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Carlos Roque Sánchez
Sábado, 19 de Julio de 2025

Edad y desgaste físico

[Img #262685]El inicio de la vejez. Buena parte de lo que le paso a exponer en esta tercera Opinión juliana lo aprendí gracias a un viejo conocido que sabe mucho, lo sabe bien y además, por motivos profesionales, lo sabe explicar de forma más que comprensible para legos como un servidor, de modo que vaya por delante este preliminar. De haber omisiones u errores en este texto, sepa que todos y cada uno de ellos son achacables, en entera exclusividad, a mi torpe entender y a mi más que mejorable redacción, dicho lo cual continuo. El tema surgió a raíz de que le espetara algo así como, Manuel (nombre ficticio) ¿existe una edad concreta en la que dejamos de ser adultos para convertirnos oficialmente en personas mayores?, como puede ver mi interés iba en la línea de saber a qué edad da comienzo el desgaste físico, en qué momento el cuerpo humano empieza a envejecer, algo que, por otro lado, suele ocurrir sin previo aviso en la mayoría de los casos. Pero sabedor de que la percepción de la vejez varía mucho según culturas, generaciones y la propia edad, me interesaba el punto de vista de la ciencia y sus posibles respuestas, más objetivas y cuantitativas gracias a los estudios biológicos de última generación. Se trata de una cuestión que, como comprenderá, me preocupa por razones evidentes, así que le presté la mayor de mis atenciones.

 

‘Undulating changes in human plasma proteome profiles across the lifespan’. Me dijo que, precisamente, acababa de leer una investigación a propósito de este tema, “Cambios ondulantes en los perfiles del proteoma plasmático humano a lo largo de la vida”, realizada por un equipo de investigadores de la Universidad de Stanford (Estados Unidos) liderado por Tony Wyss-Coray, según la cual habían realizado un análisis del envejecimiento humano llegando a poner, negro sobre blanco, números exactos a esta vital transición. No me digan que no existen las casualidades. Este estudio, publicado en la revista científica Nature Medicine, examinó el plasma sanguíneo de más de 4200 personas de entre 18 y 95 años, con el objetivo de determinar los marcadores biológicos más precisos del envejecimiento y, entre otros hallazgos, el más relevante fue que algunas de las proteínas presentes en la sangre pueden funcionar como un reloj biológico. De hecho, de las más de 3000 proteínas distintas por individuo que identificaron, alrededor de unas 1379 resulta que varían significativamente con la edad, lo que es magnífico pues les permitió predecir, a partir de los datos obtenidos y con notable precisión, la edad de los participantes; es más, solo necesitaron el análisis de 373 de estas proteínas ¡Cómo me gusta la ciencia!

 

¿A qué edad empieza la vejez según la ciencia? La idea, en su criterio, es que las proteínas son los motores del cuerpo de modo que si sus niveles cambian eso es una señal clara de que el cuerpo también lo ha hecho y estamos ante el inicio del envejecimiento. Unos cambios que han llegado a cuantificar dividiendo el envejecimiento en tres estadios: Adultez, de los 34 a los 60 años, en él comienzan los primeros signos de desgaste físico, aunque de forma lenta y progresiva. Madurez tardía, entre los 60 y los 78 años, y cuando el cuerpo pierde capacidad de regeneración celular y aparecen cambios más visibles en fuerza, memoria y movilidad. Vejez, a partir de los 78 años, el cuerpo entra en una etapa donde el deterioro se acentúa y los mecanismos de reparación interna disminuyen notablemente. Como ven se trata de una redefinición de esta digamos “etapa mayor” de nuestras vidas con base en la evidencia biológica y no en constructos sociales como la jubilación o el cumplimiento de los 65 años. Y con dicho envejecimiento, independiente de la fase en la que estemos, nuestro cuerpo experimenta cambios.

 

¿Cómo cambia el cuerpo con la edad? Lo hace de forma progresiva y afectando tanto a la parte física como mental, por ejemplo, se pierde masa muscular, lo que reduce la fuerza y la movilidad, o empiezan a aparecer deficiencias de memoria, alteraciones del sueño o disminución de la vista y el oído; en fin, limitaciones humanas. Por no hablarle de otros signos visibles como las arrugas y manchas que nuestra piel muestra, o la pérdida de equilibrio que experimentamos, aumentando el riesgo de caídas y sus posibles complicaciones. Y todos ellos forman parte del paso natural del tiempo de modo que, si podemos conocerlos con antelación, estaremos en condiciones de adoptar hábitos saludables que nos ayuden a mantener una buena calidad de vida durante estas etapas. (‘El sentimiento de la salud se adquiere solamente mediante la enfermedad’). Porque otro objetivo de este estudio era también el de contribuir al desarrollo de terapias que ayuden a envejecer de forma más saludable, pero esa es otra historia que tendrá que esperar mejor autor, espacio y momento.

 

CONTACTO:  [email protected]

FUENTE: Enroque de ciencia

 

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