Como cada 8 de diciembre, la Hermandad del Santo Entierro de Cristo y Soledad de María Santísima procedió a la apertura y bendición del belén que cada año montan en la sala del Arco de la Villa contribuyendo con ello a la ruta de excelentes belenes con la que cuenta Rota.

Esta hermandad siempre añade un mensaje al nacimiento de Jesús con la intención de hacer reflexionar al visitante sobre la celebración de la Navidad pero mirando más allá. Sus últimas apuestas han sido innovadoras, incluso con elementos audiovisuales que rompían la dinámica habitual de este tipo de montajes, y en esta ocasión, apuestan por algo tan significativo como la vida y la muerte. El Alfa y el Omega de la vida de Jesús se ven representados en este belén de un gusto exquisito en el que a simple vista ya se ven las horas de trabajo que esconde por parte del grupo artístico de la Hermandad del San Entierro. Sin embargo, aquellos que tengan la oportunidad de estar presente en uno de los pases que se hacen en su horario de apertura y escuchar a Javier Martínez explicar con todo lujo de detalles cada elemento de este belén, apreciará aún más el montaje porque está plagado de elementos significativos.

Este belén representa la filosofía de la Navidad y de la propia Hermandad del Santo Entierro, el principio y el final de la vida de Jesús, por eso, como  elementos principales aparecen dos grutas separadas, la de la izquierda con el nacimiento propiamente dicho, y la de la derecha con el sepulcro vacío tras la resurrección donde se aprecia la existencia de un sudario y el cordero de Dios tan representativo. Todo va marcado en una roca viva porque el principio y final de la vida de Cristo se da en una gruta, en la roca descarnada que en este belén tiene mucho protagonismo.

Aquellos que tengan tiempo para recrearse verán además que existen elementos alegóricos tallados en la roca de la resurrección y detalles que aunque a primera vista puedan pasar desapercibidos, no están elegidos al azar.

Tras las dos grutas que representan el mensaje de la Navidad y la filosofía de la hermandad, hay un segundo plano lleno de significado. Es la recreación de Jerusalén basada en un detallado estudio planimétrico, arqueológico y geográfico de cómo sería Tierra Santa en el siglo I, donde el principal hito es el templo que se encuentra en el centro con una explanada que sería el mismo templo que Cristo conocería en su momento. Los detalles de la orografía de alrededor están igualmente estudiados y de hecho, la ladera final que se puede ver llena de arbolitos sería una representación exacta del Getsemaní, así como los valles de alrededor, que también cumplirían con la geografía que se puede encontrar a día de hoy en Jerusalén. De hecho, un hermano que ya visitó Tierra Santa ha ayudado a conseguir ese toque blanquecino de la piedra de aquella zona, permitiendo una imagen muy similar a la real. Junto a ello, este belén cuenta con elementos artísticos que podrían pasarse por alto, pero que si se hace la visita con miembros de la hermandad que explican con lujo de detalles cada curiosidad, es todo un descubrimiento.

Durante dos meses, un equipo de hermanos de la Hermandad del Santo Entierro se ha dedicado a trabajar de forma intensa en este belén al que invitan a visitar todos los días de 18.00 a 21.00 horas en la sala del Arco de la Villa, en la plaza de Andalucía (días 24, 25 y 31 de diciembre y 1 de enero permanecerá cerrado).

Ayer ya fueron muchos los que pasaron por él disfrutando del trabajo realizado que el equipo artístico que se ha encargado de ponerlo en pie espera que guste. Fue el cura párroco de la iglesia de la O y director espiritual de la hermandad, Santiago Gassín, el que bendijo este belén que se suma a otras propuestas que también se pueden visitar estos días.

Belenes como este y el de otras hermandades y entidades o particulares dignifican la labor del belén y son verdaderas obras de arte que, en este caso, tienen un mensaje añadido, ya que al estudio artístico y arqueológico se suma un mensaje teológico uniendo el misterio del nacimiento y la vida con la palabra del Señor.