Casi tres semanas lleva la bailaora roteña Ofelia Márquez defendiendo su arte en tierras japonesas y la experiencia combina no solo el crecimiento profesional a través del flamenco, sino el personal con el conocimiento de la cultura nipona. 

De la mano del Teatro Real de Madrid, junto a AC/E (Acción Cultural Española) y Producciones Solana, esta artista local vive por tercera vez la experiencia de bailar a varios miles de kilómetros de Rota y demostrar que el arte no tiene fronteras. En concreto, está en Osaka, una gran ciudad en la isla de Honshu (Japón) donde se celebra la Expo Osaka, un evento internacional que conecta a personas de todos los puntos del planeta y donde España participa para mostrar al mundo la innovación, la creatividad y la sostenibilidad que la caracterizan.

En el pabellón español es donde la bailaora roteña actúa todos los días (excepto los lunes que descansa), en tres pases seguidos, a las 16.30 horas,  a las 17.30 horas y a las 18.30 horas. Cada actuación es única porque el público va variando aunque siempre con una espectacular acogida porque el flamenco está muy valorado en el país y además, cuenta la bailaora, el público es muy respetuoso.

El flamenco forma parte del lenguaje universal del arte y la pasión, y Ofelia Márquez lo da todo cada día sobre el escenario con su cuadro flamenco, compuesto por Selu del Puerto al cante, Adrián Heredia al toque, Naim Real a la percusión y como pareja de baile Jesuli Carrillo.

El pasado 21 de abril se marchó con la maleta cargada de ilusión y responsabilidad  y volverá a Rota el próximo 24 de junio, nueve semanas de descubrimiento en todos los sentidos y de crecimiento profesional que aportará nuevas ideas a esta bailaora roteña que no sabe vivir despegada del flamenco.

El Teatro Real ya ha contado con ella en otras dos ocasiones, la primera para bailar en Pekín y la segunda en Shanghái, por eso, no puede estar más agradecida ya que la oportunidad es inmejorable para seguir contribuyendo a la difusión del flamenco a nivel mundial.

Son miles de personas las que ven cada día su espectáculo flamenco, donde se deja el alma para transmitir el sentimiento que le produce bailar. Aunque a nivel personal tiene inconvenientes como separarse durante tanto tiempo de su hijo pequeño, tiene claro que esto es un sueño que no podía rechazar y una enseñanza que le valdrá para su vida en general. "Japón siempre ha sido un país que me fascina y tener la oportunidad de recorrer los pabellones, empaparme de nuevas ideas y descubrir propuestas de todo el mundo me parece un regalo", ha dejado escrito en estos días por sus redes donde va subiendo pinceladas de su periplo en tierras niponas.