Más allá de la ideología (por Hugo Franco Márquez)
Cuando se dice que hay asuntos políticos que trascienden la ideología no siempre es realmente así. Estos últimos días, con el conocimiento de los casos de corrupción del PSOE, la ciudadanía ha reclamado explicaciones, y desde la oposición, el Partido Popular o Vox han pedido incluso dimisiones, dándose de luchadores contra la corrupción y de héroes nacionales que buscan lo mejor para el país. Sin embargo, estos son partidos con multitud de casos de corrupción, especialmente el PP, que precisamente perdió el poder en el gobierno tras diversos casos de corrupción con Mariano Rajoy; o Vox, que sostuvo una multa por financiación irregular.
La corrupción es uno de esos asuntos políticos en los que la ideología trasciende, o por lo menos debería, estamos todos de acuerdo, pero, ¿cuánto revuelo ha causado o causa actualmente la corrupción de la derecha española? Yo no he visto tantos españoles cabreados con el novio de Ayuso, ni ninguna dimisión por parte de Mazón. Además, si verdaderamente no tuviéramos en cuenta la ideología, a lo mejor Pablo Casado seguiría hoy en las listas del PP, y no hubiera tenido que dimitir tras denunciar un caso de corrupción en su propio partido. Por eso, la idea de que la ideología se queda fuera ante estas situaciones es totalmente acertada, pero no se lleva a cabo, y es una estrategia más de la derecha para ganar poder.
Estamos en una etapa de completo auge de la derecha y ultraderecha, precisamente por cosas como esta. La izquierda no hace nada por evitar esto, sino que además lo empeora con asquerosos casos de corrupción como el de Santos Cerdán, Ábalos y Koldo. Mientras la izquierda se divide más y más, y sigue sin saber gestionar qué medios utilizar para lidiar contra está expansión de la derecha, la oposición se refuerza, gana influencia, se ríe de aquellos madrileños que perdieron a sus abuelos durante el Covid y de aquellos valencianos que perdieron a sus familiares durante la DANA. Y no es solo que aquí no pase nada con estos dirigentes del PP que no saben hacer una gestión eficiente, sino que además, la gente no se entera de estos casos, no se viraliza en las redes y no se habla apenas de ello.
La izquierda tiene que aprender a moverse, utilizar una mejor estrategia para llegar a la población, porque sino, nos seguiremos hundiendo. Ahora, lo que queda en duda es que votaremos en las próximas elecciones. La situación es complicada, sobre todo para quien votó al PSOE en las pasadas, aunque ya nos podemos imaginar cómo serán los resultados.
Hugo Franco Márquez.
MANUEL | Martes, 24 de Junio de 2025 a las 21:05:53 horas
Defender una ideología intentando convencer a los ciudadanos de que el adversario es “muy malo” es algo que viene siendo habitual. No se intenta convencer de que la ideología propia es mejor que la del adversario, sino que la ideología del adversario es maligna. No se hacen propuestas para convencer a los ciudadanos, se intenta sacar lo peor del adversarios. Es lo que intenta el autor de esta carta donde nos quiere asustar con el auge de la derecha y de la extrema derecha sin que en ningún momento haga autocrítica de la debacle de la izquierda y de la extrema izquierda. De sus promesas incumplidas, de sus cambios de opinión, de sus pactos…. Nada de eso.
Nos quiere hacer ver que teníamos que estar “cabreados” con el novio de Ayuso por sus presuntos delitos, aunque la Presidenta de la Comunidad de Madrid nada tiene que ver, solo que es su pareja y en ningún momento hizo uso de la Presidencia del Gobierno. Sin embargo no dice nada de los presuntos delitos de Begoña Gómez, esposa del Presidente del Gobierno y que hizo un uso del Palacio de la Moncloa, con quién también podríamos estar “cabreados”.
El Presidente Mazón debería haber dimitido por incompetente pero hay que decir que la tragedia también pudo tener responsabilidad el Ministro del Interior, según la normativa vigente en cuanto a catástrofes. La frase de “si necesitan ayuda que la pidan” por parte del Presidente del Gobierno dice mucho.
La izquierda tiene que agruparse, hacer autocrítica y tener “menos cabezas de ratón”. Dividir el voto nunca resultó rentable. Y no dejar en manos de la derecha los símbolos del estado, que nos pertenecen a todos.
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