Las cloacas del Estado
Por todos es sabido que el Ministerio del Interior de cualquier Estado (ya sea este democrático o no) es el menos transparente de todos. Es como si dentro de ese Ministerio existiese otro Estado dentro del Estado. Al menos en sus actuaciones. Es lo que se conoce como las cloacas del Estado. Lo curioso es que en un régimen democrático las cloacas son “admitidas” por los partidos políticos que se alternan en el gobierno. He entrecomillado el participio (o adjetivo, según se prefiera) porque sus actuaciones están al margen de la Ley.
¿Quién no conoce, por lecturas o por el cine, los entramados de la CIA, en Estados Unidos, los de la KGB en la Unión Soviética o los de la SS en la Alemania nazi, por citar tres ejemplos conocidos por todos?
Una parte de los servicios secretos de los gobiernos aparentan esclarecer la verdad de los sucesos y otra parte (escondida en las cloacas) se encarga de borrar pruebas o enrarecer los hechos. Un ejemplo de ello (lo recuerda Manuel Vázquez Montalbán en su novela “Galíndez”) es el referido a las actuaciones del Departamento de Estado norteamericano tras la segunda guerra mundial. Una parte del Gobierno norteamericano perseguía a los nazis infiltrados en su administración y otra parte introducía a estos nazis porque necesitaba su técnica y la experiencia de estos para combatir al comunismo.
La existencia de las cloacas del Estado es algo real. No se trata sólo de argumentos para el guión de una película o para la creación de una novela.
En este país nuestro ha pasado casi desapercibido el descubrimiento de la falacia de que el partido político Podemos estaba financiado por Irán y Venezuela. Poco, muy poco, se ha publicado para desmentir tal falsedad. ¿De dónde había partido aquella noticia, demostrada falsa al cabo del tiempo?
Una de las actuaciones de las cloacas del Estado es introducirse en investigaciones ilegales para confeccionar bulos y hacerlos llegar a la opinión pública a través de medios afines y/o contrarios a aquellos que manejan en ese momento el Ministerio del Interior.
El líder del Partido Popular se ha referido al gobierno del país como “mafia”.
Puede estar en lo cierto, en cuanto que las actuaciones de la cloacas del Estado son, en la mayoría de los casos, un copia y pega de cualquier organización clandestina. Pero, ¡ay!, también ellos mantuvieron actuaciones “mafiosas” cuando gobernaban. No tienen los populares credibilidad moral para ir dando lecciones.
Habría que aconsejarles a todos que “no tiren piedras en la casa ajena si la suya también está hecha de vidrio”. O si lo prefieren: “quien esté libre de pecado, que lance la primera piedra”.
SANTI_RODRI | Lunes, 16 de Junio de 2025 a las 22:27:31 horas
En la playa del Albir junto al mar, con la brisa y el olor a tostadas, lo tiene todo hecho. Mató gente en momentos de barro. Ha vivido con miedo a una vejez sórdida, a la muerte no. Quiso jubilarse con dinero suficiente en la caja de ahorros como para que, llegado el caso, le limpiaran el culo con una sonrisa. Cumplidos muchos más años de los que esperaba, no quiere morir rodeado de comisionistas. Le quedan algunas personas, pocas, y un deseo, no perder la memoria; “La memoria y el deseo, alcahuetas de la ocultación del rostro verdadero de la muerte”. Volver, reordenar el pasado, es su última ocupación. Busca cuentas sin cuadrar antes de pagar la factura de los muertos y apagar la luz. El primer recuerdo de su infancia, en el distrito V de Barcelona, el barrio Chino, es un bulto en el suelo entre la calle Botella y la calle de la Cera:
“—¿Borracho?
—No, muerto.
El cadáver del hijo de los verduleros, a los que a veces apaleaban por vender sin permiso. Se cagaba en Franco a gritos. Había vuelto al Chino al salir del campo de concentración.
—Con cien años no pagarán el mal que han hecho.
—¿Quién?
—Los fachas.”. **** s: **** todoloquesesobrepepecarvalho.blogspot **** /
Accede para votar (0) (0) Accede para responder