El Sábado Santo volvió a ser en Rota un día grande de la Semana Santa. Desde que en 2023 la Hermandad del Santo Entierro de Cristo y Soledad de María Santísima recuperara su salida en esta jornada, dejando atrás los años en los que tenían que compartir la tarde del Viernes Santo con la Hermandad de la Veracruz, los roteños y visitantes disfrutan de una procesión que desde hace tiempo viene demostrando su crecimiento en la calle. 

Ayer, las puertas de la parroquia de Nuestra Señora de la O se volvían a abrir para  que el Santísimo Cristo Yacente y Soledad de María Santísima se lucieran realizando una estación de penitencia marcada por la solemnidad que representa Cristo en el lecho tras su crucifixión y su madre detrás, aún al lado de la cruz, llorando la muerte de su hijo.  Era la última jornada de luto que se vivía en esta Semana Santa previa al Domingo de Resurrección y por tanto, el tono fúnebre todavía marcaba la presencia del cortejo en la calle.

El muñidor abría paso a los  140 hermanos con túnica negra y cinturón de esparto que, con recogimiento, portaban cirios e insignias de la hermandad. Junto a ellos, un grupo de mujeres con la tradicional mantilla española, además la Verónica con el lienzo en el que se ve la cara de Jesús, y una representación de otras hermandades de penitencia que se suman al acompañamiento de una jornada que ayer estuvo marcada por el viento, aunque tuvo buenas temperaturas hasta que cayó el sol.

El contraste del tono solemne de este Sábado Santo lo ponían unas calles llenas de público, de vecinos y turistas que aún están en la localidad, agolpados especialmente en puntos claves del recorrido, que ayer no quisieron perderse una procesión que cada vez gusta más.

Por las calles de Rota se escuchó la capilla musical de  'Lux Aeterna' que acompañaba a Jesús en su lecho mortuorio, mientras que la Banda Musical Gastoreña, en la que la Hermandad del Santo Entierro tiene depositada su confianza desde hace años para acompañar a la Soledad, le dedicaba marchas que lucieron especialmente en algunos puntos del recorrido. Tal es la vinculación de la banda y la hermandad, que este año los músicos regalaron el único estreno de la virgen, un pañuelo que portaba en su mano. 

Como es habitual, en la presidencia, también se pudo ver al almirante de la Base Naval, al que siempre se invita como hermano mayor honorario de la Hermandad del Santo Entierro, y a dos parejas de guardias civiles escoltando el paso del Cristo y la virgen, ya que la Benemérita es hermano honorario de esta cofradía.

El Sábado Santo lució como muchos esperan, con solemnidad y dejó de nuevo una de las estampas más esperadas y que ninguna cofradía realiza, el paso por el interior del Arco de la Villa que, dada su estrechez, dificulta especialmente el trabajo de los costaleros de la Soledad de María Santísima, que ayer volvieron a mostrar pericia a las órdenes del capataz Isaac Patino Acuña.

La imagen se repite antes con el Cristo Yacente, aunque al ser un paso de menor altura, la complicación es menor aunque no por ello, deja de ser un momento clave que pocos quieren perderse. El capataz Manuel Jesús Fénix Real guió los pasos de unos costaleros que pudieron lucirse ante una plaza de España que estaba llena de público mucho tiempo antes de que los titulares fueran a pasar por este punto de su recorrido que se ha vuelto emblemático. Y es que es también al paso por el arco cuando los hermanos sueltan la cola de su hábito, que se retomó con motivo del 400 aniversario de la hermandad. 

Rota volvió a disfrutar de un Sábado Santo esperado, con mucho público en las calles y un cortejo que estuvo a la altura.

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