Los unos del calendario
Ya han caído casi sin darme cuenta las doce y media de la noche. Esta carta podría haberla escrito ayer, solamente la intimidad abierta que nos regala el ordenador es la culpable de mi retraso. Ya hemos entrado en el segundo día de diciembre, por fin hemos cumplido con el mes y el año más estéticos de cuantos llevamos de siglo, el 11 del 11. Es indudable que tanto “uno” (tuvimos el 11-11-11) ha resultado curioso y caprichoso. Quien ama los números, aparte de su misión matemática, admira en ellos toda la carga mágica, mística y simbólica, que les supone quien se empeña en su interpretación o al menos en su observación.
Quizá este exceso de “unos” que nos dejó noviembre nos traiga un reflejo de la coyuntura histórica en la que nos hallamos anclados, el “uno” es la expresión tristemente individualista que tanto caracteriza esta época; por esta razón me agrada sobremanera que su caducidad se haya hecho realidad. Y de la misma manera que acaba el mes, pueda poco a poco caducar esa mentalidad de “uno”, de individuo solitario, de gente egocéntrica, tan propia de nuestra sociedad.
Hoy, quienes realmente merecen el protagonismo y la consideración de héroes o heroínas han de ser cuantas personas han sabido superar ese “uno” o “una” para formar parte de un alma colectiva y allí han dado o están dando cuanto llevan consigo.
No es el caso de la gente de la política, ni de los economistas, ni del empresariado, ni siquiera de la sociedad en general, ni mucho menos de quienes como yo se sienten algo porque sus pensamientos salen a la luz en un periódico; estas torpes palabras desean homenajear a todas esas personas que se entregan por los demás, sin tener para nada en cuenta todos esos prejuicios ideológicos, ni intereses egoístas que tanto nos importan.
Hoy quiero traer a estas páginas a quienes dejan una vida cómoda para integrar organizaciones solidarias, los miembros de las ONG, que abandonan las comodidades de esta sociedad para darse a quienes les necesitan; las religiosas y religiosos que en virtud de una idea que rige su vida, se vacían por llenar la vida de los demás y vivir con ellos sus problemas, llevándoles el consuelo y muchas veces las soluciones; quienes aquí buscan en el compromiso con quienes sufren, la manera de compartir su generosidad.
A toda esta élite del amor, del compromiso, del sacrificio, mi más sentido reconocimiento.
Manuel García Mata

































otro de rota | Sábado, 03 de Diciembre de 2011 a las 13:01:10 horas
Manolo, cuando escribes sin meter la política por medio lo bordas. Hablando de números, te doy un ..... 8
Accede para votar (0) (0) Accede para responder