Tener unos kilos de más es algo común y, en muchos casos, no supone ningún tipo de problema para nuestra salud. Pero cuando ese peso se convierte en sobrepeso, el cuerpo empieza a pasarnos factura, y una de las zonas que más sufre es la espalda. Más allá del aspecto físico, un exceso de peso puede afectar seriamente a nuestra calidad de vida y aumentar el riesgo de lesiones graves, especialmente en la columna vertebral y en las articulaciones. Es el momento de hablar qué consecuencias puede tener un sobrepeso muy alto y qué puedes hacer, sin obsesionarte, para aliviar tu espalda y mejorar tu salud general. ¡Siguiendo una serie de consejos lo conseguirás!

El peso que no se ve: lo que pasa dentro del cuerpo

Cuando hablamos de sobrepeso no hablamos solo de una cuestión de talla o de apariencia. Cuando hay un exceso importante de grasa corporal, el cuerpo empieza a funcionar bajo una presión constante. Es como si lleváramos una mochila muy pesada a todas partes, todo el día, todos los días. Por eso, aunque el cuerpo en general se castiga, la espalda es una de las zonas que se lleva la peor parte. 

¿Qué le pasa a la espalda?

La espalda está diseñada para aguantar el peso corporal, lo sabemos. Pero si el peso aumenta, la presión que se genera sobre los discos intervertebrales y las articulaciones se dispara. Por lo que como consecuencias podemos hablar de:

* Lumbalgias crónicas: un dolor en la zona baja que realmente no desaparece sino que se activa con cada movimiento.

* Hernias discales: los discos entre las vértebras pueden desplazarse o romperse por el exceso de peso.

* Degeneración articular: puede pasar tanto en las vértebras como en la cadera, lo que puede derivar en artrosis. 

* Compresión de nervios: como el famoso nervio ciático, que puede inflamarse y causar un dolor agudo que baja por la pierna.

Otras consecuencias del sobrepeso en la salud

Lo que hemos mencionado es solo en la zona de la espalda, pero es que también son las rodillas quienes sufren además de los tobillos y las articulaciones en general. Claro que a mayores todavía hay otras consecuencias del sobrepeso en la salud que no debes ignorar: 

* Problemas respiratorios.

* Hipertensión arterial.

* Diabetes tipo 2.

* Fatiga y menor movilidad.

* Problemas cardíacos.

* Inflamación crónica que afecta al sistema inmunológico.

¿Qué podemos deducir de todo ello? Que se vive con limitaciones debido al sobrepeso. Se tiene mucha menos energía, menos ganas de movernos pero además, se suman nuevas molestias. ¡Es el momento de poner el punto final a todo ello!

Los mejores consejos para cuidar tu espalda y tu salud

Cuida tu descanso cada día

Descansar bien es algo más que imprescindible cuando hablamos de salud. Si tienes sobrepeso, es importante dormir en una superficie que ofrezca firmeza, buen reparto del peso y soporte duradero. Por eso, cada vez más personas eligen colchones para ese peso que están diseñados específicamente para soportar cuerpos más pesados pero sin deformarse ni perder comodidad con el tiempo. 

Muévete, aunque sea un poco

Si el descanso y el colchón es importante, el movimiento tampoco se queda atrás. Tenemos que hacer una combinación equilibrada de ambas partes. Por eso, recuerda que: 

* Camina 10 minutos varias veces al día. No hace falta que sea rápido. Solo que sea constante.

* Ejercicios en el agua, como aquagym o natación, reducen el impacto en las articulaciones.

* Estiramientos suaves y ejercicios de movilidad, especialmente para la zona lumbar y caderas.

* Fortalecer el core (zona abdominal y lumbar), aunque sea con ejercicios sencillos como la respiración abdominal, es algo fundamental para proteger la espalda.

No te obsesiones con la báscula, pero sí con el equilibrio

No hace falta que te peses cada semana, comienza por establecer unos buenos y nuevos hábitos en tu vida.

* Come más natural: frutas, verduras, proteínas y menos procesados. Además, elige preparaciones a la plancha o al horno, con menos sal pero sí especias para darle sabor.

* Evita las bebidas azucaradas.

* Hidrátate bien: el agua ayuda a que tus discos intervertebrales estén mejor hidratados y a eliminar toxinas.

Ten paciencia y constancia

No hablamos de que sea sencillo pero sí que debemos tener siempre en mente el objetivo: cuidar nuestra espalda y salud en general. Solo así, con una meta marcada, iremos dando pasitos que marcan la constancia. Con un poco de paciencia, cuidando lo que comes y moviéndote dentro de tus posibilidades, será un paso adelante muy positivo. No se trata de llegar a un peso “ideal” que marca una tabla o una báscula, sino de que tu cuerpo funcione mejor, duela menos y te permita hacer más cosas sin limitarte.

Tu cuerpo merece tu cuidado, no tu castigo

Es el momento de hacer cambios, por ti, por tu cuerpo y por tu salud general. Así que, empieza a disfrutar del día pero de otra manera: con movimiento y con una buena alimentación, eso sí, pudiendo disfrutar de ciertos momentos en forma de caprichos de manera regular porque no queremos obsesiones. Para que cuando llegue la noche, puedas tener un sueño reparador, un buen descanso en el colchón que se adapta a ti y que conozca tu cuerpo. De este modo, cada mañana empezarás el día con las ganas que necesitas para sumar otro pasito a la hora de conseguir tu objetivo. 

Recuerda que mejorar tu salud no tiene por qué ser una carrera, puede ser un camino que disfrutar a cada paso.

Poco a poco, con pasos realistas, puedes aligerar el peso, físico y emocional, que llevas encima. Y lo más importante: puedes volver a sentirte bien en tu propio cuerpo. Es el momento de hacerlo por ti, por tu bienestar y por esa versión futura de ti mismo que va a agradecer cada pequeño esfuerzo que hagas hoy.