Origen y realidad. Le reconozco que la idea de esta primera Opinión decembrina proviene de una serie de entradas que estoy publicando en el blog Enroque de Ciencia, relacionadas con los premios Ig Nobel 2024 y más en concreto con el Premio de Fisiología otorgado este año por demostrar que algunos animales como ratones, ratas y cerdos (fueron los elegidos) pueden respirar a través del recto, sí ha leído bien, respiración anal. Por si no está al tanto y no desea o tiene tiempo para leer los vínculos de más arriba sepa que estos premios no tienen ninguna afiliación con los Premios Nobel, salvo que nacen como una parodia de ellos y que su loable objetivo no es otro que “celebrar lo inusual, honrar lo imaginativo y despertar el interés de las personas en la ciencia, la medicina y la tecnología”, haciendo que “la gente primero se ría, y luego piense”. Además, los galardones se entregan en una ceremonia anual y nocturna del propio y afamado MIT (Instituto Tecnológico de Massachusetts) en Cambridge, EE. UU. organizada por la revista de humor científico ‘Annals of Improbable Research’ (“Anales de investigaciones improbables”) y que concede la prestigiosa Universidad de Harvard.

Realidad y ficción. Lo siento, pero hoy la temática me ha salido algo escatológica pues va sobre un supuesto sucedido de esa naturaleza, que tuvo lugar en un programa de televisión va ya para cuarenta años. Sus protagonistas fueron la periodista Mercedes Milá, el escritor Camilo José Cela, en particular una parte “innoble” de su cuerpo, y una palangana como colaborador necesario. Mientras escribo estas líneas me viene a la memoria que hace un par años el futbolista Joaquín, devenido en presentador de televisión, protagonizaba lo que bien podría ser una secuela del mismo pues en una entrevista a Milá sacó de una caja una palangana, acción que la hace reír conocedora sin duda de lo que viene, y le pide que le cuente lo que pasó. A lo que ella responde que, en medio de la entrevista, el autor de La familia de Pascual Duarte (1942) se dejó caer con que tiene un don que pocas personas poseen: absorber por el ano hasta un litro y medio de agua. Una hilarante respuesta ante la que una desternillada presentadora pide a dirección que traigan una palangana al plató, la misma que con buen criterio le deniegan. La entrevista finaliza con la confesión de la invitada de que fue un momento genial, pero que el entrevistado le había mentido descaradamente, lo leyó después en un libro, “qué hijo de puta, me la ha metido hasta la boca” dijo. Ella es así. Esta es la mentira de verdad.

¡Qué ocurrió en esa entrevista? Se produjo el 20 de octubre de 1983 y en medio de ella, que por la deriva de su contenido ya prometía lo suyo, el autor de La colmena (1951) espetó:

C: ... la habilidad que tengo es la de absorción de litro y medio de agua en un solo golpe por vía anal.

M: ¿Cómo?

C: Sí, sí, pídeme una palangana y lo demuestro. 

M: Es decir que coge una palangana con un litro y medio de agua y ¿qué es lo que hace? ... ¿se sienta encima y la absorbe?

C: Sí, ... ¡esto lo hace muy poca gente!

M: Que preparen inmediatamente una palangana con litro y medio de agua.

C: Agua que no esté demasiado fría.

M: Y que no tenga cloro ¿no?

C: Es igual, es igual, mis papilas del gusto no las tengo en ese conducto, sino en otro.

Secuela y Nobel. En fin, como puede ver un sucedido de lo más hilarante, por cierto, un pajarillo que me suele sobrevolar mientras escribo me recuerda que en 1988 y en un programa de televisión presentado por Javier Gurruchaga, el iriense afirmó tres cuartos de lo mismo y ahí sí le llevaron al plató la palangana con el líquido en cuestión, pero tampoco demostró su don anal-succionador al derivar la entrevista por otros derroteros. Por cierto, ambas las puede ver en Youtube. Y ninguna fue óbice para que al año siguiente fuera galardonado con el Premio Nobel en Literatura de 1989 ‘por una prosa rica e intensa, que con refrenada compasión configura una visión provocadora del desamparado ser humano... Renovador de la literatura y el lenguaje’. Genialidad e irreverencia de la mano. Bien, pero, ¿se pueden absorber fluidos por vía rectal? ¿Qué libro leyó la ínclita periodista que le mostró la verdad? ¿Cuál es la verdad de la mentira? (Continuará)

CONTACTO: [email protected] 

FUENTE: Enroque de ciencia