Contra el perroflautismo
10 coincidencias entre los nazis y...
por Balsa Cirrito
Que conste que esto es un ensayo básicamente histórico y cultural. Si alguien se ofende estaré encantado, pero, por una vez, no es el objetivo. Porque voy a hablar de algunas curiosas - y no sé si reveladoras – coincidencias entre el mundo sumariano-podemita y los nazis, que resulta que son bastantes. Podríamos haber ampliado la lista, pero vamos a dejarlas en diez, que ya vale. Diez coincidencias, sí.
Primera. El antisemitismo. Los sumariano-podemitas (a partir de ahora los sp) son profundamente antisemitas, lo cual les hace coincidir con uno de los atributos más destacados (y desagradables) de los nazis. A veces los sp afirman que no, que lo que son es antisionistas, pero yo diría que es mentira. Los sp tienen un baremo para medir los actos palestinos, por ejemplo, y otro diferente para los israelíes. Pero, en fin, la discusión aquí me parece que no tiene sentido después de oír a Yolanda coiffure Díaz gritar aquello de “Desde el río hasta el mar”, que no es sino una tradicional invocación al exterminio de los judíos. Igualito a lo que decía Adolf.
Segunda. El anticapitalismo feroz. A lo mejor algunos se sorprenden, pero los nazis, al igual que los los sp, eran profundamente anticapitalistas. Sobre todo en sus primeros años, pero también después. Fíjense por ejemplo en algunos de los puntos (los famosos 25 puntos) del programa nazi: La abolición de las ganancias obtenidas sin trabajo y sin esfuerzo, y la abolición de la esclavitud del interés. O: la nacionalización de todas las industrias asociadas (trusts). O: división de beneficios de todas las industrias pesadas… En fin no sigo porque hay muchos más apartados por el estilo. Si alguien tiene dudas sobre este particular le aconsejo que lea los Diarios de Goebbels, donde cada pocas páginas encontramos una diatriba contra la plutocracia y el capitalismo de los EEUU.
Tercera. Vegetarianismo. Es bien sabido que la izquierda-izquierda actual mira con malos ojos que alguien liquide un chuletón de ternera a la brasa y que sostiene que lo progresista es matarse a brécol, colinabo y rúcula (la izquierda-izquierda antigua era todo lo contrario en este aspecto, ya que se ponía muy contenta cuando un obrero se jalaba un solomillo). En esto coinciden con los nazis. Hitler era vegetariano. Wagner (que no era nazi pero los preludió) también. El vegetarianismo propugnado por muchos nazis tiene que ver con la ideología volkisch, de la que hablaré después, y, de cualquier forma, la élite intelectual del nacionalsocialismo practicaba el vegetarianismo con el mismo entusiasmo que su jefe.
Cuarta. Celebración del solsticio de invierno en vez de la Navidad. Esto está muy de moda ahora, después de los recientes llamamientos de Irene Montero, Belarra et alia para conmemorar dicho solsticio. Pues bien, entre los nazis de más fuste era la norma celebrar el solsticio, a causa de la misma ideología volkisch que hemos mencionado. Esta ideología propugna un relación estrecha con la tierra y la naturaleza. En las granjas educativas nazis, por ejemplo, los jóvenes que allí residían no celebraban la Navidad, sino, justamente, el solsticio.
Quinta. Repudio al cristianismo y amor al Islam. Esta coincidencia está muy relacionada con la anterior. No hace falta señalar la alergia de los sp a todo lo que tenga que ver con el cristianismo y sus simpatías islámicas, en lo cual coinciden, trazo por trazo, con los nazis. Los nazis albergaban una poderosa querencia hacia el paganismo que, por supuesto, les hacía enfrentarse con todos los grupos cristianos. Hay que recordar que la única oposición que tuvieron cuando estaban en el poder (habida cuenta de que encarcelaron o eliminaron al resto de las fuerzas políticas, sobre todo comunistas y socialistas) se hallaba en las iglesias, tanto la católica como en las protestantes. Del mismo modo y de forma paralela, los nazis sentían un gran aprecio por el Islam, al que veían como un asociado contra las potencias cristianas aliadas. Haj Amin El-Husseini, el líder palestino de los años 30, y quizás la persona con mayor culpabilidad histórica de los actuales enfrentamientos árabe-israelíes, era amigo personal de Hitler, que le regaló un espléndido chaleco antibalas (desgraciadamente, el chaleco funcionó).
Sexta. Amor a las opciones sexuales poco convencionales. Sabida es la querencia de los los sp hacia todo lo que vaya en contra de las opciones heterosexuales o cisgénero. Es tan notorio, por ejemplo, que rara vez escuchamos a Irene Montero una declaración sin que se exprese en este sentido. No deja de ser curioso, porque los nazis, al menos hasta la Noche de los cuchillos largos (1934), formaban un movimiento curiosamente filogay. William Shirer (autor que he recomendado repetidamente en estas páginas) se sorprendía de la gran cantidad de homosexuales que figuraban en los periodos iniciales del partido nazi. Entre ellos, Ernest Rohm, el único hombre que se atrevía a tutear a Hitler y que fue precisamente detenido cuando se hallaba con un hermoso chico en la cama (sobre qué hacían, no me pronuncio). El director de cine aristócrata, comunista y homosexual Luchino Visconti, dio su versión de la mencionada Noche de los cuchillos largos en su famosa película La caida de los dioses, convirtiéndola en una orgía gay. Por supuesto, no cabe considerar a Visconti como homófobo.
Voy alargándome demasiado. Trataré de abreviar.
Séptima coincidencia (especialmente grave). Dictar verdades oficiales a la ciencia. Los nazis dictaban las verdades de la ciencia alemana, que, en todo momento y lugar, debían afirmar la superioridad del hombre ario. Del mismo modo (es verdad que aquí no están solos los los sp, pero sí que son los más destacados promulgadores), en Europa, particularmente en España, se entiende que la ciencia ha de estar dirigida, y que los mandamientos de la ideología de género (que son tan poco científicos como el racismo supremacista nazi) deben ser de obligado estudio y aceptación en colegios, institutos y universidades. Si alguien argumenta contra el generismo, se halla en parecida situación moral que en nazilandia predicando contra las bondades de los arios.
Octava. Ecologismo. Los nazis, al igual que los los sp, eran fanáticos ecologistas, sobre todo si los comparamos con el resto del mundo en aquella época. Es más, las raíces del ecologismo internacional están, según el activista verde Peter Staudenmayer, sustentadas en el movimiento nazi. Los varias veces mencionados volkisch, abominaban de la industrialización, y de ahí surgió una conciencia de armonía con la naturaleza. Las famosas autobahns de Hitler, estaban concebidas de manera que no distorsionara la madre tierra. Desde mi punto de vista, lo más llamativo es que tanto los nazis como los sp le otorgan al ecologismo un valor religioso, casi místico.
Novena coincidencia. Muy relacionada con la anterior: animalismo. La Ley de Protección Animal en España fue muy polémica, y los sp querían llevarla incluso más lejos, a lo que el PSOE se negó. Según expertos como Christian Gortázar, “ la ley fue elaborada sin criterio científico claro y con fines políticos”. Pues bien, la Alemania nazi fue igualmente feroz animalista, con leyes pioneras en el mundo, como la prohibición de la vivisección animal y otras muchas (curiosamente, la vivisección de gitanos y judíos no les parecía mal). Adolf Hitler amaba a los animales, y conservó a su lado a su perro Biondi hasta su último día (cuando lo mató para probar el efecto de la pastilla de cianuro con la que él se iba a suicidar).
Décima y última coincidencia. Esta es una coincidencia indirecta pero significativa. El apoyo de los sp a los independentismos vasco y catalán se relaciona con el nazismo, porque tanto el uno como el otro son movimientos que podríamos considerar volkisch sin duda alguna. Su origen rural y antiurbano, su insistencia en relación con la tierra, su racismo, etc, los convierten en la versión ibérica del nazismo. Y no hablo de Sabino Arana, volkisch al ciento por ciento, sino del independentismo de la actualidad. Los alegatos de, digamos, Jordi Pujol, sobre “la falta de raigambre del hombre andaluz”, o de Junqueras sobre la raza y la tierra son volkisch puro. Los sp apoyan estos dislates, con lo cual la ecuación está bien clara.
Termino. Por supuesto, no hay que tomarse todo esto al pie de la letra. Evidentemente, existen las coincidencias, pero son muchas más las diferencias. Sin embargo, no estaría de más señalar que los sp, al menor resquicio, acusan de fachas, fascistas o nazis a todo el que les lleve la contraria. Cuando alguien en España cita algo positivo del régimen de Franco (que, evidentemente, tuvo cosas buenas, porque si no no habría durado tanto) los sp se lanzan a su cuello como vampiros de Dusseldorf políticos, olvidando que la misma vaina puede servir para ellos. Coincidencias como estas les deben hacer pensar que las cosas nunca están tan claras, y que también los sp pueden ser acusados de lo mismo de que acusan al resto del mundo. Es algo que pasa mucho.
Roteñ@@@ | Miércoles, 15 de Enero de 2025 a las 12:36:30 horas
Totalmente de acuerdo con Jimeno. Hace toda una exposición con argumentos reales desmontando las falaceas de este señor.
Y para el alumno, decirle que este señor no es Ken Follet ni mucho menos. Ni un ilustrado como Antoni Gala, ya le gustaría a él.
Hay miles de libros gratuitos de más 80 páginas que están gratis para ser leidos como ebooks mucho mejores que sus obras. Y de gente mucho más jóven que él. No sé que le habrá dicho de Valle Inclán, pero seguro que no dijo estas palabras de dicho autor ´´"Los españoles han echado al último Borbón no por rey, sino por ladrón". Es la frase sobre el exilio del rey Alfonso XIII atribuida al escritor Ramón María del Valle-Inclán, el autor de obras como Luces de Bohemia, Tirano Banderas o Divinas Palabras.
Alfonso XIII abandonó el país tras el resultado de las municipales de 1931. Su nieto, el rey emérito Juan Carlos I, lo hace ahora tras semanas saliendo a la luz detalles de su fortuna opaca, anunciándoselo por carta a su hijo, el rey Felipe VI,
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