Desde que empezó la guerra de Ucrania escuchamos constantemente llamamientos a que los países incrementen su gasto militar. De una manera extrañamente sincronizada, dirigentes de naciones europeas – sobre todo del Este – o militares norteamericanos, nos advierten de que Rusia ambiciona conquistar Europa. ¡Nos ha fastidiado! Rusia ambiciona Europa de la misma forma en que yo ambicionaba ligarme a Claudia Schiffer en sus años dorados, y no hace falta decir los resultados que obtuve. ¿Rusia quiere conquistar Europa? ¿Con qué? ¿Lanzando samovares? Porque los ruskis llevan cuatro años intentando ganar el conflicto a un país como Ucrania, que no es ni mucho menos puntero, y se están rompiendo los dientes. ¿Me quieren decir entonces que van a atacar al resto de Europa cuando no tienen narices de tragar una pequeña porción?

Pero sigo. Desde luego, Rusia posee armas nucleares. Pero si metemos en la cuenta las armas atómicas no entiendo muy bien para qué sirven las convencionales. Si los puñeteros putinistas están dispuestos a lanzar bombas atómicas está todo dicho, y da igual que incrementemos el gasto militar o que no lo incrementemos, porque nos iremos todos a estercolar la tierra (radiactivamente, por cierto). Entonces es lo mismo el 1, el 2 o el 10% del PIB en gasto militar. (Los rusos gastan un 15% de su PIB y no pueden con los de Kiev).

Continuemos para bingo. Según ese gasto militar que el payaso de Trump (soy benévolo y solo le llamo payaso) quiere imponer a Europa, nuestro continente logrará una situación de equivalencia militar ante los rusos. Pero la coña, la increíblemente absurda coña, es que Trump no considera a Rusia su enemiga, y de hecho no ve con muy malos ojos la invasión de Ucrania (justo en el momento de escribir estas líneas, salta la noticia de que EEUU suspende la entrega de armas a los ucranianos). Entonces, ¿contra quién nos armamos? ¿Contra China? Igual no me he enterado, pero, ¿es China nuestro enemigo? ¿O va a resultar que los europeos nos vamos a gastar la pasta no para defendernos sino para ayudar al pelirrojo?

Más todavía. ¿Qué se le da a España en todo esto? ¿Realmente nos sentimos amenazados por el imperialismo ruso? Si los tanques de Putin llegaran a los Pirineos habrían tenido que cepillarse previamente a dos docenas de naciones, cosa que no me creo, y que si ocurriera sería porque son tan fuertes que bien poco podríamos hacer. Que nos gastemos un dinero enorme a expensas de nuestro bienestar en sanidad, educación, transportes (en transportes, particularmente, parece claro que hacen falta inversiones, ¿no?) (también vale, creo, cambiar al ministro del ramo) resulta tan extravagante que no se acaba de entender salvo de forma oscura, muy oscura.

Y no acabo. El gasto militar en España termina siendo absurdo. Me explico. ¿Quién es nuestro único posible enemigo? ¿Contra qué país existe la eventualidad, aunque poco probable, de que iniciáramos una guerra? Venga, díganme. Justo, contra Marruecos. Pero resulta que en un conflicto España-Marruecos la OTAN no nos ayudaría si a los moros les diera por atacar Ceuta, Melilla o las Canarias, que son precisamente los  territorios españoles que podrían recibir un ataque. Entonces, díganme ustedes, ¿para qué cojones estamos en la OTAN?

Voy más lejos todavía. Ese gasto que propone Trump casi entiendo que iría destinado en un porcentaje importante a la adquisición… ¡de armas que nos venderían los americanos! Pero resulta que Marruecos es uno de los principales aliados de EEUU en el mundo, bastante más que España, a decir verdad. Si nuestro país entrara en conflicto con Marruecos es prácticamente seguro que los yanqui guiris no autorizarían el uso de lo que les compramos, con lo cual se convertirían en armas inútiles, ya que los americanos no nos proporcionarían la munición o las piezas de recambio. ¡Toquémonos las partes con las dos manos! ¿Para qué el gasto que nos exigen?

Soy poco amante de Pedro Sánchez, vamos, nada amante, pero es el único dirigente  europeo que ha actuado con dignidad. La lamida de trasero al pelirrojo resulta indecente. Europa merece gobernantes con mayor orgullo. Los jóvenes probablemente no sepan qué fue el Pacto de Varsovia. Pues les digo, el Pacto de Varsovia era una organización militar dirigida por la Unión Soviética, donde los países que la componían (ya saben, Polonia, Bulgaria, Checoslovaquia, Hungría…) eran no socios, sino vasallos de los soviéticos, mojoncillos que hacían lo que querían los rusos. Pues bien, la OTAN ahora es lo mismo. Una sociedad de mojoncillos a los pies de Trump.  Y como me extraña que alguien tan ladino como el presidente francés Macron  sencillamente trague con todo, la sensación que me queda al final es que se están burlando de nosotros, que nos engañan, que probablemente estén haciendo negocios a nuestra costa. Después de todo, es lo que ha ocurrido siempre, ¿no?