. No en todos, claro está. En ningún caso ni en ninguna situación es positivo emplear el verbo generalizar. Todo lo contrario,puede resultar un término tóxico. Lo menciono porque es complicado ser alcalde o alcaldesa sin una vocación de servicio hacia el bien común.
En el caso de los parlamentarios autonómicos, los requisitos son idénticos a los de concejal. Se requiere ser mayor de edad y no estar incurso en ninguna causa judicial. Sobra decir que es necesario ser candidato de una lista presentada por un partido político o por una agrupación electoral.
Repito, no existe una titulación académica específica requerida para ser parlamentario en Andalucía.
Tampoco es una exigencia para ser diputado nacional. Ya he mencionado al principio que no se exige ninguna titulación académica específica.
Por eso, es incomprensible la manía que le ha dado a muchos políticos de mentir sobre sus currículums. Parecen sentir pudor de que con sus conocimientos formativos estén ocupando un cargo público bien remunerado. Olvidan que “para ser realmente grande hay que estar con la gente, no por encima de ella”.
En fin.
Seneca | Lunes, 18 de Agosto de 2025 a las 13:53:13 horas
No puedo esta vez, mas que en estar de acuerdo con usted. Por desgracia la democracia a degenerado bastante y muchos cargos públicos son en realidad cargas públicas... sin hacer uso del lenguaje inclusivo.
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