Los actos protagonizados por una leyenda pueden analizarse  desde el desconocimiento, desde el conocimiento y desde la negación de su auténtica realidad como único y desesperado medio de mantenerla viva e intacta.

A veces la historia, y quienes se preocupan por transmitirla fielmente sin retocarla, invitan a la sociedad y a sus Instituciones a afrontar la realidad por dura que sea cuando observan que esta precisa ser rescatada de las garras de una ignorancia que, por hacerla algo mas idílica, la hace mucho menos segura.

Historias de numerosos ataques mortales de lobos a humanos desmontan los argumentos de reconocidos animalistas imbuídos de pasión que inducen inconscientemente al ciudadano a acercarse más de la cuenta a "inocentes" lobos y jabalís. Independientemente pues del impacto que puedan tener los ataques de los lobos sobre el ánimo y la economía de los granjeros y si estas pérdidas y disgustos se encuentran o no cubiertos en su totalidad por la Administración y sus doctores, habría que comenzar por exigirle urgentemente, y sin descanso, que antepongan la protección de  la integridad de los humanos a la de animales con antecedentes sanguinarios convenientemente certificados por la historia.  

Luis Cabaneiro Santomé