Confusiones no tan confusas
Si las medidas económicas puestas en marcha por Donald Trump perjudican a nuestra economía patria, me pregunto por qué el líder de la extrema derecha española, Santiago Abascal, se posiciona a favor del Presidente de los Estados Unidos.
Hasta los más fervientes liberales (entre los que se incluye al susodicho) que tenían puestas las esperanzas con la llegada de Donald Trump al gobierno de EEUU, andan ahora confundidos. Su política proteccionista echa por tierra todo lo que el liberalismo económico defiende en sus postulados.
Para más inri, resulta que el todopoderoso Trump se ha hecho amigo del ruso Putin y andan en conversaciones para hacer negocios recíprocos: Vladimir, tú te quedas con la parte de Ucrania que has invadido; yo me anexiono Groenlandia. Yo me encargo de pararle los pies a la Unión Europea, y tú que encargas de taparle la boca a tu colega Xi Jinping.
Los países de la Unión Europea andan aún más confundidos con este personal. No quieren, ni deben, quedar al margen. La UE no puede aparecer como simple polichinela en el escenario que está surgiendo.
También nos tienen confundidos a nosotros. Confundidos y atemorizados. El lanzamiento de la idea de tener en casa un kit básico de supervivencia ha creado cierta inquietud en parte de la población española. Ignoro si en el resto de europeos han acogido esta recomendación con total normalidad. De momento no he leído el resultado de ninguna encuesta a este respecto.
Aunque Donald Trump y su tambaleante ideario económico se ha convertido en el centro de las dianas de opinión en todo el planeta, no podemos centrar todo en el excéntrico presidente norteamericano.
Por eso no quiero dejar pasar por alto un pequeño análisis sobre la extrema derecha en nuestro país.
Mi reflexión va en el sentido de que si es pernicioso para los valores democráticos la existencia de grupos de extrema derecha, peor y más sorprendente es que surjan partidos de extrema derecha en las autonomías. Me refiero al partido Alianza Catalana. Si se fijan bien coinciden en todo con Vox y otros fascistas. El partido ultranacionalista catalán rechaza la inmigración y se consideran islamófobo. Coincidencias, estas que comparten con los ultra nacionales de Vox. Pero. ¡ay!, estos además de xenófobos y rascistas apuestan por una independencia unilateral de España. Consideran que España es un Estado invasor de Cataluña. Y ahí se enfrentan con Vox.
Según las últimas encuestas del barómetro en Cataluña, este partido va ganando terreno a costa de Junts, el partido liberal catalán por excelencia.
Así está el patio en el rincón noreste de este país nuestro.
Seamos claro, la extrema derecha no cree en la Democracia. La Historia más reciente está plagada de ejemplos. No me refiero sólo al régimen nazi de Hitler y a los fascismos españoles, portugueses e italianos del pasado siglo; también a los dictadores que surgieron a lo largo de toda Sudamérica apoyados por Estados Unidos.
Ante estos, los demócratas no podemos perder el relato. La extrema derecha “grita a las tripas”; los demócratas hablan desde la razón. Pero el discurso tiene que ir acompañado de medidas que acallen los bramidos de los extremistas.
“La impunidad es hija del olvido”, decía Eduardo Galeano. Los fascistas no pueden quedar impunes ante la Historia. Sobre todo para que esta no se repita.
José Luis Pineda Acosta | Sábado, 12 de Abril de 2025 a las 09:52:34 horas
No descubro nada a quien se atiene a los hechos, si digo que Trump no es peor que Biden en casi nada de lo que nos importa a quienes defendemos, por ejemplo, el derecho a la vida de los niños palestinos. Con el "demócrata" fueron más de 40.000 las personas asesinadas en un genocidio digno de Hitler.
Atenerse a los hechos es lo que manda él Evangelio: "por sus hechos los conoceréis." Obras son amores nos dice el refranero. Por eso sobrarían las palabras si abrieran los ojos para ver quienes hoy seguirían votando a Mazón, o a la otra aunque "que no supiera" de emergencias y volviera a dejar ahogar a sus votantes. A Aznar lo adoran y siguen millones después de ser cómplice de una guerra con más de un millón de muertos. El que decía saber de las armas de destrucción masiva en Irak, el que sopló la burbuja inmobiliaria, el que tuvo al ladrón Rato de vicepresidente económico, hoy manda que hagan todo contra el gobierno legítimo y constitucional, a todos los peperos que habitan en los centros de poder que el franquismo nunca ha dejado que le sean arrebatados.
Es un hecho que los grandes déficit de eso que llaman estado de bienestar: la sanidad, la vivienda o las ayudas a las personas dependientes, son competencias de las CCAAs en las que gobierna el partido de los comisionistas de Quirón.
Es un hecho que, con un gobierno "socialcomunista", pronto habrá más universidades privadas que públicas, igual que pasa ya en Madrid con los colegios.
Podría seguir hasta el infinito, porque como es arriba es abajo, pero desanima que a uno le tenga que decir la tele lo que está lloviendo en su patio. Enseña la historia que en España es un grave problema decir lo que ven nuestros ojos.
Y el mundo está todavía mucho peor. La mentira siempre cotiza al alza, cuando el inhumano sistema capitalista en descomposición se muestra descaradamente cruel, mostrando que importa siempre más la bolsa que la vida.
Accede para votar (0) (0) Accede para responder