Quantcast
Carlos Roque Sánchez
Sábado, 14 de Junio de 2025

León XIV, ¿un papa científico?

[Img #259924]Poniendo en contexto. Es el ducentésimo sexagésimo séptimo (267.º) pontífice de la Iglesia católica y noveno (9.º) soberano de la Ciudad del Vaticano desde que fuera elegido en el cónclave del pasado 8 de mayo, me refiero al chicaguense nacido Robert Francis Prevost Martínez (1955) y desde entonces papa, escríbase, León XIV y léase León catorce no León decimocuarto (mucho menos catorceavo, señor ministro). Un hombre de quien sabemos a ciencia cierta y para los intereses que nos traen, que se trata del primer (1.º) papa de nacionalidad estadounidense, el primero que pertenece a la orden de los agustinos y el primero que ha estudiado y obtenido una licenciatura en una disciplina científica, en toda la historia de la Iglesia católica. Lo que no está nada mal como pionero.

 

Prevost y las matemáticas. Entre otros estudios superiores el chicaguino obtuvo una licenciatura en Ciencias Matemáticas (1977) por la Universidad de Villanova, Filadelfia, Estados Unidos, un centro privado católico ligado a la Orden de San Agustín. Y durante un tiempo enseñó matemáticas a tiempo parcial en el Mendel Catholic High School en Chicago e hizo sustituciones como profesor de física en otro centro agustino, el St. Rita of Cascia. Una singularidad disciplinar bien recibida en la iglesia pues sin duda no está de más que el nuevo pontífice tenga ese tipo de formación reglada y haya ejercido la docencia; se tratan de actividades que le pueden resultar útiles a la hora de abordar los complejos retos que le esperan en su pontificado. Le digo esto porque es conocido el “don” de las matemáticas para “ordenar” la cabeza de la persona que la estudie, para iniciarla en una disciplina mental, en un rigor que la haga más inmune al sofisma y le permita abordar los problemas de la forma más adecuada. Un lenguaje más, el matemático, que añadir a su poliglotismo, habla seis idiomas, con la ventaja de que éste es además universal (Galileo, dixit).

 

León XIV y las ciencias. Bien, pero todo el bagaje anterior, ¿implica que estemos en puridad ante un “papa científico”? Pues como diría el castizo dependerá del tamaño del ropero y lo cierto es que no faltan prendas que introducir en él, empezando por el hecho de haber elegido su nombre papal en honor a un predecesor, León XIII (1878-1903). Quien guio la institución a través de la gran revolución industrial de finales del siglo XIX reconociendo la importancia del avance científico y tecnológico para el progreso humano; en ese sentido no solo promovió el diálogo entre Iglesia y ciencia, también abordó la relación entre fe y razón. Además, fue el fundador “formal” en 1891 del Observatorio Astronómico del Vaticano, (Specola Vaticana, en italiano) como un reflejo de que ciencia y creencia pueden coexistir sin problemas; una imagen comparativa con el fenómeno óptico sobre la que no me atrevo a pronunciarme pues no tengo nada clara la coexistencia.

 

Y aunque sin duda el nuevo papa León XIV no es ajeno a la abrumadora influencia tecnológica en nuestra sociedad -en una de sus primeras declaraciones como pontífice ya señaló a la Inteligencia Artificial, IA, como uno de los grandes desafíos que tiene la humanidad por delante, destacando la necesidad de una reflexión ética sobre su desarrollo, lo cierto es que hay poco más. Casi nada en realidad pues no se ha pronunciado en torno a una probable conciliación entre fe y ciencia, salvo un primerizo y hueco “hay que pasar de las palabras a la acción” que estará conmigo suena más bien a brindis al sol para salir del paso. Si bien no es menos cierto que ha transcurrido poco tiempo y habrá que esperar algo más para ver la deriva científica-técnica de su trayectoria pontificia; así que si me pregunta si será León XIV el primer papa en asumir una postura que aborde con mayor seriedad asuntos relativos a la ciencia y la tecnología, permítame una respuesta elusiva, sí pero no (Lolita, dixit).

 

León XIV y van Gogh. ‘Que no, que no / Tú dices que me quieres, pero no / Que no, que no, tú dices que me quieres / Pero no, que no, que no, / porque tu amor me hiere’, cantaba a finales de los ochenta la artista, a cuyo texto recurro nada más saber de lo que habló su santidad en la última audiencia en la Plaza de San Pedro. Sin ir más lejos mencionó una pintura de Van Gogh, una de las célebres escenas campestres que el artista holandés inmortalizó durante su estancia en Arlés, y en la que se puede ver a un sembrador bajo el sol abrasador. Un trabajo más que mundano el del agricultor, es evidente, pero para el que el hombre santo encuentra una referencia religiosa, como lo lee. Perdone, le pongo en contexto comparativo me refiero, de un lado, al lienzo ‘El sembrador a la puesta del sol’ de 1888 y, del otro, a la conocida parábola del sembrador recogida en el evangelio según Mateo; dos motivos vinculados según León XIV por un nexo religioso y espiritual, lo que no termino de aprehender máxime al recordar la archiconocida simbología original del cuadro, la representación colorista del trabajo en el campo, una temática que tanto fascinaba a su autor.

 

En lo que se refiere a la pregunta del titular, lo dejaré en que es un papa licenciado en matemáticas. Ya me dirá usted, si le parece, lo que piensa.

 

CONTACTO: [email protected]

FUENTE: Enroque de ciencia

Comentarios Comentar esta noticia
Comentar esta noticia

Normas de participación

Esta es la opinión de los lectores, no la de este medio.

Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios inapropiados.

La participación implica que ha leído y acepta las Normas de Participación y Política de Privacidad

Normas de Participación

Política de privacidad

Por seguridad guardamos tu IP
216.73.216.111

Todavía no hay comentarios

Con tu cuenta registrada

Escribe tu correo y te enviaremos un enlace para que escribas una nueva contraseña.