El alboroto habitual que rodea a la procesión de la Cruz de Mayo del Casco Antiguo se ha vivido una vez más en esta tarde de viernes en la que con buenas temperaturas y mucho público en la calle, se ha podido ver a los más pequeños disfrutando. 

Con un cortejo  precedido por varias niñas vestidas de flamenca y algunos niños, ha arrancado esta cita anual que cumple 40 ediciones sin perder la tradición de que en el mes de mayo, salga la cruz dorada que preside un paso que ha portado una amplia cuadrilla de costaleros que se ha ido dando el relevo y con ello, poniendo la nota más entrañable de esta salida. Y es que si algo llama la atención del paso, es quién lo carga y las ganas que le ponen los capataces y contraguías, niños de corta edad que demuestran sus dotes y apuntan maneras para el futuro mundo de las hermandades.

En la calle suele gustar ver la Cruz de Mayo y aunque es cierto que el cortejo que precede al paso es corto, no deja de tener a mucho público esperando a lo largo de todo el recorrido. 

Desde que pasadas las 20.00 horas salieran de la capilla de la Caridad, las calles del casco antiguo han estado concurridas para ver una Cruz de Mayo que llena el centro y anima el inicio de fin de semana. 

Unos 80 niños han vuelto a formar parte de una tradición que comenzó la Asociación de la Cruz de Mayo del Casco Antiguo, y que pasó el relevo hace unos años al Grupo Joven de la Hermandad de los Dolores, que se encarga de seguir impulsándola para que no se pierda. 

La banda de música de la Hermandad de Nuestro Padre Jesús Nazareno, se ha encargado de poner los acordes musicales a esta procesión.

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